La CHJ mantiene estaciones fuera de servicio cuatro meses después de la DANA

Las estaciones de medición son herramientas clave para evaluar los flujos de agua y prever episodios de crecidas

Uno de los puentes que cruza el Barranco del Poyo de la localidad valenciana de Paiporta. EFE

Cuatro meses después de la fatídica dana en la provincia de Valencia, la Confederación Hidrográfica del Júcar no ofrece información en tiempo de real de todas las estaciones. Las confederaciones hidrográficas se encargan, entre otras cosas, de captar, transmitir en tiempo real, procesar y presentar aquellos datos que describen el estado hidrológico e hidráulico de su cuenca, pero en el caso de la del Júcar continúa el apagón informativo: ni determina qué estaciones están afectadas ni hasta cuándo lo estarán. Simplemente da este aviso: “Debido a los efectos de la DANA algunas estaciones están fuera de servicio y no se muestran datos“.

Aviso que muestra la Confederación Hidrográfica del Júcar

Esta advertencia coincide con una nueva alerta meteorológica en el Levante por precipitaciones. Así lo advierte la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), que ha situado a buena parte de la Comunidad Valenciana en “aviso naranja” por fuertes lluvias y ha avanzado que este nivel estará activos durante todo el miércoles.

El temporal ha hecho que se cancelen las clases en más de 180 municipios, afectando a más de 400.000 alumnos. También se ha suspendido la actividad sanitaria en Valencia y Castellón. Hay parques precintados para evitar riesgos y varios puentes y carreteras han tenido que ser cortadas por el agua.

“Las alertas salvan vidas”

Las estaciones de medición son herramientas clave para evaluar los flujos de agua y prever posibles episodios de crecidas o escasez. La falta de datos en este ámbito complica la gestión de los recursos hídricos y la toma de decisiones en el ámbito de emergencias y protección civil, especialmente en relación con la gestión de DANA.

Tras la dana, la entonces ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, reconoció que lo más importante ante el riesgo de grandes inundaciones es contar con “un sistema de alerta temprana”, que es lo único, afirmó, “que salva vidas”.

La CHJ estuvo en el punto de mira tras la dana por su papel durante el día de las crecidas. Las comunicaciones emitidas por el organismo evidenciaron que su atención durante buena parte de aquella jornada se centró en la posible rotura de la presa de Forata y que el tremendo aumento en el barranco Poyo — que acabó siendo letal— permaneció en un segundo plano durante dos horas.

Cabe recordar en este punto que la Confederación Hidrográfica del Júcar tiene la obligación de avisar a Emergencias cada vez que una rambla tenga un caudal superior a los 150 m³/s. Según la versión de la Generalitat, la información que se recibió del barranco del Poyo fue “fragmentada, inexacta y tardía”.

Sin cambios en la CHJ

El naufragio político de aquella aciaga jornada obligó a la Generalitat Valenciana a acometer cambios en la dirección del área de Emergencias con el objetivo de mejorar la respuesta ante crisis climáticas. Sin embargo, la estructura de la CHJ y su equipo directivo se han mantenido sin modificaciones sustanciales tras la dana.

El Centro de Coordinación Operativa Integrada (CECOPI) sigue contando con los mismos responsables que gestionaron la emergencia en octubre. La continuidad de los equipos ha generado debate sobre la necesidad de revisar los protocolos y mejorar los mecanismos de coordinación entre administraciones, especialmente en lo que respecta a CHJ y la gestión de DANA.

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