En Córdoba, el Arcángel San Rafael no solo es una figura religiosa. Su vínculo con la ciudad está entrelazado con su historia, su arte y sus tradiciones más profundas. Esta devoción tiene siglos de antigüedad y es tan relevante que se refleja en los múltiples monumentos, iglesias y festividades que lo honran.
La historia de la conexión entre San Rafael y Córdoba se remonta a una época de gran sufrimiento para la ciudad. Durante el siglo XVII, una devastadora epidemia de peste azotó a los cordobeses. Según la tradición, el Arcángel se apareció en varias ocasiones al Padre Andrés de las Roelas en 1578. Le prometió que protegería a la ciudad y sus habitantes. Esta promesa fue vista como un acto de salvación divina cuando la epidemia comenzó a remitir, lo que consolidó a San Rafael como el protector eterno de Córdoba.
La aparición de San Rafael no solo calmó el temor de los habitantes, sino que también estableció una relación simbólica entre el Arcángel y la salud de la ciudad. Esta figura religiosa fue entonces elevada al estatus de Custodio, un título que ha perdurado hasta la actualidad. Desde aquel momento, la devoción hacia él no ha hecho más que crecer. De hecho, es una de las festividades religiosas más importantes de Córdoba.
Los triunfos de San Rafael: una leyenda de Córdoba
A lo largo de los siglos, la devoción por San Rafael ha quedado inmortalizada en los “triunfos”, monumentos de estilo barroco que comenzaron a erigirse en su honor a finales del siglo XVII y que se multiplicaron durante el XVIII. Estos triunfos son estructuras que, en su versión más simple, consisten en una columna coronada por una estatua del Arcángel. Sin embargo, algunos de los triunfos más significativos (como el de la Puerta del Puente, construido por el escultor Miguel Verdiguier en 1765) son mucho más elaborados, con detalles arquitectónicos y escultóricos que los convierten en verdaderas obras de arte.
Estos monumentos no solo son puntos de referencia arquitectónicos, sino también hitos espirituales. Para los cordobeses, cada uno de estos triunfos es una representación física de la protección continua que San Rafael brinda a la ciudad. El más famoso de ellos, ubicado junto a la Mezquita-Catedral de Córdoba, es una imponente estructura que mezcla la iconografía religiosa con el arte barroco y simboliza el triunfo del Arcángel sobre el mal y la enfermedad.
El simbolismo de la Basílica del Juramento de San Rafael
Otro símbolo clave de esta devoción es la Basílica del Juramento de San Rafael, construida en el lugar exacto donde, según cuenta la leyenda, el Arcángel se apareció por primera vez al Padre Roelas. Inaugurada en 1806, esta iglesia es uno de los principales lugares de culto en Córdoba. Un recordatorio constante del vínculo entre el Arcángel y la ciudad. En su interior destaca la escultura de San Rafael. Una escultura que, junto a la de San Acisclo y Santa Victoria, patronos de Córdoba, custodia el altar principal.
El diseño de la basílica refleja la influencia del arte neoclásico en la ciudad, con una estructura que incluye tres naves separadas por pilares y un altar mayor que alberga una imagen dorada de San Rafael. Este templo es un lugar de oración, pero también un destino de peregrinación para aquellos que buscan la protección del Arcángel.