Ya está aquí la Semana Santa, y aunque es una fecha perfecta para aprovechar los días libres y salir de la gran ciudad y buscar hacer un viaje por España o el extranjero, hay quien prefiere quedarse. Pero para quienes decidan o se vean obligados a hacer esto, tienen más opciones dentro de la Comunidad de Madrid. Por ejemplo, para los que busquen un plan diferente para aprovechar estos días festivos, no hace falta ir muy lejos para encontrar un lugar que te permita desconectar por completo del ritmo frenético de la ciudad, cerca de ella y en plena naturaleza.
Hay un rincón en plena sierra madrileña que parece sacado de una película del norte de Europa. Hablamos de Rascafría, un pueblo con encanto enclavado en el corazón del Valle del Lozoya que se convierte en una escapada perfecta durante la Semana Santa. Este pintoresco municipio, rodeado por los paisajes espectaculares del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, ofrece mucho más que tranquilidad: senderos entre montañas, ríos cristalinos, arquitectura histórica, y sobre todo, la joya de la corona un bosque muy especial.
Un bosque al más puro estilo nórdico
Uno de los secretos mejor guardados de Rascafría es su Bosque Finlandés, un paraje que recuerda a los paisajes escandinavos y que parece transportarte directamente a los lagos y bosques de los países bálticos. Este singular enclave nació en los años 80 tras el hermanamiento entre Rascafría y Helsinki, y su vegetación —con abedules, álamos y abetos típicos del norte de Europa— lo convierte en un sitio único en Madrid, y prácticamente en todo el Mediterráneo, pues es como transportarse muchos kilómetros hacia el norte europeo.
El bosque se encuentra junto a un pequeño lago con embarcadero, que completa una estampa idílica en cualquier estación, pero que en primavera cobra un encanto especial con el renacer de la vegetación. Es, sin duda, uno de esos lugares que parecen diseñados para perderse, cámara en mano, y dejar que el tiempo se detenga, pasando un día en el que si lo que se busca es desconectar, se puede conseguir muy fácilmente.
Qué ver y dónde comer en Rascafría
Aparte de su famoso bosque, el pueblo ofrece un recorrido muy interesante por un patrimonio de lo más destacado en el que hay muchos planes diferentes para hacer. El Monasterio de Santa María de El Paular, del siglo XIV, es una joya arquitectónica rodeada de naturaleza. Muy cerca está el Puente del Perdón, que cruza el río Lozoya y regala una de las postales más bellas de la zona. También se puede visitar la Iglesia de San Andrés Apóstol, construida en el siglo XVII.

Y después de pasear, nada como sentarse en alguno de los restaurantes locales a disfrutar de platos tradicionales como el cocido madrileño, las truchas del río o un buen cordero asado, estos platos, aunque contundentes eso sí, sin ideales para reponer fuerzas tras una jornada al aire libre con mucho movimiento y normalmente desgaste físico. Más allá de todo lo que ofrece el lugar, que es mucho, si buscas un plan diferente esta Semana Santa, Rascafría es una apuesta segura: historia, naturaleza, buena gastronomía y un bosque de película, todo ello sin salir de Madrid, pues apenas está a 98 kilómetros de la capital.