Sumar tiene como una de sus prioridades para los próximos presupuestos generales la aprobación de una prestación universal por crianza de 200 euros. “Universal” implica que la percibirían tanto las familias vulnerables como aquellas con una buena posición económica. En Artículo14, nos preguntamos si realmente esta es la alternativa más acertada y analizamos esta cuestión de la mano de dos expertos en la materia.
“Esta ayuda nos iguala con el resto de países de la UE”
La ayuda universal de 200 euros por hijos supone un paso más en la implantación de rentas básicas para toda la población, como lleva ocurriendo desde hace muchos años en economías más igualitarias, sobre todo las nórdicas. Este tipo de políticas son una consecuencia directa de los efectos de la gran recesión que acechó a la economía hace 15 años: la necesidad de aplicar políticas redistributivas más justas que intentaran reducir la brecha social que, en el caso de España, es mucho mayor que en otros territorios europeos. De ahí derivó la idea de una “renta universal”, en este caso centrada en quienes tienen hijos menores, una iniciativa que debería servir tanto para igualar como para apoyar uno de los hándicap de España, la mínima natalidad que afecta al país.
Sin embargo, aun loable, esta medida tiene muchos flecos por cerrar. La implantación de una renta universal sin restricciones ni requisitos puede tener el efecto contrario al deseado. Así lo comprobamos, por poner un ejemplo, con los cheques de ayuda para repostar combustible en el peor momento de la crisis de precios de hace dos años: obtenía la ayuda cualquier renta, desde la gran fortuna hasta el vulnerable. Y en el caso de países como España, con grandes brechas de renta entre la población, éste es un factor a tener en cuenta a la hora de implantar la renta universal de 200 euros por hijos.
De hecho, la Unión Europea viene advirtiendo desde hace meses sobre la necesidad de que cualquier ayuda de tipo social sea aplicada con cirugía. Es decir,que se apruebe pero que cada Estado hile lo más fino posible para que ese apoyo económico llegue a quien realmente lo necesite.
“España no se lo puede permitir”
Desde el punto de vista microeconómico una prestación universal por hijo es una medida que está bien definida. No me parece una mala propuesta, pero España no se la puede permitir. Cuando los economistas empezamos a recibir clases, lo primero que nos enseñan es lo que es una restricción presupuestaria. Si no tienes dinero, la medida no está a tu alcance.
Sin embargo, en la situación actual -sin presupuestos y con una deuda pública tan elevada- es una propuesta poco oportuna en España. No estamos en la misma situación que otros países de la UE, como Alemania, con bajo nivel de deuda pública y el déficit controlado. Ellos sí se lo pueden permitir. Cabe recordar, además, que el número de nacimientos en nuestro país es muy inferior al número de fallecimientos. Antes se debe priorizar el fomento de la natalidad. Previamente a dar esos 200 euros directamente, sería más eficaz una deducción en el IRPF y de una manera que sea menos burocrático. Con respecto a la aplicación de la medida, me gustaría saber si a alguien que tenga un nivel de renta de 100.000 euros anuales se le va a dar un bono por tener un hijo mientras que a alguien que no llega a fin de mes no tiene acceso a la prestación renta de ingreso mínimo vital.
Asimismo, el país sufre un deterioro de los niveles de desigualdad y de pobreza, que la Comisión Europea ha pedido ya corregir. Antes que implantar medidas de elevado coste, España tiene muchos gastos prioritarios que realizar. Por ejemplo, no hay una política de vivienda y, por consiguiente, no se gasta nada en viviendas de protección oficial.