Cantabria

El valle de Cantabria que no tiene fama y es un milagro de la naturaleza

Si aún no conoces este valle de Cantabria, prepárate para vivir de una de las experiencias naturales más fascinantes de España

Valle de Polaciones - Sociedad
Una fotografía de archivo de la localidad cántabra de Polaciones que da nombre al valle Turismo Saja Nansa

En el corazón de Cantabria, alejado de los destinos turísticos más conocidos como los Valles Pasiegos o Liébana, se encuentra un rincón de belleza inigualable que aún permanece como un secreto bien guardado. Se trata del Valle de Polaciones, un valle de Cantabria lleno de paisajes espectaculares, historia viva y una riqueza natural que lo convierten en un auténtico milagro de la naturaleza.

Este valle de Cantabria está rodeado de majestuosas montañas —algunas de ellas superan los 2.000 metros de altitud— y lo atraviesa el río Nansa, un curso de agua que ha moldeado el territorio a lo largo de los siglos. Su aislamiento ha permitido que conserve su esencia rural, su arquitectura tradicional y su carácter auténtico, alejándose de la masificación turística.

Llegar al valle de Cantabria de Polaciones es, en sí mismo, un viaje inolvidable. El acceso principal es a través del estrecho de Peña Bejo, también conocido como el Caos de Bejo. Se trata de una garganta natural de gran belleza que, tras un recorrido sinuoso, da paso a un valle abierto y lleno de contrastes.

Una vez dentro, el visitante se encuentra con un territorio que parece haberse detenido en el tiempo. Aquí, las praderas verdes se extienden hasta perderse en el horizonte, los bosques se mantienen intactos y las casas de piedra conviven con la naturaleza sin alterar su armonía.

Pueblos con historia en el valle de Cantabria

El Valle de Polaciones está compuesto por 13 pequeñas localidades, cada una con su propia identidad y encanto. Su capital, Lombraña, es el epicentro administrativo y cultural, y destaca por la Casona de La Cotera, una construcción incluida en el Inventario General del Patrimonio Cultural de Cantabria.

Otro de los pueblos más representativos es San Mamés, donde se encuentra la Casa del Virrey, un edificio señorial que recuerda la importancia de la emigración en la historia del valle. Durante siglos, muchos habitantes de Polaciones partieron hacia América en busca de fortuna, y su regreso se vio reflejado en la construcción de imponentes casonas que hoy forman parte del patrimonio arquitectónico del valle de Cantabria.

El valle de Cantabria que no tiene fama y es un milagro de la naturaleza

Una fotografía de archivo de la localidad cántabra de Puente Pumar | Pinterest

A medida que se recorren sus carreteras, el viajero se encuentra con aldeas donde la vida transcurre al ritmo de la naturaleza. En Pejanda y Belmonte, las casas de piedra y madera se integran perfectamente en el entorno, mientras que en Tresabuela, la ubicación elevada permite disfrutar de una de las mejores vistas panorámicas del valle.

Por su parte, Puente Pumar destaca por su conjunto urbanístico bien conservado, donde edificaciones como la Casa de los Coroneles dan cuenta del pasado señorial del valle. Lugares como Callecedo, Cotillos, Salceda y Santa Eulalia completan este recorrido, ofreciendo tranquilidad, paisajes de ensueño y la posibilidad de desconectar del ritmo frenético de la vida moderna.

Arquitectura y patrimonio en un valle con esencia

El valle de Cantabria de Polaciones es un reflejo de la historia y el arraigo cultural de la región. La arquitectura popular cántabra se manifiesta en sus casonas de piedra, muchas de ellas con escudos heráldicos tallados en sus fachadas y amplios corredores de madera que han resistido el paso del tiempo.

Entre los edificios más emblemáticos se encuentra la Casa del Arzobispo, en Puente Pumar, un ejemplo de arquitectura tradicional con una imponente fachada de sillería. También en San Mamés, la Casa del Virrey es testimonio del auge económico que experimentó la zona gracias a la emigración.

El valle de Cantabria que no tiene fama y es un milagro de la naturaleza

En esta fotografía se puede apreciar el pueblo de Tresabuela en su totalidad, además de la bella ladera donde se halla ubicado | Wikipedia

Además de sus construcciones civiles, el valle cuenta con un patrimonio religioso de gran valor. La iglesia de San Sebastián en Lombraña, con vestigios románicos, y la iglesia de San Ignacio de Loyola en Tresabuela, declarada conjunto histórico, son dos de los templos más representativos. Estas iglesias, junto a numerosas ermitas repartidas por la región, reflejan la importancia de la tradición religiosa en la vida de sus habitantes.

Un paraíso para los amantes de la naturaleza

Más allá de su riqueza arquitectónica e histórica, el valle de Cantabria de Polaciones es un destino ideal para los amantes de la naturaleza. Sus montañas y bosques ofrecen rutas de senderismo para todos los niveles, desde paseos suaves entre praderas hasta ascensos exigentes a las cumbres que rodean el valle.

La fauna y la flora de la zona son otro de sus grandes atractivos. Entre los bosques de robles y hayas es posible avistar ciervos, jabalíes y una gran variedad de aves rapaces. La tranquilidad del entorno y la baja densidad de población hacen de Polaciones un lugar privilegiado para la observación de la vida silvestre.

Además, el río Nansa ofrece oportunidades para los amantes de la pesca. Mientras que sus alrededores son perfectos para disfrutar de actividades al aire libre como la fotografía de paisajes, la recolección de setas en otoño o simplemente la contemplación de la naturaleza en estado puro.

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