Existe un lugar en el corazón de Aragón donde la historia, la leyenda y la superstición se funden en un relato tan singular como estremecedor. Se trata de Trasmoz, un pequeño municipio de apenas medio centenar de habitantes que ostenta un título insólito: es el único pueblo en España excomulgado por la Iglesia y, además, oficialmente maldito. Una doble condena que, pese a los siglos transcurridos, aún se mantiene vigente y que ha convertido a esta localidad en un símbolo del misterio y la resistencia frente al poder eclesiástico.
Para entender por qué Trasmoz es el único pueblo en España excomulgado, hay que remontarse al siglo XIII. En aquella época, la influencia del monasterio de Veruela —situado a pocos kilómetros del pueblo— era abrumadora. El control sobre las tierras, los recursos naturales y las relaciones sociales pasaba por el filtro del poder eclesiástico. Sin embargo, Trasmoz se resistía. Era una localidad laica, ajena a los dominios del monasterio, algo inusual en aquella época.
Las tensiones aumentaron cuando los vecinos del pueblo comenzaron a gestionar sus propios recursos forestales y a producir metalurgia —clave para la economía local— sin la autorización del monasterio. El conflicto derivó en enfrentamientos continuos. Como castigo, el abad de Veruela recurrió a una medida drástica: la excomunión del pueblo entero. Así fue como Trasmoz se convirtió en el único pueblo en España excomulgado. Una situación sin precedentes ni réplica hasta hoy.
Una maldición lanzada desde el altar que ni el Vaticano ha revocado
La excomunión no fue el único castigo simbólico impuesto por la Iglesia. Años después, el conflicto escaló aún más. Según la tradición oral recogida en la zona, los monjes realizaron una ceremonia solemne en la que, además de reiterar la excomunión, se lanzó una maldición ritual sobre el pueblo. Se trató de un rito litúrgico conocido como “salmo de maldición”, acompañado por el repique de campanas a la inversa y la lectura de pasajes bíblicos de condena. Esta acción convirtió a Trasmoz no solo en el único pueblo en España excomulgado, sino también en el único considerado oficialmente maldito por la Iglesia.

Vista de Trasmoz y su castillo | Wikipedia
Lo más curioso de esta historia es que la excomunión nunca ha sido revocada. Aunque en la práctica no tiene efectos jurídicos, la realidad es que la condena sigue vigente. Ni el paso del tiempo ni las transformaciones sociales han logrado revertir la sentencia. Trasmoz sigue siendo, más de siete siglos después, el único pueblo en España excomulgado. Un caso insólito que sigue despertando la atención de historiadores, curiosos y visitantes que buscan desentrañar el enigma de este rincón aragonés.
A la condición de pueblo en España excomulgado se suma otra faceta que ha alimentado su leyenda: su asociación con la brujería. Desde la Edad Media, Trasmoz ha sido vinculado a prácticas esotéricas, curanderas y rituales paganos. La tradición popular aseguraba que en el castillo —hoy parcialmente en ruinas— se celebraban aquelarres y ceremonias mágicas. Las historias de hechiceras, pócimas y conjuros pasaron de generación en generación, hasta formar parte de la identidad del lugar.