Hace 20 años la revista Vogue España publicó en su número de septiembre un reportaje con las ocho ministras que estaban en el gobierno de Jose Luis Rodríguez Zapatero. “Ocho mujeres para la historia” era el titular. La foto de portada se hizo en los jardines de Moncloa, y en ella posaron tras haber sido maquilladas y estilizadas por la revista. En Artículo14, nos preguntamos si realmente esta estrategia fue una buena idea para dar a conocer el trabajo que ellas tenían como políticas.
"Me gustó que salieran del corset de la política y se mostraran naturales y elegantes"
Solo leo la Vogue cuando voy a la peluquería y coincide que la tienen en una de esas mesitas llenas de revistas.
No soy, desde luego, lo que llamarían su target de lectora. No lo soy ahora ni lo era en 2004, cuando acababa de terminar mi Máster en Igualdad de Género y vi la publicación del reportaje que hizo esta revista con las ocho ministras que formaban parte del que ha sido el primer gobierno paritario de la historia.
Vi a ocho mujeres, ocho profesionales, ocho políticas, en esa franja de edad para las que las actrices dicen que no hacen papeles, ocupando una fotografía a dos páginas de una de las revistas más leídas por otras mujeres muy distintas a mí.
Me gustó verlas. Me gustó saber que iban a llegar a mujeres que quizás no sabían aún que existían másters universitarios especializados en igualdad de género como el que yo acababa de hacer. Me gustó el atrevimiento de salir en una revista de moda. Me gustó que salieran del corset de la política y se mostraran naturales y elegantes.
Por ponerle un “pero”, solo uno, sería que les faltó apostar por diseñadoras mujeres para vestirse para esa “fotografía para la historia” como la calificaron en el propio reportaje.
"No considero positivo que se hagan, desde el poder, refuerzos de acciones que perpetúan la desigualdad"
Hace 20 años varias ministras del entonces gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, aparecieron en la revista Vogue posando, en conjunto e individualmente, con diversos modelos de moda española. Como todo en esta vida hubo quienes las defendió y quienes las convirtieron en el blanco de sus críticas.
No quisiera encuadrarme dentro del segundo grupo, pero desde mi perspectiva feminista, no puedo alabar dicha actuación.
Si no existiera el género, eso que le dice a una persona el rol que debe cumplir en función de su sexo biológico, no habría mayor problema, pero el género existe dando lugar a una serie de estereotipos que sustentan la desigualdad entre los sexos.
Uno de esos estereotipos es el que asocia mujer con belleza, concretamente con unos cánones de belleza que van desde el maquillaje, hasta la vestimenta, pasando por el peinado o los tacones.
Esos posados de las ministras inciden en ese estereotipo. Es por ello que no considero positivo que se hagan, desde el poder, refuerzos de acciones que perpetúan la desigualdad.
Si algún día desaparece el género como forma de separación entre las personas, no habrá problema en realizar este tipo de posados. Mientras tanto, soy contraria a su existencia.