Uno de los lugares de España en los que mejor se come es sin duda Castilla y León, pues debido a la cantidad de provincias y lugares diferentes da lugar a una gran variedad de platos típicos de diversa índole. No se come igual en Valladolid que en Zamora o en Salamanca, por eso cada zona tiene sus tradiciones, pero todas ellas con su historia y con gran peso en la gastronomía del norte de España.
Aunque hay platos más conocidos que otros, todos tienen por norma general la particularidad de ser muy contundentes por el frío que suele regir estas zonas. Además de que la carne suele ser protagonista por el tipo de ganado que siempre ha habido, especialmente en lo que se refiere al cerdo, que tantos alimentos ha dado. En este caso nos vamos a centrar en uno de los más desconocidos, el Botillo.
El botillo, uno de los secretos de Castilla y León
Es uno de los productos más peculiares de la comunidad y también el más típico de una de las regiones más importantes de Castilla y León, El Bierzo. La gran estrella de la comida berciana y el plato más importante en cualquier celebración o fiesta en León. Este plato es contundente, por lo que la época ideal para saborearlo es el otoño y el invierno ya que, además, nos ayudará a entrar en calor.
El botillo de León es el plato estrella de la comarca leonesa de El Bierzo. Acorde con el clima tan duro durante los meses de invierno, este guiso es lo suficientemente contundente para aportar calorías y no faltar en ninguna celebración. Su ancestral elaboración hace que sea un manjar, aunque es muy trabajoso y necesita de tiempo y muchas manos.
El Botillo procede del despiece del cerdo. Todo el proceso de elaboración se hace en un periodo de cinco días. En la primera fase, se procede a la selección y troceado de la materia prima, básicamente costilla y rabo; además puede añadirse lengua, carrillera, paleta y espinazo, en un máximo del veinte por ciento del total. Una vez troceado, en porciones regulares, se adoba con sal, pimentón del Bierzo, ajo y especias naturales, como el orégano. Con la mezcla, se procede al embutido, pasando después al ahumado con leña natural de roble o encina. El punto final llega con el secado: un mínimo de dos días, para dar mayor consistencia al botillo.
Cómo cocinar el Botillo
A la hora de degustarlo, hay distintas maneras de cocinar el botillo, aunque predomina la más tradicional de todas, que se lleva a cabo de la siguiente manera: se pone el botillo a cocer en una olla, a fuego lento para no romper el envoltorio. Dependerá mucho del tamaño y peso, pero un botillo de un kilo debe cocer entre dos y dos horas y media. Hay que estar atentos, ya que media hora antes de que finalice la cocción, es el momento de añadir las patatas, verdura y unos chorizos. La salsa roja, hecha con el pimentón autóctono del Bierzo, será el complemento ideal que dará el color, aroma y sabor a las verduras y las patatas. Se debe servir en una fuente honda, con la guarnición complementaria rodeando el Botillo, lo que permitirá disfrutar de todos los sabores que potencien aún más esta elaboración milenaria.