En pleno debate político sobre las políticas de conciliación, como la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales, el CIS acaba de publicar su primera encuesta sobre fecundidad, familia e infancia. Según advierte a Artículo 14 el analista político Andrés Medina, la muestra tiene una marcada desviación política hacia la izquierda, cuya consecuencia es que los resultados serían más favorables a esta tendencia y las políticas de conciliación, en caso de no corregirse. Con todo, sus resultados permiten constatar las percepciones sobre cómo tener hijos afecta en el ámbito laboral a los hombres y las mujeres. Ellas se sienten más penalizadas y, además, confirman que la maternidad ha supuesto un cambio en su vida profesional.
Más de la mitad (53,7%) de la población considera que tener hijos afecta en mayor medida a las oportunidades laborales de las madres. Si se profundiza en el sesgo de género, seis de cada diez (61,4%) de las mujeres creen que efectivamente la maternidad les afecta en mayor medida en el empleo que a sus pares masculinos. Por el contrario, ellos son más optimistas: un 45,5% admite que son ellas las más impactadas y casi un 20% afirman que afecta a ambos por igual, visión que en las mujeres se reduce al 12%. Ambos coinciden en que los hombres no se ven afectados en la reducción de oportunidades en el empleo por la maternidad.
Y si se consideran las respuestas de las mujeres que han sido madres, su percepción es acertada. Un 40,8 de las madres afirma que el nacimiento de su primer hijo le supuso una limitación de sus oportunidades de promoción, frente al 15% de los hombres. Tres de cada diez mujeres han aceptado un trabajo por debajo de su formación, una situación a la que solo se han visto avocados el 14% de los hombres.
Una visión general sobre en qué medida los hijos han supuesto un obstáculo en la trayectoria laboral refleja que esta circunstancia es una realidad inexistente para los padres. Casi un 70% afirma que ser padre no ha afectado en su trabajo (posibilidad de trabajar, mejor salario, promocionar…), porcentaje que se reduce al 40% en el caso de las madres. Para las seis de cada diez mujeres que sí se han visto afectada profesionalmente al tener un hijo, la mitad de ellas (un 33%) considera que ha estado bastante impactada (entre 6 y 10 puntos).
Cuidado de los hijos
El impacto de la maternidad en las carreras profesionales de las mujeres está directamente relacionado con quién ejerce la responsabilidad del cuidado del menor, especialmente en los primeros años de vida. Entre los encuestados con hijos, el 60% de las madres disfrutaron del permiso tras el nacimiento del primer hijo, mientras que lo hicieron un 40% de los padres. A partir de ahí la brecha en la responsabilidad de los cuidados se agranda: el 20% de las mujeres redujo su jornada laboral, frente al 4% de los hombres; y casi un 9% solicitó una excedencia, algo que únicamente decidieron un 1,3% de los padres.
Por eso las mujeres son las más favorables a las medidas de conciliación, mientras que los hombres dan más importancia a las mejoras relacionadas con la economía familiar. De esta forma, casi el 30% de ellas apuesta por prolongar la baja de maternidad si se trabaja fuera de casa, opción que apoya el 15% de los hombres. Por su parte, el 37,5% de los hombres ve oportuno mejorar el tratamiento fiscal en el IRPF para las familias con hijos, porcentaje que se reduce al 24,8% cuando se pregunta a las mujeres. En lo que ambos coinciden es que lo más importante es flexibilizar la jornada laboral de los trabajadores con responsabilidades familiares.
Tras la falta de medios económicos, primer motivo para no tener hijos -con apenas diferencia entre sexos-, la segunda razón que condiciona la paternidad son los problemas de conciliación, especialmente para las mujeres. Es una preocupación lógica a tenor del impacto en su carrera y de cómo ellas son quienes asumen las tareas, tal y como queda constatado en el estudio. Para los hombres, esta inquietud se reduce al 38%. Lo paradójico -y preocupante- es que esta es la respuesta con mayor diferencia entre hombres y mujeres, lo que, a su vez, constata la diferente visión que cada sexo tiene respecto a este problema.
Tareas domésticas
La encuesta aborda otra espinosa cuestión en el día a día de los hogares, relacionada indirectamente con la conciliación: las tareas domésticas, excluyendo el cuidado de los hijos o actividades de ocio relacionadas con ellos. Un 6% de los hombres no hace nada en casa -también hay un 2% de mujeres-. Lo habitual es el 64% es que los hombres dediquen entre 1 y 14 horas a la semana a tareas como hacer la compra, limpiar, planchar... Las mujeres que dedican este tiempo se reducen a algo menos de la mitad (47,8%), ya que casi un 45% de ellas destina más de 15 horas semanales, proporción que baja al 27,2% en el caso de los hombres.
Y todo ello a pesar de que los hombres son conscientes del desequilibrio existente. Entre las parejas que conviven, más de un 35% de los hombres admite escaquearse -"hace algo menos o mucho menos de lo que le corresponde"-, lo contrario de lo que responden las mujeres. Un 53,5% de ellas asegura "hacer mucho más o algo más de lo que les corresponde". El reparto igualitario lo perciben un 49% de los hombres y un 37% de las mujeres.
Todos estos factores influyen en la fecundidad: casi un 40% de los hombres y un 30% de las mujeres no tienen hijos, pero de estos, un 61% un 55%, respectivamente, hubiera deseado tenerlos. El porcentaje de mujeres que se muestra convencida por no haber sido madre es del 39,7%, ligeramente superior al de los hombres (34,3%).
En cuanto al grado de satisfacción con el número de hijos que se tiene casi el 60%, tanto de hombres como de mujeres afirma no haber deseado tener más hijos. Pero ciertamente existe un 40% a quienes si les hubiera gustado tener mayor descendencia. Sobre el número de hijos, dos es el número de 'ideal' para la mayoría (el 49,8% de los encuestados), lo que contrasta con una tasa de natalidad de 1,2 hijos, que nos sitúa a la cola de Europa. Y un último dato que confirma el efecto de la economía sobre la natalidad, un 27,4% admite que le gustaría tener familia numerosa.