¿Puede Vox crecer tanto como Le Pen?

El contundente resultado en las elecciones europeas del partido de Marine Le Pen en Francia, Agrupación Nacional, haciéndose con el 31,4% de los votos, y el triunfo de los partidos más escorados a la derecha en países como Italia, Austria, Hungría y Bélgica, abre el debate sobre si, en España, se darían las circunstancias como para que Vox pudiera alcanzar un resultado similar. Pese a que la victoria ha sido del Partido Popular con 22 escaños, seguido del PSOE con 20, el partido de Santiago Abascal ha ocupado el tercer puesto con 6 diputados, lo que supone un crecimiento de 3 escaños respecto a los resultados de 2019.

A FAVOR
Paco Santas Olmeda
Periodista experto en política

"Ha asegurado su suelo electoral"

Contestar a la pregunta sería tanto como valorar si es posible algún tipo de cambio político sustancial en España. Algo que vaya más allá de la alternancia nominal. Una alteración significativa del juego.

Siempre que se dice que avanza la “extrema derecha”, lo que en los medios se ha acuñado como tal, se entiende que es algo muy radical que viene de muy lejos, como un frío viento siberiano, pero de ser así, sería siempre un movimiento tranquilizador, un movimiento hacia el interior, hacia el centro, hacia todo lo demás. Así ha ocurrido con Marine Le Pen, por ejemplo, que ha ido moderando sus posiciones familiares, adaptando su identitarismo al republicanismo francés. En ese proceso se ha ido conformando un mensaje capaz de ser alternativo. La cuestión migratoria y el islamismo, sin desaparecer, fueron dejando paso a preocupaciones sociales y económicas. De un movimiento a la derecha se pasó a un movimiento también de abajo, para los de abajo.

En España esto debería ser posible. Vox ha consolidado una propuesta y asegurado un suelo electoral tras las muchas amenazas a su espacio político, así que, asegurado eso, podría ir creciendo mientras el contexto cambia y se acerca al europeo. Vox tiene estrechas relaciones con las derechas continentales, ha podido conocer de primera mano las particularidades de cada país y los procesos de consolidación ideológica que, en todo caso, son muy largos. Tampoco es que Le Pen puede cantar victoria. En Francia encuentra el límite de la segunda vuelta, donde el Sistema se repliega en su contra.

Si hay un partido que en España pueda imitar su evolución es Vox, por supuesto, aunque el caso de Le Pen sea una invitación a la paciencia y al gradualismo. Es la obra de una vida o incluso de dos. Y no sabemos si aquí habrá tanto tiempo.

EN CONTRA
Ana Salazar
Politóloga. Directora de Idus3 Estrategia

"Es complicado que sustituya a la derecha tradicional"

Ya le gustaría a Vox cosechar un resultado como el de Le Pen, pero España no es Francia.
A priori, una situación parecida a la francesa en unas elecciones europeas, en las que Vox quede en primera posición con una ventaja de 16 puntos sobre el segundo, parece complicada.
En Francia, el triunfo de Le Pen se debe principalmente a tres factores: la consolidación del partido, el desmoronamiento de la derecha tradicional y el sistema presidencialista. Estos factores están estrechamente relacionados.

Lo que hoy conocemos como la Agrupación Nacional se remonta a sus orígenes en 1972. Por tanto, estamos hablando de un partido con 50 años de trayectoria y 40 años de presencia relevante.

¿Pero cómo ha sido capaz esta formación de sustituir a la derecha tradicional francesa en unas elecciones europeas? Para ello, tenemos que remontarnos a unos años atrás y ver las particularidades del sistema político.

El sistema presidencialista francés presenta mayores fragilidades que el sistema parlamentario español. En unas elecciones para la Presidencia de la República, se vota a la persona, y ésta puede llegar a aglutinar grandes bolsas de votantes en torno a ella. Cualquiera de los dos candidatos que consigan pasar a la segunda vuelta alcanzará altísimos niveles de notoriedad pública, al margen de sus partidos. Así fue cómo Macron, un candidato sin partido, consiguió desbancar a la derecha tradicional Chirac y Sarkozy, y también a la izquierda de François Hollande.

Marine Le Pen ha competido en dos ocasiones en una segunda vuelta contra Macron: en 2017 y 2022. En ninguna de las ocasiones ha conseguido la victoria debido a la activación del voto útil de sus adversarios, pero estas campañas le han brindado un altísimo posicionamiento en la opinión pública.

El sistema parlamentario español es mucho más proteccionista a la hora de aupar nuevos liderazgos. Lo vemos en la dificultad de las nuevas formaciones políticas para ocupar el espacio político.

Es cierto que en unas elecciones europeas se utiliza el mismo sistema para todos los países, sin barreras de entrada y con circunscripción única. Sin embargo, el resultado tiene mucho que ver con el posicionamiento de los candidatos y los partidos a nivel nacional.

En este sentido, España cuenta con una derecha tradicional, el Partido Popular, que dipone de todas las ventajas del sistema parlamentario. Es un partido con arraigo que ha sobrevivido a la Gürtel, a las crisis de liderazgo internas y a una moción de censura. Hoy en día, el PP goza de una fuerza territorial e institucional que difícilmente apunta a una transferencia masiva de votos hacia Vox.

 

TAGS DE ESTA NOTICIA