‘Quiet ambition’: el fenómeno que sacude al mundo laboral

La desescalada laboral en busca de una mejor conciliación entre la vida personal y familiar se encuentra en auge

Mujeres
La nueva generación no quiere ascender laboralmente Shutterstock

El trabajo ya no nos dignifica. La Generación Z ha puesto fecha de caducidad a la célebre frase de Karl Marx, que vinculaba directamente la satisfacción y el desarrollo personal con el desempeño laboral. Atrás queda este convencimiento que generaciones pasadas grabaron a fuego en sus despobladas sienes. Hoy, si desea retener talento en su empresa, deberá olvidarse de los ascensos y las promociones a roles de liderazgo, ya que es probable que sus empleados tengan otras prioridades más acordes con su estilo de vida: cuidar su salud mental, reducir el estrés y disfrutar más de más tiempo libre.

La ‘quiet ambition’ o ambición silenciosa no es un movimiento pasajero, sino una manifestación de una transformación significativa en nuestra relación con el trabajo. Las nuevas generaciones demandan más que un salario o un cargo; buscan empleos que les ofrezcan oportunidades de desarrollo personal, además del crecimiento profesional. “¿De qué me sirve tener un puesto de nivel C, si eso implica muchas más horas, interminables reuniones y una ansiedad disparada? Es un caramelo envenenado”, nos cuenta Begoña, empleada del área de IT en una tecnológica farmacéutica, quien renunció recientemente al puesto que le ofrecieron. Tiene 28 años. “La promoción llegó de forma natural; llevaba ya cuatro años en la empresa y me dijeron que era la candidata ideal. Sin embargo, poco después de aceptar, me di cuenta de que había perdido calidad de vida. Podía ganar más, pero no tenía tiempo ni energía para dedicarme a mí misma”, señala la empleada. “Aguanté cinco meses y luego renuncié. Ahora he vuelto a mi puesto anterior y me he apuntado a clases de cerámica por las tardes. Estoy feliz”, concluye.

La desescalada laboral en busca de una mejor conciliación entre la vida personal y familiar no es un caso aislado. Rosario Sierra, directora de negocio corporativo de LinkedIn España y Portugal, nos lo explica: “Este año hemos observado que un 62% de los españoles se están planteando cambiar de trabajo, lo que representa un aumento del 15% respecto a 2023. Entre las principales razones están la búsqueda de un mejor equilibrio entre la vida laboral y personal (28%) y la necesidad de nuevas oportunidades de crecimiento (19%), según nuestros datos. Esto refleja un cambio en la mentalidad de los profesionales, quienes ya no solo ven el trabajo como una fuente de ingresos, sino también como una herramienta para alcanzar su bienestar personal, con mayor conciliación y oportunidades de crecimiento que les permitan sentirse más realizados”.

Los lobos de Wall Street se retiran a lamer las heridas provocadas por la codicia y la falta de escrúpulos, dando paso a una legión de caperucitas que ya no temen marcar sus propios límites. “Esta tendencia está impulsando a las organizaciones a reinventarse y enriquecer su propuesta de valor para los empleados. Las empresas son ahora más conscientes de que, para atraer talento, deben ofrecer beneficios adicionales, además de ser competitivas a nivel salarial, con programas de bienestar, opciones de trabajo remoto o híbrido, y oportunidades claras de desarrollo profesional, entre otros’, señala Sierra.”

Dos factores han impulsado esta ruptura con el modelo tradicional de relación con el trabajo. La pandemia nos obligó a replantearnos nuestra forma de vivir; nuestras preocupaciones y prioridades cambiaron. Además, muchos vieron cómo el patrimonio de sus progenitores, trabajadores con horarios imposibles y una férrea cultura del esfuerzo, se desplomó como un castillo de naipes ante las sucesivas crisis económicas.

“Cuando los profesionales asumen una sobrecarga laboral típica del síndrome de Burnout, es casi inevitable que empiecen a cuestionarse si vale la pena seguir en su trabajo actual. Ese agotamiento constante, tanto emocional como físico, lleva a muchos a ver el cambio de trabajo como una vía de escape, buscando un ambiente laboral más saludable que les permita restablecer el equilibrio entre su vida personal y profesional. La pandemia, sin duda, aceleró este proceso”, afirma Sierra.

Este nuevo paradigma supone un reto para las empresas, que deben adaptarse a los tiempos actuales para captar y, sobre todo, retener talento. Ya no basta con ofrecer un plan de carrera ascendente; ahora, las trayectorias profesionales deben ser flexibles y multifactoriales. “Hoy en día, los empleados buscan oportunidades constantes para aprender y evolucionar. Si una empresa no puede proporcionar este tipo de crecimiento, corre el riesgo de perder talento clave. Con el mundo laboral transformándose rápidamente y las habilidades requeridas para los puestos de trabajo cambiando hasta un 68% a nivel mundial para 2030, debido al auge de la IA Generativa, es esencial que las empresas preparen y empoderen a sus empleados para que sigan desarrollando tanto hard skills (como el dominio de software, finanzas o computación en la nube) como soft skills (como gestión, comunicación, liderazgo y trabajo en equipo) relevantes”, añade Sierra.

Sólo las organizaciones que logren adaptarse y construir culturas que fomenten este tipo de ambición equilibrada serán las que consigan captar y retener a los mejores talentos en los próximos años.

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