Trump amenaza el 12% de la producción diaria de petróleo de Repsol

EEUU revoca los permisos para exportar petróleo desde Venezuela, donde Repsol produce una media de 67.000 barriles y tiene una exposición patrimonial de 504 millones de euros

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el presidente de Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el presidente de Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro

Donald Trump da un paso más en su política contra el Gobierno de Nicolás Maduro y lo hace en uno de los activos estratégicos del país: el petróleo. La Administración estadounidense ha revocado los permisos y exenciones concedidas a varias empresas petroleras, incluida la española Repsol, para exportar crudo desde Venezuela, según fuentes citadas por el diario The Wall Street Journal y la agencia de noticias Bloomberg. A su vez, fuentes de Repsol consultadas por Europa Press confirmaron que han recibido la carta de la Administración estadounidense en la que se comunica la revocación del permiso para la exportación de petróleo venezolano.

En 2024, la producción neta media de Repsol en Venezuela alcanzó los 67.000 barriles equivalentes de petróleo al día, tras crecer un 8%, según recogen sus cuentas anuales. Con esta medida, Donald Trump amenaza el 12%  (11,73%) de la producción media diaria de la compañía. De hecho, en el último ejercicio, la compañía logró una producción media de 571.000 barriles, superando los 550.000 establecidos para el periodo de vigencia del Plan Estratégico 2024-2027.

Repsol en Venezuela

Repsol, presente en Venezuela desde 1993, mantiene una relación contractual con la estatal PDVSA a través de la empresa mixta Petroquiriquire, en la que posee un 40%. Esta colaboración se centra en la explotación de campos petroleros como Mene Grande, Barúa Motatán y Quiriquire, con el objetivo de impulsar la producción de petróleo y gas en el país. En 2024, los envíos de crudo desde Venezuela alcanzaron máximos no vistos desde hace dos décadas. Este petróleo, procesado por Repsol en refinerías españolas, ha servido como fórmula de pago de deudas pendientes, un mecanismo hasta ahora autorizado por las autoridades estadounidenses mediante distintas licencias.

El año anterior, durante la administración de Joe Biden, Estados Unidos relajó algunas de las restricciones impuestas a empresas con operaciones en Venezuela, lo que permitió retomar ciertas actividades conjuntas. En este contexto, Repsol y PDVSA habían acordado realizar las gestiones pertinentes para extender el plazo de la licencia de los campos de Petroquiriquire hasta 2046.

Impacto de Donald Trump

La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca tras las elecciones de 2024 introdujo un nuevo nivel de incertidumbre sobre la continuidad de estos permisos, como así refleja la compañía en sus cuentas. La carta recibida por Repsol confirma este cambio de rumbo de la Administración estadounidense en este ámbito. En Venezuela, la exposición patrimonial del Grupo al cierre de 2024 asciende a 504 millones de euros. Según explica la compañía, este importe incluye, principalmente, el valor neto contable de la inversión en el negocio conjunto Cardón IV, la financiación en dólares otorgada por el Grupo al negocio conjunto Petroquiriquire y los créditos comerciales a cobrar frente a Petróleos de Venezuela, S.A.

La deuda que Venezuela mantiene con Repsol está fundamentalmente vinculada a la petrolera estatal y se ha venido gestionando mediante acuerdos de pago en especie, principalmente con crudo. Al cierre de 2024, el saldo de esta deuda histórica se situaba en 634 millones de dólares.

En 2016, Repsol y PDVSA firmaron una línea de crédito de hasta 1.200 millones de dólares para financiar operaciones conjuntas. De ese importe, el saldo dispuesto (sin intereses) ascendía a 634 millones de dólares. En 2024, Repsol recuperó 166 millones como parte del pago, aunque todavía queda un volumen significativo pendiente. Ante el escenario de incertidumbre y riesgo geopolítico en el país, la compañía ha incrementado sus provisiones por riesgo de impago, que en 2024 alcanzaron los 601 millones de euros.

En bolsa

Repsol no recibe pagos en efectivo por esta deuda. En su lugar, obtiene petróleo venezolano como compensación, un esquema autorizado por la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) de Estados Unidos, que permite amortizar la deuda mediante entregas de crudo. Por ello, los expertos advierten de que la revocación de las licencias por parte del Gobierno de Donald Trump para exportar petróleo venezolano amenaza directamente la capacidad de Repsol para recuperar esta deuda. Si estas restricciones se mantienen, las operaciones y el mecanismo de pago podrían verse gravemente afectados.

La decisión de Donald Trump amenaza con truncar la subida del 5% de Repsol en Bolsa en lo que va de año. La compañía cerró el 28 de marzo (viernes, antes de conocerse esta información) en 12,46 euros. En este periodo, su máximo bursátil fue el pasado 20 de febrero, cuando alcanzó los 13,13 euros.

La decisión de Trump

Junto con Repsol, otras compañías afectadas son la estadounidense Global Oil Terminals -propiedad del millonario y donante republicano Harry Sargeant III-, la francesa Maurel et Prom, que deberán abandonar el país antes del 27 de mayo. También se encuentran la italiana Eni y la india Reliance Industries. Todas ellas recibieron permisos para operar con crudo venezolano en sus refinerías, de manera excepcional a las sanciones contra el chavismo. La decisión de Washington afecta también a las licencias emitidas a empresas de gas venezolano que tengan relación comercial con la petrolera estatal venezolana, PDVSA.

En el caso concreto de Global Oil Terminals, la fecha límite se adelanta: la compañía debe concluir todas sus transacciones con PDVSA antes del 2 de abril y abonar cualquier cantidad pendiente derivada de compras de crudo destinado a la producción de asfalto. Cabe recordar que Global Oil Terminals obtuvo en mayo una exención por dos años para comprar y transportar asfalto a Estados Unidos y al Caribe.  No es la primera vez que se da este tipo de aviso. El expresidente Donald Trump ya había marcado una fecha límite -el 27 de mayo- para que Chevron pusiera fin a sus relaciones comerciales con Venezuela, en una estrategia de presión directa al Ejecutivo de Nicolás Maduro.

Reacción de Maduro

Tras conocerse la decisión de EEUU, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, afirmó que es un síntoma de “agredir al mundo” y advirtió de que “los que pierden son ellos”. “Allá (Estados Unidos) decidieron agredir al mundo entero. Allá ellos, quien pierde son ellos”, señaló Maduro en un vídeo publicado en su canal en Telegram. “Venezuela es un país libre. No somos colonia de nadie. Nadie viene a naricearnos, a ningunearnos. Nadie es nadie. No, ese tiempo se acabó. El tiempo que nos nariceaban y daban órdenes al país en inglés”, argumentó.

Maduro defendió la voluntad de Venezuela de “tener relaciones de respeto, de cooperación, de comunicación, pero relaciones civilizadas, de respeto”. Y señaló  que “no es un hombre, no es Maduro, es un pueblo decidido a ser libre, rebelde, empoderado, organizado, consciente, amoroso, heroico y bolivariano”. “No van a poder con nosotros, nunca. Jamás”, ha remachado.