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“Resulta casi imposible mantenerse estable cuando tienes delante niños que sufren”

Elena Huarte-Mendicoa, directora general de la Fundación Unoentrecienmil, analiza con Artículo14 su trayectoria laboral y muestra sus trucos para compatibilizar vida profesional y personal

Elena Huarte-Mendicoa, directora general de la Fundación Unoentrecienmil.

Elena Huarte-Mendicoa es directora general de la Fundación Unoentrecienmil, donde lidera con visión estratégica y compromiso social la lucha contra la leucemia infantil. Con más de dos décadas de experiencia en desarrollo de negocio y marketing, ha trasladado su capacidad de gestión al ámbito de la investigación, impulsando iniciativas innovadoras que conectan ciencia, empresas y ciudadanía.

Bajo su dirección, la fundación ha crecido en base social y Huarte ha lanzado varios proyectos científicos, posicionando a la fundación en primera línea dedicada en exclusiva a este tipo de cáncer, el más frecuente entre los niños. Desde 2018, Elena es la responsable de la Aceleradora Unoentrecienmil, una unidad pionera de terapia no farmacológica basada en ejercicio físicp, que monitoriza a los niños y permite extraer información sobre su evolución. Actualmente está operativa en el Hospital La Paz y con previsión de extenderse a otros centros hospitalarios del país.

En Artículo14, analizamos con Huarte-Mendicoa su trayectoria y su visión sobre el liderazgo femenino.

¿Qué ha sido lo más complejo que ha tenido que enfrentar en su en su carrera profesional?

Lo más complejo en mi carrera profesional ha sido, sin duda, los retos relacionados con las personas. Esto incluye todas aquellas ocasiones en las que he tenido que tomar decisiones o implementar cambios que han tenido un impacto directo en los equipos con los que he trabajado. Ya sea porque he tenido que prescindir de personas, reorganizar estructuras o pedir un esfuerzo adicional para alcanzar objetivos mucho mayores a los inicialmente previstos. Cada vez que he tenido que liderar equipos, independientemente de su tamaño, este ha sido el mayor desafío para mí.

Esto tiene que ver con que, para mí, lo más importante en el liderazgo está relacionado con la perspectiva humana del mismo. El liderazgo humano es un reto muy grande, y tal vez por eso este tipo de complejidades resultan ser las más difíciles de afrontar.  Si hablo de lo más complejo en los últimos años, desde que estoy en la Fundación Unoentrecienmil, sin duda, es lidiar directamente con la enfermedad y la muerte. Es inevitable vincularse con nuestras familias y nuestros pacientes, y no siempre se puede mantenerse al margen. A veces, resulta casi imposible mantenerse frío y estable cuando tienes delante niños que sufren, niños que se van, y familias destrozadas. Este es un reto humano y emocional extremadamente complejo.

¿Podría contarnos sobre una persona que haya tenido un impacto significativo en su vida? ¿Qué aprendió de esa persona?

Aunque me encantaría poder reconocer la importancia de esta persona dándole su nombre, creo que no debo hacerlo. Sin embargo, me viene claramente a la mente una mujer que tuvo un impacto significativo en mi vida. Ella me acompañó durante un par de años en todo el proceso de discernimiento que viví para pasar del ámbito empresarial al tercer sector. Esta persona, que también hizo un cambio similar, había pasado del mundo de la publicidad al ámbito social, y fue ella quien me ayudó a entender cómo iba a ser mi nueva etapa.

Me guio en la toma de decisiones y me ayudó a ver cuáles eran los pasos más adecuados para entrar en el tercer sector, un camino que en ese momento no era fácil. De ella aprendí que el cambio que iba a hacer trascendía a un simple cambio profesional. Durante muchos años, mi carrera estuvo enfocada en direcciones de marketing, y al principio pensaba que el paso al tercer sector simplemente consistiría en hacer lo mismo pero con otro producto. Sin embargo, ella me mostró que la transformación que iba a vivir sería mucho más profunda, y que debía estar preparada para ello. Es una persona que, aunque ya está jubilada, sigo hablando de vez en cuando con ella, y la quiero muchísimo.

¿Cuál considera que será su legado en su actual posición y qué impacto espera haber logrado?

Creo que mi legado será haber acompañado a la organización en su proceso de profesionalización y crecimiento. Aunque pueda sonar repetitivo, lo que quiero decir es que he trabajado para que la organización crezca de manera sostenida y viable, asegurando su sostenibilidad futura. No ha sido un proceso de pasar de cero a cien de forma abrupta, sino un proceso escalonado, en el que hemos ido asentando las bases para garantizar la continuidad de la organización en los próximos años.

Por otro lado, también creo que mi impacto está relacionado con la forma en que he liderado a las personas. Me siento bastante orgullosa del nivel de compromiso y satisfacción que tienen los equipos con la organización. Esto tiene mucho que ver con el enfoque y el estilo de liderazgo que he impulsado, y es algo que considero un reflejo del impacto que he tenido en la cultura interna de la Fundación.

¿Qué mito sobre el liderazgo femenino le gustaría desterrar para siempre?

Precisamente ayer asistí a una presentación de resultados sobre el perfil de los grupos de gobernanza de las organizaciones sin ánimo de lucro en nuestro país, y es curioso, porque, aunque existe casi una paridad entre hombres y mujeres a la hora de liderar y dirigir estas ONGs, las mujeres siguen estando muy presentes en las organizaciones más pequeñas. Sin embargo, cuanto mayor es el tamaño de la organización, menos puestos ocupan las mujeres en dirección y presidencia.

Esto me hace reflexionar sobre cómo, si nos quedamos solo con el dato absoluto, podemos caer en la autocomplacencia. Si miramos el detalle, nos damos cuenta de que seguimos pensando que los retos más complejos y grandes son solo para los hombres. Mi deseo es desterrar esta idea, para que, en el futuro, no solo veamos paridad en las organizaciones pequeñas, sino también en las de mayor tamaño y con más empleados. Es esencial que sigamos avanzando hacia una verdadera igualdad en todos los niveles de liderazgo.

Desde su posición, ¿Cómo fomenta el crecimiento profesional de otras mujeres?

Desde mi posición, creo que uno de los principales factores para fomentar el crecimiento profesional de las mujeres es facilitando la conciliación. Me parece fundamental, especialmente para aquellas mujeres que tenemos familia, ya que seguimos enfrentándonos a la necesidad de decidir entre apostar por la familia o por el desarrollo profesional, ya que no podemos ser perfectas en todo.

Para mí, la mejor manera de apoyar el crecimiento profesional de una mujer es dar cabida también a su desarrollo personal y privado, permitiéndole encontrar el equilibrio necesario para que se sienta más motivada y comprometida en el ámbito profesional. De esta forma, creo que no solo apoyamos a la mujer en su crecimiento individual, sino que esto repercute directamente en su crecimiento dentro de la organización.

¿Ha cambiado la tecnología su forma de trabajar? ¿Usa la IA y para qué?

Sí, la tecnología ha cambiado mi forma de trabajar, y no solo la inteligencia artificial. De hecho, desde los primeros tiempos en los que no existía el correo electrónico y se usaba el fax, la tecnología ha ido transformando mi manera de trabajar para bien, permitiéndome ser más eficiente. Esto me ha dado la oportunidad de centrarme en lo que realmente debo hacer y aportar un valor significativo.

En cuanto a la inteligencia artificial, la utilizo para ser aún más eficiente. La empleo para documentarme, analizar documentos, extraer conclusiones, investigar y realizar tareas que no requieren de un alto valor añadido. Esto me permite dedicar más tiempo y energía a lo que realmente aporta valor. La inteligencia artificial me ayuda tanto en mi trabajo profesional como en mi vida personal. Por ejemplo, la utilizo para planificar mis viajes y conocer nuevos lugares, y también en temas más cotidianos, como en la cocina o incluso para abordar conversaciones con mi hijo adolescente.

Si el éxito profesional fuera un viaje, ¿Cómo le gustaría que fuera? ¿Qué llevaría en la maleta?

Efectivamente, el éxito profesional es un viaje, y llevo 30 años en ese recorrido. He tenido la suerte de visitar muchos países y de conocer muchísimas culturas. A lo largo de este viaje, lo que siempre he llevado conmigo es una mochila llena de aprendizajes, con la intención de utilizarlos lo mejor posible en cada etapa. Nunca se sabe qué nos deparará el futuro, pero creo que finalmente he llegado a mi destino: al sector social. Aunque, claro, aún puedo seguir explorando distintas “ciudades” dentro de este sector. Estoy muy orgullosa de haber recorrido diferentes “continentes” a lo largo de mi carrera y de haber llegado a este punto, donde siento que he encontrado mi lugar.

¿Alguna rutina matutina que le ayude a prepararse mental y físicamente para el día?

Sí, me despierto muy temprano para poder dedicarme un tiempo para mí antes de despertar a mis hijos y acompañarles al colegio. Este rato para mí me permite comenzar el día con calma, hacer todas las cosas que debo hacer antes de salir de casa con conciencia y tranquilidad. También incluyo un tiempo de meditación que me ayuda a arrancar el día de manera más presente y compasiva, lo cual me permite enfrentar las tareas del día con una mentalidad más equilibrada.

Un imprescindible en el bolso

La verdad es que no llevo bolso. Desde el COVID, dejé de hacerlo, y sorprende mucho a la gente. Encuentro la manera de llevar mis documentos, mi móvil y mis llaves sin necesidad de un bolso. Durante muchos años llevaba bolsos llenos de “por si acaso”, y llegué a pasar épocas en las que, más que bolsos, parecía que llevaba maletas. Con el tiempo, me he dado cuenta de que cuanto más ligera voy por la vida, menos peso tengo que cargar, y esto lo aplico también a algo tan concreto como el bolso.

Su cita o frase vital.

No tengo una cita o frase vital. Lo que sí puedo decir es que muchas veces mis hijos me regalan frases muy sabias que me ayudan y me hacen crecer. No hay nada como la frescura infantil, que está llena de sabiduría.