La Costa del Sol, uno de los destinos turísticos más populares de España, podría estar a punto de experimentar un cambio drástico en su red de transporte. El Ministerio de Transportes ha puesto en marcha la redacción de un estudio que promete abordar los problemas de movilidad que durante años han afectado a la zona occidental de esta región costera. Este proyecto, que se sitúa en un eje clave entre Torremolinos (Málaga) y Torreguadiaro (Cádiz), busca dar respuesta a una demanda social e institucional que no ha dejado de crecer.
La situación actual de las carreteras estatales de la Costa del Sol, especialmente las que incluyen la Autovía del Mediterráneo (A-7) y la autopista de peaje (AP-7), ha sido objeto de críticas debido a los constantes atascos. Estos problemas no solo afectan a los residentes, sino también al turismo, uno de los motores económicos de la región. El nuevo estudio licitado, con un presupuesto de 1.081.364,9 euros, se perfila como la primera etapa para encontrar soluciones viables que mejoren la movilidad en esta área de más de 100 kilómetros.
Un plan en dos fases para mejorar la Costa del Sol
El estudio se dividirá en dos fases bien definidas, cada una con objetivos específicos que pretenden atacar el problema de raíz. En la primera etapa, que tiene un plazo de cinco meses, se realizará un diagnóstico exhaustivo de la situación actual. Esto incluye analizar el estado del corredor A-7/AP-7 desde un punto de vista técnico, urbanístico y ambiental. Entre los factores clave que se estudiarán están la geometría de las carreteras, el volumen de tráfico, los puntos de alta accidentalidad y el incumplimiento de normativas actuales.
Además, esta fase inicial también buscará coordinar esfuerzos con otras Administraciones que tengan competencias en la Costa del Sol, con el fin de establecer sinergias que potencien los resultados. Esto resulta especialmente relevante en un área tan compleja y concurrida como esta.
La segunda fase, por su parte, se centrará en concretar los detalles de las posibles intervenciones. Esto incluye diseñar alternativas de actuación, cuantificar los costes de construcción y conservación, y realizar estudios de tráfico basados en big data, incluyendo datos de movilidad obtenidos a través de telefonía móvil. Este enfoque tecnológico podría ser clave para ofrecer soluciones adaptadas a las necesidades reales de los usuarios de la Costa del Sol.
¿Qué alternativas se están estudiando?
Entre las posibles soluciones que podrían surgir de este estudio se encuentran la ampliación de la infraestructura existente y la construcción de nuevas conexiones que reduzcan la congestión en puntos clave. Por ejemplo, los enlaces con elevada demanda en la A-7 serán objeto de un análisis detallado mediante modelos de microsimulación. Esto permitirá identificar cuáles son las intervenciones más efectivas para mejorar el nivel de servicio.
Además, el estudio evaluará cada alternativa a través de un análisis multicriterio que ponderará factores económicos, funcionales, territoriales y ambientales. Este enfoque garantiza que las soluciones propuestas no solo sean viables desde un punto de vista técnico, sino que también sean sostenibles y beneficien al mayor número de usuarios posible. Por último, se llevará a cabo un análisis coste-beneficio que determinará la rentabilidad de cada opción, considerando aspectos como la reducción de tiempos de recorrido, la disminución de la accidentalidad y la reducción del impacto ambiental.
Paralelamente al estudio viario, el Gobierno también ha reactivado el debate sobre la viabilidad del tren de la Costa del Sol, una infraestructura largamente esperada que conectaría Algeciras con Nerja. Aunque este proyecto aún está en una fase inicial, su desarrollo podría suponer un antes y un después en la movilidad de la región. No obstante, el enfoque actual está claramente dirigido a mejorar las carreteras, que siguen siendo el principal medio de transporte para residentes y turistas.
Plazos y desafíos
A pesar del entusiasmo generado por este nuevo estudio, no se espera que los resultados estén listos antes de mediados de 2026. Las empresas interesadas en participar en el proyecto tienen hasta el 25 de febrero para presentar sus ofertas, y el plazo total de elaboración es de 12 meses. Este calendario, aunque ambicioso, refleja la complejidad de abordar un problema tan arraigado como el de los atascos en la Costa del Sol.
Uno de los principales desafíos será encontrar un equilibrio entre las demandas de los diferentes actores implicados, desde las Administraciones locales hasta los usuarios de las carreteras. Además, la Costa del Sol presenta particularidades geográficas y urbanísticas que deberán ser consideradas cuidadosamente para garantizar que las soluciones propuestas sean viables y sostenibles.