Viajar en el mes de enero siempre es una buena opción. Los destinos están menos masificados, los paisajes son verdaderamente encantadores, y la experiencia de tomar el sol de invierno es única e inigualable. Más aún si lo hacemos en un sitio lleno de magia y poco frecuentado.
Ciertamente, hay lugares de España que en esta época del año son menos frecuentados. Y precisamente por eso son una gran opción para visitar. Un claro ejemplo se encuentra en Andalucía, concretamente en la provincia de Jaén. Se trata de la impresionante y extensa área montañosa de las cuatro leyendas, también conocida como Sierra de Cazorla.
Sierra de Cazorla, un paraíso natural montañoso
La Sierra de Cazorla es una de las zonas más bellas y naturales de la península ibérica, y forma parte del Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas, que es el parque natural más grande de España.
Cuenta con un paisaje lleno de encanto que se caracteriza por su gran biodiversidad. La sierra es conocida por su vegetación rica y variada, dominada por bosques de pino silvestre y roble, pero también cuenta con áreas de encinares y especies de flora autóctona. Además, la región alberga una gran diversidad de especies vegetales, algunas de ellas endémicas.
Parque natural de las Sierras de Cazorla.
Además, esta sierra es un refugio para numerosas especies animales. Es famoso por ser hogar del águila real, el lince ibérico, ciervos, jabalíes, cabras montesas y una amplia variedad de aves rapaces y otras especies.
La Sierra de Cazorla tiene una geografía espectacular, con montañas de más de 2.000 metros de altura, profundos valles, desfiladeros, ríos, y cascadas. Algunos de los puntos más conocidos son el Cerro de las Banderas, el Cerro de los Halcones y el Embalse de la Bolera. Aunque la joya de la corona es el río Guadalquivir, el cual nace de estas montañas. Algo que hace que la zona tenga una importancia ecológica y geográfica única. Además, se pueden encontrar numerosas fuentes y manantiales que enriquecen la flora y fauna de la región.
La Sierra de las cuatro leyendas
Como el parque natural más grande de España y uno de los principales pulmones verdes de Europa, este rincón de Jaén no solo invita a admirar sus paisajes, sino también a sumergirse en el misticismo que habita en sus montañas y aldeas.
Un claro ejemplo de ello son las cuatro leyendas que te presentamos hoy. Algunas, como la de La Tragantía, seguro te sonarán, mientras que otras quizás sean una sorpresa para ti.
Leyenda de la Encantá
La Leyenda de la Encantá, originaria de la Sierra de Cazorla, narra la aparición de una figura sobrenatural, una dama de gran belleza que se manifestaba en el bosque, peinando sus cabellos dorados o acunando a un niño.
La Encantá, conocida por los serranos, tenía la misión de proteger los recursos naturales, reprimiendo el abuso de los aldeanos que recolectaban plantas en exceso y a los pastores que dañaban la vegetación. Además, aconsejaba a los viajeros cuidar las fuentes y arroyos.
La leyenda del último lobo
Los lobos habitaron las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas hasta principios del siglo XX, en una época de gran biodiversidad. Junto a ellos, especies como cabras montesas, zorros y tejones enriquecían el ecosistema. Sin embargo, la amenaza que los lobos representaban para el ganado llevó a los pastores a cazarlos intensamente, casi extinguiéndolos.
La leyenda del último lobo cuenta que “Vicentón” fue el último y temido lobo de la sierra cazorleña.
Entre los últimos lobos destacó uno llamado Vicentón, conocido por su tamaño y astucia. Durante años, evadió trampas y cazadores, convirtiéndose en un mito de fuerza y resistencia. Se dice que su cadáver descansa en alguna cueva de la sierra, simbolizando una época en que el lobo era el rey de estas montañas.
Leyenda de la Tragantía
La Leyenda de la Tragantía es una historia trágica y sobrenatural originada en la época de la Reconquista. Según la leyenda, un rey moro, al intentar proteger a su hija de los invasores castellanos, la escondió en una habitación secreta en las montañas. Tras la muerte del rey, la princesa quedó sola y encerrada, lo que la llevó a la locura.
Convertida en una criatura mitad humana, mitad serpiente, juró vengarse de quienes la abandonaron. En la noche de San Juan, se dice que su cántico resuena: “Yo soy la Tragantía, hija del rey moro. El que me oiga cantar no verá la luz del día ni la noche de San Juan.”
La leyenda del Puente de las Herrerías
El Puente de las Herrerías, ubicado en la cabecera del río Guadalquivir, es uno de los lugares más emblemáticos de la Sierra de Cazorla. Según la leyenda, su construcción está vinculada con la campaña militar de los Reyes Católicos contra el reino nazarí de Granada en el siglo XV. Se cuenta que, al llegar a un punto donde el caudal del río bloqueaba su avance, Isabel la Católica ordenó construir un puente en una sola noche.
Puente de las Herrerías
Existen dos versiones de la historia: una caballeresca, donde los soldados, liderados por Isabel, logran levantar el puente gracias a su esfuerzo y determinación, con la reina cruzándolo primero para demostrar su valentía; y una versión mística, que atribuye la construcción rápida a una intervención divina, con una fuerza sobrenatural que permitió a los soldados completar el puente en una sola noche, permitiendo a Isabel continuar su marcha.