PSOE y Vox han unido sus fuerzas en Castilla y León para incluir el debate de la Ley de Concordia en el pleno autonómico de la próxima semana aunque no tiene ninguna posibilidad de prosperar. La maniobra política ha suscitado una considerable polémica, puesto que el PP exigía un informe previo al Consejo Consultivo para poder realizar la discusión esta norma, que hace meses que se arrastra. PSOE y PP reclamaron este mismo informe el pasado mes de abril, pero la solicitud no pudo tramitarse porque requiere unanimidad y Vox votó en contra de la misma. Pasados estos meses, el PSOE ha optado por unirse a Vox para que la norma sea debatida en la sesión plenaria de la semana que viene.
La iniciativa de la Ley de Concordia se alumbró cuando PP y Vox compartían el gobierno autonómico, pero desde que el grupo de Santiago Abascal optó por romper sus alianzas con los populares la situación política ha cambiado diametralmente.
En todo caso, las Cortes de Castilla y León tumbarán en el pleno la toma en consideración de la proposición de Ley de Concordia, puesto que los propios socialistas ya han anunciado que votarán en contra de la misma. Podemos también piensa rechazarla —”esta norma me parece una mierda”, ha llegado a decir su dirigente Pablo Fernández— pero aunque se mostró partidario de poder debatir el texto. El PP, con el argumento de que es “fundamental” contar con el informe del Consultivo, también piensa votar en contra de su tramitación. Así que el pleno autonómico debatirá una iniciativa sin ningún tipo de consenso político.
“Más unidos que nunca”
Todo ello como resultado de una Junta de Portavoces celebrada este jueves y que alguno de los participantes ha calificado de “estrambótica” y de “lamentable”. El portavoz de la la Junta de Castilla y León, Carlos Fernández Carriedo (PP), mostró su sorpresa por la “nueva alianza” entre PSOE y Vox. Carriedo dijo que “llama la atención” que PSOE y Vox parezcan “más unidos que nunca”, en referencia a lo ocurrido en la Mesa de las Cortes de Castilla y León y les emplazó a ponerse de acuerdo en el contenido de la norma y no solo para iniciar su debate parlamentario.
El exvicepresidente de la Junta, Juan García-Gallardo (Vox), acusó, por su parte, a su antiguo socio, el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, de ser “un hombre sin palabra”. “El PP está en una crisis de identidad (…). Vuelven los complejines”, dijo García-Gallardo, que criticó a sus antiguos socios por perpetrar un “espectáculo bochornoso” al oponerse a la inclusión en el orden del día del próximo pleno de la Ley de Concordia que presentaron en conjunto.