En 2025, los contribuyentes en España se enfrentarán a una subida de impuestos que buscará incrementar la recaudación del Estado en más de 4.700 millones de euros. Este aumento impositivo forma parte del Plan Fiscal Estructural a medio plazo que el Gobierno de Pedro Sánchez ha enviado a la Comisión Europea. La medida pretende cumplir con las nuevas reglas fiscales sin recurrir a recortes en el gasto público, pero sí mediante un ajuste que se prolongará hasta 2031.
El Ejecutivo ha dejado claro que no habrá reducción del gasto público, sino que la estrategia se centrará en aumentar los ingresos del Estado. Así lo ha explicado Carlos Cuerpo, ministro de Economía, Comercio y Empresas, durante la presentación del Plan Fiscal Estructural. Este plan prevé un ajuste presupuestario anual de 0,4 puntos porcentuales del PIB. Lo que significa que la deuda pública de España deberá reducirse gradualmente cada año, cumpliendo así con las exigencias de Bruselas.
¿Por qué motivo habrá una subida de impuestos en 2025?
La necesidad de una reforma fiscal viene impulsada por la obligación de España de mantener una senda de reducción de la deuda pública. Según la Comisión Europea, España debe reducir su ratio de deuda sobre el PIB en al menos un punto porcentual anual. Eso hace imprescindible generar más ingresos fiscales para cubrir el gasto público sin recurrir a recortes. En este contexto, la subida de impuestos se convierte en una pieza clave para garantizar el cumplimiento de los compromisos fiscales con la Unión Europea.
El Plan Fiscal Estructural, que abarca de 2025 a 2031, estima un ajuste total de unos 50.000 millones de euros. Sin embargo, el Gobierno se ha comprometido a hacerlo mediante incrementos en los ingresos. Principalmente, a través de nuevas reformas fiscales que se comenzarán a aplicar a partir de 2025.
¿Cuánto costará la subida de impuestos a los contribuyentes?
El ajuste fiscal que el Gobierno busca alcanzar a partir de 2025 implica que la reforma fiscal incrementará los ingresos en tres décimas del PIB. Eso equivale a aproximadamente 4.700 millones de euros. Aunque los detalles concretos de la reforma aún no se han desvelado por completo, el ministro Carlos Cuerpo ha adelantado que entre las medidas se encuentra la permanencia de los impuestos sobre las grandes empresas eléctricas y la banca. Estos tributos, que hasta ahora eran temporales, se convertirán en permanentes, lo que podría afectar directamente a los ciudadanos. A fin de cuentas, estas empresas podrían trasladar el coste de los impuestos a los precios de sus servicios.
Otra de las posibles medidas que se incluirán en la reforma es la aplicación de un tipo mínimo del 15% para las grandes multinacionales. Esta medida, que ya ha sido aprobada en el Consejo de Ministros, aún no ha sido tramitada en el Congreso. Por lo que su entrada en vigor dependerá de los apoyos parlamentarios que el Gobierno pueda recabar en los próximos meses.
Además de estas medidas, el Plan Fiscal Estructural contempla ajustes que podrían afectar tanto a las rentas del trabajo como a las de capital. El objetivo principal es que la reforma impositiva no solo sirva para incrementar los ingresos, sino también para promover la transición energética y fomentar una mayor equidad en el sistema tributario.