¿Son los jóvenes de hoy más machistas? ¿Estamos al borde, o incluso ya experimentando, una reacción violenta contra los valores feministas? ¿Se reducen los problemas de los hombres a una crisis de masculinidad?
Está claro, porque los datos así lo demuestran, que se está produciendo una polarización creciente entre los jóvenes: ellos abrazan valores tradicionales, ellas ideas liberales de izquierdas. ¿Hasta qué punto es el feminismo la causa de esta polarización?
"Hay muchos hombres que no entienden que el feminismo ha venido para quedarse"
El problema de fondo es que hay muchos hombres que no entienden que el feminismo ha venido para quedarse. Mucho ha llovido desde ese año 1975 en el que el noventa por ciento de las mujeres islandesas paralizaron el país al declararse un día en huelga para exigir la igualdad salarial y para visibilizar la importancia de su trabajo en la sociedad. Desde entonces, se ha ido avanzando, y ya casi ninguna mujer asume que tiene que ser ella la que se quede en casa cuidando a los niños, que se puede hacer, y en muchos casos se hace, pero que tiene que ser una decisión de pareja, no algo que se sobreentienda sin más.
Además, queda mucho trabajo por hacer en los consejos de administración de las empresas. En la mayoría de las fotos que vemos en los medios de comunicación, los máximos órganos de poder están formados por hombres, y es lamentable ver cómo, en algunas ocasiones, han ido a buscar a una mujer para “maquillar” la situación.
Es cierto también que muchos hombres sienten mucho rechazo hacia ciertas posturas feministas, en parte porque se ven amenazados, ya que no hay razón para que sean ellos quienes obtengan porque sí los mejores puestos en las empresas, y esto a veces no lo asumen. Pero también hay un rechazo a veces comprensible ante posturas maximalistas que los consideran a todos violadores o maltratadores. “Tengo amigos que se han sentido incómodos” con ese discurso feminista excluyente, llegó a decir el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
Tampoco ayuda a la causa feminista leyes como la del Solo sí es sí, que ha reducido y sigue reduciendo la pena y excarcelando a más de mil agresores sexuales; ni casos como el de la directora del Instituto de las Mujeres, Isabel García Sánchez, a cuya mujer se le adjudicó la gestión de más de sesenta puntos violeta, gestión que le hizo facturar 250.000 euros.
En España el voto femenino sostuvo a Sánchez en las pasadas elecciones generales. Después de las europeas, el PP aseguró haber ganado ese voto, pero sus alianzas con Vox hacen que muchas mujeres sigan recelando de esos pactos que, aunque se han roto a nivel autonómico, permanecen en los ayuntamientos. Si Núñez Feijóo quiere llegar a la Moncloa, tendrá pues, que convencer a más mujeres de su proyecto. En Francia, sin embargo, ha sido curioso que, por primera vez, han votado al Partido de Marine Le Pen, es decir, a la extrema derecha, más mujeres que hombres.
Yo no creo, sin embargo, que la relación entre ambos sexos sea cada vez más difícil. Al menos en el entorno en el que yo me muevo no hay problema alguno. El problema, como siembre, son las posiciones maximalistas, y la solución siempre pasará por aplicar el sentido común y entender que, aunque las mujeres reclamemos más protagonismo en la sociedad, eso no significa que los hombres tengan que ser vistos como el enemigo.
"¡Dios nos libre de la guerra civil entre sexos!"
Las conclusiones de que las mujeres jóvenes son cada vez más feministas y los hombres, cada vez más conservadores, me parecen demasiado maximalistas, sobre todo en lo que respecta a los hombres. Creo que el principal motivo de esa reacción machista en los chicos jóvenes se debe a la rebeldía adolescente contra la autoridad o el discurso dominante: las instituciones potencian el feminismo, y los medios, y la educación… Otra cosa es que esa teoría cale, que se traduzca en una práctica efectiva. Como dijo Homer Simpson: “En teoría, funciona hasta el comunismo. En teoría…”.
En general, las mujeres se inclinan hacia la izquierda, con ideas más progresistas y liberales. Pero no creo que en España eso forme parte de un movimiento. Sí que creo que el voto de Vox y formaciones similares es más masculino que femenino, pero casi todas las encuestas muestran un empate técnico entre PSOE y PP en cuanto a voto por sexos.
¿Qué dificultades relacionales provoca este alejamiento progresivo entre hombres y mujeres? Ni idea. Igual soy demasiado afortunado, pero no conozco a ninguna mujer con la que me haya malentendido por ser ella ser mujer y yo hombre, ni tampoco conozco a nadie en mi entorno que haya tenido semejante problema. ¡Dios nos libre de la guerra civil entre sexos!