A las puertas de una revolución en materia de economía circular en el sector textil, las grandes compañías de la moda en el mercado español anticipan sus deberes. Desde el pasado 1 de enero, todos los países de la Unión EuropEa están obligados a introducir la recogida separada del textil, según establece la Directiva de Residuos del año 2018. Es decir, la ropa también debe depositarse en un contenedor específico, al igual que los envases domésticos o el cristal. “Estamos ante el nacimiento del ‘contenedor amarillo del textil’“, resume gráficamente María Almazán, codirectora de Hola Vivi y Ashoka Fellow, experta e investigadora en moda sostenible.
Para dar respuesta a esta exigencia comunitaria -transpuesta al ordenamiento jurídico nacional mediante la Ley de Residuos de abril de 2022– los grandes del textil han creado Re-Viste. Así, forman parte de la entidad Decathlon, El Corte Inglés, H&M, Ikea, Inditex, Kiabi, Mango, Primark, Sprinter/JD y Tendam, aunque aspira a aglutinar la conjunto del sector. Formalmente, Re-Viste se constituye como un Sistema Colectivo de Responsabilidad Ampliada del Productor (SCRAP), semejante a Ecoembes (envases domésticos) o Ecovidrio (cristal).
Real Decreto
A pesar de que la Directiva comunitaria y la ley española obligan a la recogida separada, la realidad es que aún falta su desarrollo reglamentario por parte del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Desde la entrada en vigor de la Ley de Residuos, la Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental, al frente de la cual está Marta Gómez Palenque, viene desarrollando este marco normativo mediante reales decretos específicos para cada residuo.
En el caso del textil, la norma acumula retraso frente a la obligación del 1 de enero de 2025. En septiembre de 2024, finalizó el plazo de la consulta pública previa del proyecto de Real Decreto sobre gestión de residuos textiles y de calzado. El sector prevé que en primavera comience su tramitación pública. De ahí, en un escenario optimista y tomando la referencia de otras normas precedentes podría aprobarse a finales de año.
Anticipación
“Re-Viste nace para dar una segunda vida al residuo textil. El sistema que estamos desarrollando permitirá a la industria transformar textiles en desuso en nuevas materias primas, promoviendo la circularidad, reduciendo el impacto sobre el medio ambiente y el planeta”, explica a Artículo 14 su director general, Juan Ramón Meléndez, quien admite que la recogida separada de residuos textiles es una prioridad.
El gran desafío de cualquier sistema de recogida separada es su eficiencia. No sólo desde el punto de vista económico -los productores de textiles y calzado serán los responsables de asumir su coste-, sino porque un sistema ineficaz o una mala gestión del residuo tiene un alto impacto medioambiental. En España, existen más de 8.000 ayuntamientos, por lo que escalar cualquier sistema de recogida separada al ámbito nacional es un reto complejo.
Ayuntamientos
Desde hace varios años, algunas ciudades y municipios ya han avanzado en un sistema de recogida separada. No hay que pensar sólo en los más grandes, como Madrid, hay localidades como Vigo o Cuenca que también están probando fórmulas. Sin embargo, según explican desde Re-Viste, la falta de un sistema estructurado ha dificultado su efectividad. Por ello, la entidad se presenta como una ayuda para garantizar la trazabilidad y eficiencia en esta gestión, promoviendo la reutilización y el reciclaje dentro de la economía circular.
En esta línea, durante este año, Re-Viste, en colaboración con la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), desarrollará un proyecto piloto en seis municipios: Zaragoza (tres barrios), Rubí (Barcelona), San Miguel de Abona (Tenerife), Trujillo (Cáceres), Titulcia (Madrid) y Arbo (Pontevedra). “Se han elegido porque representan las diferentes casuísticas de la población española y las características de cada territorio”, explica Meléndez.
Opciones
En estos municipios, se analizarán diversas opciones para la recogida de textiles y evaluar la eficiencia de las diferentes opciones. Las vías de recogida incluirán la instalación de contenedores específicos en la vía pública y en puntos limpios municipales. Además, se habilitarán puntos de recogida en espacios privados como centros comerciales, tiendas, colegios y parroquias, ampliando la red de recolección a diferentes entornos y facilitando la participación ciudadana.
Si bien los ayuntamientos son una pieza clave en el desarrollo de un sistema de recogida separada del textil y calzado, no es la única opción. Junto con los contenedores municipales o los puntos de recogida de entidades privadas, como los de Cáritas en su proyecto pionero Moda-Re, se suman las acciones que individualmente desarrollan las empresas, como Zara Pre-Owned de Inditex.
Concienciación
De forma paralela, en estas localidades se llevarán a cabo acciones de concienciación. Uno de los objetivos de Re-Viste es democratizar la sostenibilidad. “Queremos proporcionar información accesible y clara sobre la gestión de residuos textiles, fomentando la conciencia ciudadana sobre el reciclaje y la reutilización del textil y el calzado, para capacitar a las personas en la toma de decisiones responsables en su rutina diaria”, explica su director general.
El sector textil tiene un gran peso económico en España: supone el 3% del PIB, el 8% de las importaciones y factura 15.000 millones de euros. Los compañías españolas y aquellas con una importante presencia en el país están haciendo sus deberes, pero ¿qué pasa con operadores como Shein o Temu?. “Estamos trabajando activamente para que cada vez más empresas y operadores se unan a Re-Viste de forma voluntaria antes de que la adhesión sea obligatoria por ley“, concluye Meléndez.
Economía circular
El reto va mucho más allá del ‘contenedor amarillo del textil’. Este es solo el primer paso para lograr que cada prenda depositada sea gestionada correctamente como residuo, bajo la filosofía de la economía circular.