Una alerta nuclear en Barajas activó todas las alarmas en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas durante la tarde de este lunes. El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) informó de la pérdida temporal de un contenedor con material radiactivo muy peligroso, localizado posteriormente en la terminal de carga del aeropuerto madrileño. Aunque la situación ya está bajo control, el suceso ha generado preocupación y muchas preguntas sobre lo que realmente ocurrió.
El hallazgo del bulto radiactivo
El contenedor extraviado, identificado como bulto B(U) modelo NE4C, transportaba cuatro fuentes radiactivas encapsuladas de Selenio-75 (Se-75), destinadas a su comercialización en una instalación específica. El paquete estaba debidamente señalizado con la clásica simbología nuclear: el trébol y la leyenda “RADIACTIVO”. El CSN, tras ser informado de la desaparición del bulto, emitió una advertencia pública solicitando a cualquier persona que lo encontrara que no lo manipulase bajo ninguna circunstancia y que notificase de inmediato a las autoridades o a los servicios de emergencias (112).
El material debía haber sido entregado el pasado viernes tras llegar al aeropuerto de Barajas desde Praga. Sin embargo, su ausencia fue reportada por la instalación receptora, lo que obligó a una intervención urgente del CSN.
La intervención de las autoridades
En cuanto se tuvo conocimiento de la alerta nuclear en Barajas, el CSN desplegó un equipo de inspectores al aeropuerto madrileño para investigar la situación y confirmar la ubicación del material. La prioridad era determinar si el contenedor había llegado efectivamente a la terminal y garantizar que no representaba un peligro para las personas o el medio ambiente.
Finalmente, pasadas las 20:30 horas, el equipo desplazado comunicó que el contenedor había sido localizado dentro de la propia terminal de carga, en perfecto estado y sin que hubiera indicios de manipulación indebida. El CSN confirmó en su comunicado oficial que las cuatro fuentes radiactivas estaban completamente protegidas por su blindaje.
¿Qué riesgos entrañaba esta alerta nuclear en Barajas?
Las fuentes radiactivas de Se-75 localizadas en el aeropuerto están clasificadas como categoría 2 en la escala de peligrosidad del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), que va del 1 (más peligrosa) al 5 (menos peligrosa). La categoría 2 corresponde a material que puede resultar “muy peligroso para las personas” si no cuenta con la protección adecuada.
En su comunicado, el CSN aclaró que, mientras las fuentes permanezcan dentro del bulto de transporte protegido, no existe riesgo alguno para la salud ni para el entorno. Sin embargo, si estas fuentes llegaran a quedar expuestas o fueran manipuladas de forma indebida, podrían provocar daños radiológicos graves.
Este tipo de material radiactivo suele utilizarse en aplicaciones industriales, como la radiografía gamma, un método empleado para inspeccionar estructuras metálicas en busca de defectos. El Se-75, en particular, es conocido por su alta penetración y eficacia en pruebas no destructivas.