El secretario general de UGT, Pepe Álvarez, aspira a un tercer y último mandato al frente de la organización. Y así, acaba de anunciar su candidatura para seguir dirigiendo el sindicato hasta 2028. Es la última vez que podrá hacerlo, ya que, según los Estatutos de UGT, solo es factible una tercera relección.
En la práctica y en clave femenina, esta decisión supone cerrar la puerta a la opción de una mujer liderando la organización por otros cuatro años más. Ello a pesar de que UGT se declara abiertamente feminista y la celebración de un nuevo Congreso Confederal supone una oportunidad de renovación.
Al día de hoy no existe una candidatura rival. Pero, como ocurrió cuando Álvarez fue elegido por primera vez en 2016, esta podría fraguarse hasta la celebración del 44º Congreso que tendrá lugar del 25 al 27 de noviembre en Barcelona.
Según prevén los Estatutos de UGT, la presentación de una candidatura debe contar con el aval de, al menos, un 15% de los delegados y delegadas con derecho a voto y luego someterse al escrutinio de los participantes en el congreso. No parece que en estos momentos esta posibilidad esté sobre la mesa.
En la actualidad, la Comisión Ejecutiva Confederal de UGT, de dieciséis miembros, es paritaria al 50%. Una mujer, Cristina Antoñanzas, es la número dos de UGT como vicesecretaria general. Junto a ella se sientan Cristina Estévez, Ana García de la Torre, Ana Isabel Gracia Villanueva, María del Carmen Barrera Chamorro, Adela Carrió Ibáñez, Amparo Burgueño y Patricia Ruíz. Son reflejo de la realidad interna en la organización que está a punto de alcanzar la paridad también entre sus afiliados.
Más allá de lo que supone en cuanto a la pérdida de oportunidad para dar paso a una mujer al frente, la candidatura de Pepe Álvarez de 68 años también ha requerido explicación en cuanto a su edad. Preguntado específicamente por si puede generar un mensaje negativo respecto a la edad de jubilación, Álvarez aseguró que no le representa “ninguna contradicción, porque el jubilarse o no finalmente es una opción que toma el trabajador”, informa Europa Press.
En la defensa de su candidatura, Álvarez incidió en que el momento social y político “requiere de experiencia”, y abogó por continuar con la línea sindical que han llevado hasta el momento. “Tenemos una línea de continuidad, que las personas con las que yo he hablado, creen que es prioritaria”, entre las que destacó las políticas de empleo y el acceso a la vivienda.
“Mi decisión tiene mucho que ver con los retos que tenemos por delante. Con 68 años que tengo sino creyera que, en estos momentos, no conviene dejar al sindicato en una situación en la que [si hubiera cambio] tardará algún tiempo en ponerse en marcha en un rendimiento al cien por cien, pues seguramente no llegaría a la conclusión a la que he llegado [en alusión a la presentación de su candidatura]”, explicó.
¿Cuándo un liderazgo femenino?
“Tarde o temprano tendrá que llegar, las mujeres hemos ido accediendo a más responsabilidades y será un reflejo de esa normalidad que haya una secretaria general mujer”, señaló, a Artículo14, Cristina Antoñanzas preguntada al respecto con motivo del 1 de mayo. Ya entonces remarcó “tenemos un gran secretario general que esperamos que siga”.
Con la candidatura de Álvarez -salvo sorpresas alternativas de última hora- se perpetúa el liderazgo masculino en UGT hasta el año 2028 y la posibilidad de ser el primero de los grandes sindicatos en contar con una secretaria general. Comisiones Obreras (CC.OO.) celebrará su próximo Congreso Confederal del 19 al 21 de junio de 2025 y Unión Sindical Obrera (USO) renovará su Comisión Confederal en 2026.
Estas convocatorias pueden ser una oportunidad para que entre los candidatos haya una mujer que coja el testigo a Unai Sordo en CC.OO. y Joaquín Pérez en USO, aunque en ambos casos solo han ejercido un mandato.
Si una mujer accediera a la secretaria general en una de las organizaciones sindicales nacionales, la radiografía sería semejante a la de sus homólogas europeas. Varias mujeres han roto ya el techo de cristal en esta responsabilidad, como reflejan los casos de Miranda Ulens (ABVV-FGTB) y Marie-Hélène Sak (ACV-CSC), en Bélgica o Marylise Leon (CFDT) y Sophie BINET (CGT), en Francia.
Plan de Igualdad de UGT
Antes de la celebración del 44º Congreso Confederal, UGT también confía en llegar con los deberes hechos en relación a su Plan de Igualdad. Una asignatura pendiente desde que en 2020 finalizara su convenio colectivo estatal para los años 2019-2020 al que está anexado. La negociación del convenio colectivo, que antes del verano estaba en los flecos finales, es lo que ha provocado que la UGT incumpla la nueva normativa en relación a los planes de igualdad. Esta obliga a su registro antes del 14 de enero de 2022.
El nuevo convenio incluirá anexado el nuevo Plan de Igualdad ya ajustado a la normativa vigente. El futuro marco para su cerca de 131 empleados estipula con carácter retroactivo una subida salarial del 1% para 2021, del 3% para 2022, del 4% para 2023 (3% más 1% revisado tras el cierre del IPC). En 2024, será del 3% para este año, revisable como el año anterior si a 1 de enero de 2025 el IPC es superior al 3%.
“No me siento nada cansado, no me siento con ningún tipo de cuestión que me impida continuar con un trabajo ilusionante, apasionante”. Con esta actitud y el aval de “haber conseguido tantas cosas en poco tiempo”, como la reforma de las pensiones y la reforma laboral, se presenta Pepe Álvarez. Su candidatura está sobre la mesa, la decisión ahora la tienen los afiliados.