Trump cambia el rumbo de la política monetaria del BCE

Ya se da por descontado una bajada de tipos del 0,25% y otra en junio. Christine Lagarde avisó que utilizaría “todos los instrumentos que estuvieran a su alcance para garantizar la estabilidad de precios”

Donald Trump ha trastocado el orden preestablecido. Y lo que se percibía como una certeza en el mes de marzo, hoy es un simple eco del pasado. El Banco Central Europeo ha tenido que adaptarse a los continuos sobresaltos de la guerra arancelaria y mutar como un camaleón para sobrellevar una nueva realidad mundial. Los gravámenes impuestos por el inquilino de la Casa Blanca pueden generar un repunte de la inflación a los dos lados del Atlántico pero también amenaza con una recesión global que contagie a todos. Por eso en el entorno de Lagarde ya no se habla de una pausa en los tipos de interés sino que se descuenta una bajada del 0,25%. La opinión generalizada de los analistas es que habrá tres bajadas en total en este 2025, la primera sería en la próxima reunión de este jueves santo, 17 de abril.

Ya lo dijo en una de sus últimas apariciones públicas Christine Lagarde. Que utilizaría “todos los instrumentos que estuvieran a su alcance para garantizar la estabilidad de precios”, en una intervención informal con ministros de economía de la Unión Europea en Varsovia (Polonia). “El BCE vigila y está siempre dispuesto a utilizar los instrumentos que tiene a su disposición y ha presentado en el pasado los instrumentos y herramientas adecuados que eran necesarios para procurar la estabilidad de los precios y, por supuesto, la estabilidad financiera, porque una no va sin la otra”, dijo Lagarde.

Se adelantaría el BCE a la Reserva Federal, que camina con pies de plomo para evitar dar pasos en falso en la economía estadounidense. Donald Trump ha querido dejar claro en numerosas ocasiones que lo que necesita Estados Unidos es una bajada de tipos pero el presidente de la FED, Jerome Powell, se resiste.

Los expertos de Rabo Research incluyen en sus previsiones un recorte de tipos en abril por parte del BCE además del que ya habían anunciado para el mes de junio. Y todo pese a la tregua planteada por Trump de 90 días que da cierto respiro a empresas, gobierno y mercados. Pero aún así “persiste el riesgo de una escalada sustancial de la guerra comercial, pero también hay margen para acuerdos comerciales que conduzcan a un telón de fondo más benigno para el PIB de la eurozona. Sin embargo, los riesgos a la baja para el crecimiento se mantienen mientras la amenaza de los aranceles siga sobre la mesa. Esto debería mantener viva la especulación del mercado sobre recortes adicionales de los tipos. Si las tensiones comerciales vuelven a recrudecerse, el BCE podría verse obligado a aplicar algunos”, explican.

Los mercados y los analistas estarán muy pendientes de cada palabra que pronuncie Lagarde después del anuncio sobre su política monetaria por si puede dar alguna pista sobre cuál es el rumbo que tomará la institución en el futuro. En un momento en el que los mercados están especialmente sensibles y actúan a cada palabra pronunciada por Trump y ante cualquier réplica ya sea procedente de China o de la Unión Europea. Según estimaciones del propio Banco Central Europeo, la guerra arancelaría restaría hasta medio punto el crecimiento económico de la zona euro.

Los analistas de ING hablan de un cambio en el rumbo del Banco Central tras el ‘Día de la liberación’ de Trump. Antes de anunciar esa lista negra de países con aranceles desorbitados, se esperaba una pausa en las bajadas de tipo de interés. Pero ahora, con la preocupación sobre el crecimiento en la zona euro, el BCE continuará con su actual ciclo de relajación de la política monetaria.

Según estos analistas, la bajada se calificaría como un “recorte de seguridad”. Los expertos creen que la bajada del precio del petróleo, la debilidad económica y la fortaleza del euro pueden aplacar los riesgos inflacionarios y serían los argumentos que necesita el BCE para prolongar su proceso de bajada de tipos más allá de lo que se anticipaba a comienzos de este 2025.

Y la Reserva Federal será la siguiente en tomar una decisión, los días 6 y 7 de mayo. Jerome Powell tendrá que manejar una economía que más bien parece una olla a presión, pendiente de los riesgos arancelarios que anuncie su presidente que más que aliviar a los mercados y la economía, echa más lecha al fuego. Y así se manejan los bancos centrales desde que llegó la nueva ‘era Trump’. Cocinan la economía tratando de no quemarse.