Con motivo del Día Internacional de la Mujer Ingeniera, tres mujeres de diferentes ramas de la ingeniería comparten con Artículo14, que ha supuesto para ellas esta profesión, en la que la perseverancia, disciplina y capacidad de resolución de problemas son esenciales, y porqué supone una oportunidad para las jóvenes. Algunas llegaron por vocación, otras por consejo paterno, pero todas coinciden en que ha sido una carrera que les ha reportado una gran satisfacción personal y profesional.
Nuestras protagonistas son Begoña Cabeza, ingeniera de Caminos, Canales y Puertos por la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), que es directora de Gloval Engineering, firma de consultoría; Inma Cima, ingeniera industrial termo-mecánica por la Universidad Politécnica de Cataluña, country manager de Fastned en España, que desarrolla infraestructuras de recarga ultrarrápida para vehículos eléctricos; y Paula Oliver, ingeniera Química y Procesos Industriales por la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), directora de Operaciones de MET Energía España, suministrador de energía industrial.
¿Por qué decidiste estudiar ingeniería?
Begoña Cabeza (B.C.): De niña uno de mis juegos preferidos era el ‘LEGO’ construir ‘ciudades’ y conectarlas entre sí mediante carreteras y puentes. En los viajes, me llamaba la atención cómo cambiaba la ruta en función de la vía (si era una carretera convencional con puerto de montaña o una autopista con túneles). Me decanté por las ciencias y a mediados de COU buscando un libro en la biblioteca encontré ‘Qué es ser Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos’. Rápidamente me cautivó…y ahí comenzó todo.
Inma Cima (I.C.): Aunque me encantaría decir que fue por vocación, no es así….yo quería estudiar relaciones públicas, pues estaba entusiasmada con lo que se puede conseguir con el don de la palabra. Mi padre me hizo ver que podía estudiar la carrera que yo quisiera y que siempre estaría a tiempo de estudiar relaciones públicas. Me decidí por ingeniería por los retos que presentaba (carrera más masculina y compleja) y la multitud de opciones al terminar. Salir de la zona de confort es aconsejable e incluso saludable.
Paula Oliver (P.O.): Desde pequeña siempre tuve claro que quería dedicarme a una carrera relacionada con la ciencia. Uno de mis primeros juguetes fue un microscopio. Me di cuenta que las ingenierías -en mi caso, la ingeniería química- me permitirían desempeñar trabajos creativos con los que poder aportar valor real e, incluso, mejorar la vida de las personas. Las carreras de ciencias tienen una gran cantidad de salidas profesionales en muchos ámbitos distintos.
¿Qué es lo que más te gusta de tu profesión?
B.C.: Me apasiona poner en práctica la frase ‘ingeniero es el que se las ingenia’ para gestionar los proyectos o trabajos que desarrollamos con equipos multidisciplinares y que contribuyen de algún modo a hacer un bien a la sociedad.
I.C.: Para mi es un orgullo ser ingeniera. Recuerdo que al terminar la carrera me preguntaba qué había aprendido, pues había visto temas tan diversos que no sabía su finalidad. Al poco me percaté que el ingeniero industrial es una persona que, en esencia, resuelve problemas.
P.O.: Destacaría no tener un trabajo monótono debido a la constante evolución del sector energético. Esto me permite enfocarme en dar respuestas creativas y diferentes a problemas nuevos, que además se hacen tangibles en aspectos o soluciones concretas que tienen un impacto significativo en la sociedad.
Consejos a una joven que piense estudiar una ingeniería
B.C.: La ingeniería de Caminos es una profesión apasionante, que está presente en todas las acciones del día a día. Permite contribuir a mejorar el bienestar de la sociedad y a cumplir los objetivos del milenio (agua potable, transportes más eficientes, energías menos contaminantes…) Pero sobre todo, si cree que puede tener la capacidad y el talento, que afronte el reto, porque estudiar una ingeniería ‘ordena la cabeza’ preparándola para resolver todo tipo de problemas, tanto a nivel profesional como personal.
I.C.: Le tienen que gustar muchísimo las ciencias, pues la base son las matemáticas, la física, la química, el álgebra; sobre estos pilares se van construyendo el resto de las asignaturas. Es una carrera tan polivalente que puede enfocarse a puestos más técnicos o a puestos de gestión. Estudiar una ingeniería es algo que llevará siempre dentro de ella y que se va a valorar en su vida profesional, así que le animo a salir de la zona de confort. No es una carrera de hombres, a veces somos nosotras mismas las que nos limitamos al tomar decisiones.
P.O.: Que crea siempre en sí misma, que sea muy persistente a pesar de las dificultades y que tenga capacidad de adaptarse a un entorno en constante cambio. Las ingenierías dan la posibilidad de desarrollarse profesionalmente en plenitud, ya que están muy valoradas en el entorno profesional y cuentan con muchas salidas. Se puede generar un impacto real y tangible en la sociedad. Y te permiten poder aportar soluciones creativas y nuevas. Y por supuesto, rodearte de equipos y personas inteligentes.
¿Ha afectado a tu carrera profesional ser una mujer?
B.C.: De manera puntual, me he tenido que enfrentar a algún comentario ‘fuera de lugar’, pero en general siempre ha prevalecido sobre ellos el rigor técnico, la seriedad y la profesionalidad. Puedo decir que he estado rodeada de compañeros, colaboradores, equipos y superiores que más allá de fijarse en mi condición de mujer, han valorado mi aptitud, mi actitud y mi profesionalidad y que además siempre he contado con el apoyo y la confianza de mi familia.
I.C.: Históricamente los hombres estaban mejor posicionados que las mujeres y que, teniendo el mismo puesto, ganaban más. Hoy en día poco a poco esta diferencia va disminuyendo, pero todavía tenemos mucho trabajo por hacer. Probablemente si hubiera sido hombre mi trayectoria profesional hubiera evolucionado más rápidamente. No cambiaría nada, al contrario, me siento orgullosa de haber estudiado ingeniería hace 31 años y demostrarme a mí misma que podía hacerlo.
P.O.: En ocasiones, he sido de las pocas mujeres en muchos foros, reuniones, etcétera, y es posible que esta situación pueda intimidar en cierta manera. En este sentido, hay que ser mentalmente fuerte y tener mucha confianza en lo que quieres, ser resiliente y seguir. Afortunadamente, estas diferencias se van recortando progresivamente en el sector y cada vez encontramos a más mujeres en puestos directivos. Pero hay que seguir trabajando en ello, ya que todavía queda mucho camino por recorrer.
Una idea final para compartir sobre mujer ingeniera
B.C.: Si volviera a empezar… volvería a estudiar ingeniería de Caminos.
I.C.: Las ingenieras que salen hoy en día de la carrera tienen muchísimas más oportunidades que antes y están mejor posicionadas gracias a un entorno laboral que está cambiando, ya que hay escasez de ingenieros en nuestro país. Una mujer ingeniera es una luchadora incansable que si la dejas en un desierto se busca la vida para salir adelante (y con éxito!).
P.O.: El talento no puede tener género. Así pues, el enfoque y la perspectiva que dan las mujeres en el plano profesional debe ser tenida en cuenta y debe valorarse al nivel que se merece. Animo a todas las mujeres a estudiar ingenierías y carreras STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), que tienen multitud de aplicaciones en una gran variedad de campos y que son fundamentales para lograr avances significativos en muchas áreas distintas.