La gestión de la empresa Konecta durante el paso de la última DANA ha desatado una ola de indignación entre sus trabajadores y sindicatos. Según ha denunciado el comité de empresa, la corporación tiene la intención de descontar las jornadas laborales perdidas el pasado 13 de noviembre, cuando la provincia de Málaga estaba en aviso rojo por el riesgo extremo derivado de este fenómeno meteorológico.
La medida, calificada como “fraudulenta” por el sindicato CGT, ha generado malestar y una fuerte reacción sindical, que incluye una convocatoria de concentración en protesta contra lo que consideran un ataque directo a los derechos de la plantilla.
El pasado 13 de noviembre, el paso de una DANA puso en jaque a varias provincias españolas, activando avisos de riesgo extremo por lluvias torrenciales y vientos huracanados. En ese contexto, el comité de empresa de Konecta solicitó repetidamente la implantación de medidas urgentes, como el teletrabajo, para garantizar la seguridad de sus empleados.
Sin embargo, a pesar de que el nivel de alerta meteorológica ascendió de naranja a rojo, la empresa no ofreció alternativas claras para proteger a su plantilla. Eso llevó a muchos trabajadores a optar por no desplazarse hasta sus centros laborales debido al evidente peligro para su seguridad. Ahora, la empresa pretende descontar estas ausencias como “no retribuidas por injustificadas”, según denuncia CGT.
Una medida “fraudulenta” por la DANA y la respuesta sindical
De acuerdo con un comunicado emitido por CGT, mandos intermedios de Konecta informaron a la plantilla de que se descontarán de las nóminas las horas no trabajadas durante la jornada afectada. Sin embargo, como medida paliativa, la empresa ofrece a los trabajadores la opción de recuperar esas horas para evitar el impacto económico en sus sueldos.
La respuesta sindical no se ha hecho esperar. CGT considera que esta acción contraviene el artículo 21 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, que establece que los empleados tienen derecho a interrumpir su actividad “en caso de peligro grave, inminente e inevitable” sin sufrir repercusiones en su remuneración. El comité ha presentado una reclamación por escrito para exigir la devolución de las cantidades que la empresa planea descontar.
La Ley de Prevención de Riesgos Laborales es clara en situaciones como esta. Su artículo 21 protege a los empleados frente a condiciones que representen un peligro para su seguridad. Según el sindicato, la decisión de descontar las jornadas de la DANA no solo es injusta, sino también ilegal, ya que los trabajadores actuaron bajo un principio de autoprotección avalado por la legislación vigente.
CGT ha enfatizado que la responsabilidad de garantizar la seguridad recae sobre la empresa, y que en ningún caso las inacciones de Konecta deberían traducirse en perjuicios económicos para sus empleados.
Concentración en defensa de los derechos laborales
El próximo 20 de noviembre, los trabajadores de Konecta están convocados a una concentración frente a las puertas de su centro de trabajo. El objetivo es denunciar lo que consideran una “falta de respeto empresarial hacia la dignidad de la plantilla”, así como el “desprecio absoluto a la seguridad y salud en el trabajo”.
La movilización busca revertir la decisión de la empresa, pero también visibilizar la necesidad de medidas preventivas efectivas ante emergencias climáticas futuras, como el teletrabajo. Una solución que se ha demostrado viable y necesaria en situaciones de riesgo.
La insistencia del comité de empresa en implementar el teletrabajo durante el aviso rojo no es casual. Esta modalidad, que se popularizó durante la pandemia, se ha convertido en una herramienta fundamental para garantizar la continuidad laboral sin comprometer la seguridad de los empleados.
En este caso, el teletrabajo habría permitido a los trabajadores cumplir con sus responsabilidades laborales desde un entorno seguro, evitando desplazamientos peligrosos en condiciones meteorológicas extremas. La negativa de Konecta a aplicar esta medida pone de manifiesto una falta de previsión y flexibilidad que ahora ha escalado a un conflicto laboral.