Ryanair rompe su silencio y aclara la polémica tasa de los 100 euros

La historia de Ryanair es una constante tensión entre su promesa de ofrecer los precios más bajos y sus polémicas políticas tarifarias

Avión de Ryanair Europa Press

La polémica en torno a una supuesta nueva penalización ha obligado a Ryanair a salir al paso y aclarar los rumores que han circulado en los últimos días. La aerolínea irlandesa ha negado de forma tajante que vaya a imponer un nuevo recargo de 100 euros a los pasajeros que lleguen al aeropuerto con menos de 40 minutos de antelación respecto a la apertura de la puerta de embarque. Según han explicado desde la compañía, todo se trata de un malentendido relacionado con una política comercial que ya existía desde hace tiempo.

Los equipos de comunicación y marketing de Ryanair llevan días intentando frenar la ola de confusión que se ha propagado en varios medios, en los que se afirmaba que la compañía penalizaría a los pasajeros que no llegaran con el tiempo suficiente antes del embarque. Sin embargo, la propia aerolínea ha explicado que ese cargo solo se aplica cuando el viajero pierde el vuelo y decide, voluntariamente, subirse al siguiente avión disponible. Y únicamente si quedan plazas libres.

¿Existe una nueva tasa por llegar tarde?

Según la versión oficial de Ryanair, no hay ninguna tarifa adicional por llegar al aeropuerto “con poco margen”. Lo que sí existe —y lleva tiempo en su normativa— es una tarifa especial de 100 euros que se cobra únicamente cuando el pasajero llega con la puerta de embarque ya cerrada y solicita embarcar en el siguiente vuelo al mismo destino. Esta gestión se realiza presencialmente en el mostrador de billetes. Y la aerolínea irlandesa insiste en que no se trata de una penalización, sino de un servicio adicional y opcional.

La confusión, según Ryanair, puede haber surgido por el lenguaje técnico utilizado en su política comercial. En su web, la aerolínea indica que los pasajeros deben estar en la puerta de embarque al menos 30 minutos antes de la salida del vuelo. Además, recomienda llegar al mostrador de facturación con un mínimo de dos horas de antelación. Sin embargo, nada en estos avisos implica la aplicación automática de un recargo si se cumple con estos tiempos.

La compañía asegura que las informaciones publicadas en distintos medios se han basado en una interpretación errónea de este apartado, generando una alerta infundada entre los clientes habituales de Ryanair.

Un servicio adicional y no una sanción, según la aerolínea irlandesa

Ryanair rompe su silencio y aclara la polémica tasa de los 100 euros

Una imagen simbólica de la tarjeta de embarque en un aeropuerto | Ryanair

Desde Ryanair insisten en que el cargo de 100 euros no es una medida nueva ni una multa. Se trata de una opción que se ofrece únicamente a quienes pierden su vuelo y quieren volar en el siguiente avión disponible, siempre que existan plazas. Esta tarifa aparece claramente en el listado de servicios adicionales que la aerolínea proporciona en su web. Y que incluye desde cambios de vuelo hasta selección de asientos o equipajes especiales.

La explicación de Ryanair llega en un momento delicado, cuando el Ministerio de Consumo ha intensificado su vigilancia sobre las políticas tarifarias de las compañías aéreas. La propia Ryanair, junto a otras aerolíneas como Vueling, Easyjet o Volotea, está siendo investigada por los recargos aplicados al equipaje de mano y otras tasas asociadas al servicio básico.

Ryanair, bajo presión por sus políticas comerciales

Ryanair rompe su silencio y aclara la polémica tasa de los 100 euros

El presidente de Ryanair, Michael O’Leary durante una rueda de prensa | EFE/ JJ Guillén

El caso de la supuesta “tasa por llegar tarde” se suma a una larga lista de recargos que han convertido a Ryanair en una de las compañías más cuestionadas por su modelo comercial. Entre sus cargos más conocidos figuran el coste por imprimir la tarjeta de embarque en el aeropuerto (20 euros), el recargo por viajar junto a menores y los suplementos por equipos especiales como instrumentos musicales, palos de golf o esquís.

Para Ryanair, todos estos costes son parte de su estrategia de tarifas bajas, que permite a los pasajeros pagar únicamente por los servicios que desean usar. No obstante, desde las asociaciones de consumidores y organismos reguladores se insiste en que la transparencia debe ser una prioridad. A fin de cuentas, el precio final suele distar del anunciado inicialmente en la web.

La reciente sanción de 108 millones de euros impuesta por el Ministerio de Consumo a Ryanair refleja esta preocupación institucional por las prácticas comerciales de la compañía. A pesar de ello, la aerolínea continúa defendiendo la legalidad y claridad de su política tarifaria.

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