VIAJES

Cinco hoteles con encanto: más que una habitación con vistas

Cada verano los hoteles se esfuerzan por especializar sus servicios. El bienestar, la desconexión y la cocina de calidad son algunas de las señas de identidad de estos alojamientos

Imagen cortesía del Palacio Solecito

La Quinta da Auga: la paz instantánea

Nada más llegar, La Quinta da Auga consigue lo que ansían la mayor parte de los hoteles: que el huésped baje revoluciones nada más entrar. La sensación de calma inunda los pasillos de este precioso Relais Chateaux ubicado a pocos kilómetros de Santiago de Compostela. El rumor del agua – con spa incluido – marcan el ritmo pausado y armónico de un hotel donde “Las Luisas (Lorenzo)”, madre e hija, vinculadas al mundo de la restauración, han creado una atmósfera única y llena de personalidad.

En el exterior, los jardines esconden rincones en los que pasear sin prisas, leer en silencio o nadar con calma en la piscina. Además, organizan sesiones de meditación junto al río de la mano del experto en crecimiento personal Daniel Álvarez Lamas.

Ibiza Gran Hotel: wellness de lujo

El verano siempre pasa por Ibiza. Cada año la isla renueva sus servicios hoteleros con una apuesta más marcada por el bienestar y el wellness. El Ibiza Gran Hotel saca pecho con su renovado Open Spa, un circuito de más de 1300m2 divididos en cuatro secciones -Rituals, Aqua Spa, Gym & Wellness y Open Beauty –  con salas de relajación, camas térmicas y sesiones de belleza. Los tratamientos abarcan desde la revitalización de la piel, la regeneración celular hasta masajes con CBD.



Torralbenc: bodega y gastronomía unidas

Con apenas dos años de vida, el hotel Torralbenc de Menorca se hace un hueco entre los hoteles que ofrecen más que una habitación bonita. Ubicado en Alaior (Menorca), cerca de playas y calas, el complejo está rodeado de viñedos que en gran medida, son los protagonistas de la experiencia gastronómica. 

En sus 74 hectáreas cultivan merlot, syrah, monastrell, parellada o manto negro entre otras variedades de uvas. La recuperación de los viñedos ha sido una tarea titánica teniendo en cuenta el suelo calizo y duro de la isla. Sin embargo, el esfuerzo ha tenido grandes recompensas: la bodega ha sido galardonada por la revista Wine Spectator y The World of Fine Wine.

La oferta culinaria no acaba ahí. Hasta el 31 de agosto, se unen con la marca Joselito y Maison Ruinart en un pop up que incluye un menú especial, disponible en servicios de cenas todos los días de la semana y abierto tanto a huéspedes como a visitantes. 

Finca El Azahar: la residencia artística 

Lejos de ser un destino turístico, Extremadura esconde proyectos con mucha alma. La Finca El Azahar tiene ese je ne sais quoi tan difícil de encontrar. Esta casa rural, ubicada en la Sierra de Serrezuela, se levanta sobre un antiguo lagar del siglo XIX renovado por la familia Trafford. Al frente Nathalie y su hijo Thomas buscan convertir este lugar en una residencia para huéspedes con inquietudes artísticas. 

Muy vinculados al mundo del cine y el arte, la familia ha querido marcar sus influencias con una decoración que combina la tradición de la zona con piezas más contemporáneas.

Las cinco suits disponibles ofrecen vistas al campo donde crecen almendros, viñedos y olivos. Además de practicar agricultura regenerativa, cultivan un huerto del que se nutren los desayunos y comidas. Sumado a la propuesta gastronómica, buscan cautivar a escritores y artistas deseosos de encontrar inspiración. 

Palacio Solecio: el hotel urbano 

Que Málaga se haya convertido en uno de los destinos de moda, no sorprende. La vida social y cultural de la ciudad andaluza rebosa de actividad. Para quienes prefieren conectar con la vida urbanita, el Palacio Solecio es una opción perfecta que combina arte y cultura.

Construido en el s.XVIII, el interior del hotel es un pequeño oasis con pinturas barrocas, arcos, columnas y molduras originales. Una vez fuera, el barrio de la Judería acoge a los huéspedes quienes pueden optar por visitar algunos de los más de 35 museos de la ciudad, desde el Museo Picasso, Museo Carmen Thyssen o el Centro Pompidou hasta la bellísima Catedral. 





 

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