Este miércoles día 9 de octubre ha sido el día grande de la Comunidad Valenciana, una festividad autonómica cargada de simbolismo para la tierra de las Fallas, que vive su jornada grande cargada de emotividad y celebraciones populares. Este día 9 de octubre coincide con el momento en el que el rey Jaime I El Conquistador entró en la ciudad de Valencia en el año 1238 para liberarla del dominio musulmán y dar un paso de gigante en la Reconquista al liberar una de las ciudades más importantes de España. Y la primera celebración constatada de este evento coincide con el primer centenario de la reconquista, es decir, en el año 1338.
Pero no fue hasta el año 1365, casi 130 después de la reconquista de la zona, cuando la celebración pasó a ser anual. Ese día la bandera valenciana, preside los actos y se desciende desde el balcón principal del Ayuntamiento. Ya desde ahí recorre en procesión hasta la estatua del Jaime I en el Panterre y se realiza una ofrenda floral. Tras eso, una vez acabado este acto, se canta el Himno valenciano y se entrega la bandera en el Archivo Municipal.
Además, este 9 de octubre coincide con la festividad de Sant Donís, que es el patrón de los enamorados valencianos. Y por esta razón es tradición que los hombres regalen a las mujeres un dulce típico llamado ‘Mocadorà’ o ‘Mocaorà’, que esta hecho con mazapán y que se guarda dentro de un pañuelo cerrado con un nudo o un anillo. Una tradición que sirve para ensalzar el amor de una manera preciosa y emotiva.
Castillos de Valencia por la festividad del 9 d’Octubre. | EFE.
Los tópicos valencianos existen
Es muy típico en España que cada Comunidad Autónoma tenga asociado algún tópico, que aunque pueda parecer algo ‘feo’ o fuera de lugar en según que zonas sirve para definir a las personas de una zona específica. Y el pueblo valenciano también acumula alguno. Pero por encima de todos destaca la expresión que define uno de los que más se ha asociado siempre, y que no tiene traducción y viene a decir que los valencianos no protestan por nada.
Según los expertos, lo más parecido que se puede encontrar en el castellano es ‘me la suda’, aunque no llega a ser del todo eso. Es decir, no quiero saber nada del asunto ni meterme en temas que no me conciernen. No me interesa implicarme en cuestiones de las que no voy a sacar nada en limpio, al contrario, me va a perjudicar“, tal y como valoró el historiado Javier Paniagua en un artículo publicado hace 5 años..
Y es que en ese mismo escrito destaca que así se interpreta lo que piensa una parte de esta sociedad para caracterizar una mentalidad supuestamente “arraigada” en la Comunitat Valenciana. “Se critica que el valenciano o la valenciana se desentiende de las cuestiones comunitarias para limitarse a defender su propio interés, lo que le convierte al parecer en un individualista empedernido”, manifestó Panigua. Y es que la idiosincracia valenciana es así y pese a lo que pueda parecer, esta es una de las zonas más queridas a lo largo y ancho de España.