Si hay un lugar en Valencia que ha conquistado los corazones (y los estómagos) de locales y turistas, es la pastelería Sukar. Desde su apertura en 2021, este pequeño establecimiento situado en la calle Paz número 16 ha conseguido posicionarse como uno de los grandes referentes de la bollería artesanal en la ciudad. Y todo gracias a sus irresistibles cruasanes. Estos dulces no solo son de los mejores de la ciudad, sino que se han convertido en un fenómeno viral que hace que las filas para comprarlos se formen desde primera hora del día. ¡Se agotan en cuestión de horas!
Sukar, el éxito detrás del cruasán perfecto en Valencia
Sukar, que en árabe significa “azúcar”, es el sueño hecho realidad de Arturo Salvador, un maestro pastelero con una trayectoria marcada por la excelencia en la pastelería de alta gama. Antes de abrir este exitoso local, Salvador había gestionado otra pastelería, Chocolat, en la calle Cirilo Amorós. Sin embargo, la crisis económica de 2007 y más tarde la pandemia le obligaron a cerrar su negocio y reinventarse.
Fue en 2021 cuando decidió abrir Sukar. ¿El propósito? Ofrecer productos de bollería de alta calidad en un formato más accesible. Y lo consiguió con creces. En poco tiempo, la pastelería se convirtió en un punto de referencia para los amantes de los dulces en Valencia, gracias a su amplia variedad de productos. Pero, sobre todo, a sus famosos cruasanes, que destacan por su sabor, textura y originalidad.
Los cruasanes de Sukar: variedades para todos los gustos
El verdadero atractivo de Sukar reside en la oferta de sus cruasanes. ¿Por qué motivo? Porque no son los típicos que puedes encontrar en cualquier panadería. Cada uno de ellos está cuidadosamente elaborado, combina ingredientes de primera calidad con un toque innovador que los convierte en una experiencia única para el paladar.
Entre las variedades más populares se encuentra el cruasán de pistacho, relleno con una pasta de pistacho casera que ha causado furor entre los clientes habituales. Pero no es el único. Otros sabores como el de tarta de queso con compota de frutos rojos, el de tiramisú, el de praliné de avellana con chocolate negro o el famoso cruasán torrija que suele prepararse en Semana Santa, son algunos de los dulces que hacen que los valencianos vuelvan una y otra vez a Sukar.
No solo los locales disfrutan de estos manjares. La fama de Sukar ha traspasado fronteras. Muchos turistas que visitan Valencia hacen una parada obligatoria en la pastelería para probar alguno de sus cruasanes. Y, claro, no es raro ver cómo los productos estrella se agotan pocas horas después de abrir, dejando a muchos con ganas de más.