“No se puede construir infraestructura pensando que vendrá una catástrofe”

Pablo Salvador Zuriaga, ingeniero civil y profesor en la Universidad Politécnica de Valencia, explica a Artículo14 las consecuencias de la tormenta: "Si bien se pueden mejorar las infraestructuras, es inviable, carísimo e inabordable"

Varios vecinos contemplan el puente arrastrado por el agua en Ribarroja del Turia (Valencia)
Varios vecinos contemplan el puente arrastrado por el agua en Ribarroja del Turia (Valencia) EFE

En la tarde del 20 de octubre de 1982 se abrió un boquete en la presa de Tous, en Valencia, y poco después se desmoronó. La temida gota fría castigaba desde hacía horas a los pueblos valencianos de la ribera del Júcar. El agua rebosó la presa y se vino abajo. La rotura sepultó vidas y miles de casas, campos y negocios. Hoy se cumplen 40 años de aquella catástrofe, la pantanà, como se denominó coloquialmente en valenciano, que dejó a su paso ocho muertos —según datos oficiales— y decenas de miles de afectados que lo perdieron todo. Una decena de municipios ribereños de la comarca de Alzira resultaron arrasados, primero por el agua y luego por el barro.

Han pasado 42 años desde entonces, pero los valencianos tienen precedente en el rabillo del ojo. No es fácil evaluar los daños que puede dejar una tormenta como la DANA que ha asolado la Comunidad Valenciana. Y mucho menos es fácil, o incluso posible, adelantarse a ellos. Por ello, en Artículo 14 hemos entrevistado a Pablo Salvador Zuriaga, ingeniero civil y profesor en la Universidad Politécnica de Valencia, en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos, para entender mejor las características y las consecuencias de una tormenta como esta.

El ingeniero Pablo Salvador Zuriaga

El ingeniero Pablo Salvador Zuriaga

¿Cómo funcionan las presas y hasta qué punto se puede predecir lo que va a suceder con una tormenta?

En hidrología el tiempo de concentración (tc) representa el tiempo de viaje de una gota de lluvia que cae en el punto hidráulicamente más alejado de la cuenca y escurre superficialmente hasta su salida, es decir, el tiempo a partir del cual toda la cuenca contribuye al caudal en el punto de salida de la cuenca. Con ese sistema, en función de las precipitaciones se puede saber el tiempo de respuesta: según el agua que cae en un punto, la fuerza de las precipitaciones, se puede conocer el tiempo de respuesta.  Por lo tanto, suponiendo una lluvia de intensidad constante, el tiempo de concentración es el tiempo de equilibrio o duración necesaria para que se alcance el caudal máximo. Con la topografía se puede conocer el nivel que puede alcanzar el agua en cada punto, pero es difícil que en tiempo real se cumpla realmente. La DANA es una tormenta muy localizada y muy difícil de prevenir.

Había avisos previos. ¿Por qué es difícil de prever?

Hay avisos de fuertes lluvias, pero no se sabe dónde van a caer exactamente ni cómo se va a comportar el agua en tan poco tiempo. Hay veces que aquí llueve torrencialmente y a cinco kilómetros, nada. Al caer grandes cantidades de agua en muy poco tiempo, la previsión se hace prácticamente imposible.

¿Cree que se podía haber evitado la catástrofe?

Es cierto que en Valencia hemos recibido las alertas muy tarde. Esa alerta estridente es de una inutilidad completa: con ese sonido, el usuario lo apaga antes siquiera de leer el mensaje. Cuando llegó la alerta, en torno a las 19:00 h. de la tarde, los barrancos ya estaban desbordados. El problema de los barrancos es que el nivel del agua crece muy rápidamente en cuestión de segundos, y baja con una fuerza que es capaz de arrastrar coches y lo que se ponga por delante: son láminas de agua de medio metro de altura, pero con fuerza suficiente para derribar muros. Ese medio metro se alcanza en segundos, minutos, y no se puede maniobrar o retroceder. Repito: la alerta llegó tarde, sobre todo en la zona sur, donde se ha concentrado la lluvia alrededor del barranco de la zona de Chiva.

Puentes derrumbados y presas al borde del colapso en la Comunidad Valenciana

Puentes derrumbados y presas al borde del colapso en la Comunidad Valenciana

¿Hasta qué punto el nuevo cauce del río Turia ha sido decisivo?

Lo ha sido. Hemos visto el nuevo cauce del Turia, casi llegando a su límite de capacidad, en paralelo a la V-30: de no haberse desviado el cauce antiguo del río a su paso por la capital, la tragedia de los 5o se hubiera repetido. Pero además ha sido una suerte que estuviera limpio, que hubieran limpiado la vegetación, porque eso favorece la evacuación del agua. Porque una cosa es la construcción, para que evite riadas como la de 1957, y otra cosa es el mantenimiento: si hay vegetación, la capacidad de desagüe desaparece. Y de hecho, el Turia no se ha desbordado, sino que se han desbordado los barrancos, cuya capacidad de desagüe no es tan elevada.

¿Qué es el periodo de retorno?

El periodo de retorno de cualquier evento extremo (lluvias torrenciales, temperaturas extremas, huracanes) es el lapso o número de años que en promedio se cree que será igualado o excedido, es decir, es la frecuencia con la que se presenta un evento. ¿Cada cuánto tiempo se producen unas lluvias torrenciales como estas? ¿Cada 200 años? Son cosas muy poco comunes, y más contando con los datos históricos que tenemos hasta ahora.

¿Y no se pueden construir infraestructuras teniendo esto en cuenta?

No se puede construir infraestructura pensando que vendrá una catástrofe. Si la riada es más grande no se garantiza la seguridad de puentes o de otras infraestructuras. Puedes mejorar muchas cosas, pero no puedes construir pensando que en 200 años habrá una tormenta como esta: sería carísimo e inabordable, imposible de diseñar y de construir. Las infraestructuras, los puentes que se han derrumbado, puede que estuvieran mal diseñado o que hayan superado las hipótesis de cálculo, pero realmente es imposible anticiparse a algo como esto.

Imagen del pantano de Forata

Imagen del pantano de Forata

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