El alquiler de una vivienda es un contrato legal que establece una serie de derechos y obligaciones tanto para el inquilino como para el propietario. En medio de la creciente presión por los elevados precios de la vivienda, el tema de qué ocurre cuando un inquilino deja de pagar el alquiler se ha vuelto un asunto de interés para muchas personas. Desde la perspectiva legal, ¿qué puede hacer un inquilino que no puede seguir pagando? ¿Qué opciones tiene el propietario para reclamar el pago o recuperar su vivienda? En definitiva, ¿qué pasa si dejo de pagar el alquiler?
¿Qué ocurre si dejo de pagar el alquiler?
La respuesta más directa es que dejar de pagar el alquiler sin justificación legal puede tener graves consecuencias para el inquilino. En general, no se permite suspender el pago del alquiler, salvo en situaciones muy concretas que están contempladas en la Ley de Arrendamientos Urbanos. Una de las pocas excepciones está incluida en el artículo 26 de esta ley, que permite a un inquilino dejar de pagar la renta si la vivienda se vuelve inhabitable debido a obras de conservación o si las autoridades competentes dictan medidas que exigen desalojarla. En este caso, el inquilino puede optar por suspender el contrato de alquiler. Lo que paraliza tanto el plazo de duración como la obligación de pagar la renta, o bien desistir del contrato sin penalización alguna.
Fuera de estos supuestos, cualquier impago puede llevar al propietario a tomar acciones legales, que van desde la reclamación de la deuda hasta la interposición de una demanda de desahucio.
¿Qué puede hacer el propietario si dejo de pagar el alquiler?
Cuando un inquilino deja de pagar el alquiler, el propietario tiene varios recursos legales a su disposición. El primer paso que suele tomar es enviar un requerimiento de pago al inquilino reclamando la deuda y advirtiendo sobre las posibles acciones judiciales si no se abona lo debido. Este requerimiento es un paso esencial para iniciar cualquier acción legal. Y, en muchos casos, puede resolver la situación si el inquilino paga la deuda pendiente.
Si el inquilino no paga después de este requerimiento, el propietario puede proceder a interponer una demanda de desahucio por falta de pago. Esta demanda requiere la intervención de un abogado y un procurador, y en ella el propietario puede solicitar la resolución del contrato, el pago de todas las rentas debidas hasta el desalojo y las costas judiciales. Es importante señalar que el propietario no tiene que esperar un número específico de meses para iniciar el proceso de desahucio; basta con un solo impago de la renta para que el propietario pueda emprender acciones legales.
¿Qué sucede una vez interpuesta la demanda de desahucio?
Una vez que el propietario presenta la demanda de desahucio, el juzgado revisa el caso y admite la demanda, indicando una posible fecha para el juicio y, en caso de que el inquilino no pague, para el lanzamiento o desalojo forzoso. El inquilino recibe una notificación con la demanda y toda la documentación adjunta. A partir de ese momento, tiene 10 días para realizar alguna de las siguientes acciones:
- Abonar la deuda: Si el inquilino paga la deuda en su totalidad, el desahucio puede paralizarse, salvo en los casos en los que el propietario haya solicitado expresamente que no se acepte el pago para detener el desahucio.
- Desalojar voluntariamente la vivienda: Si el inquilino decide dejar el inmueble sin oponerse a la demanda, el proceso de desalojo no es necesario.
- Oponerse a la demanda: Si el inquilino considera que existen motivos para oponerse al desahucio, como que el contrato no es válido o que ya ha pagado, puede presentar una oposición formal en los tribunales.
En casos de inquilinos vulnerables, como personas mayores, con discapacidades o en situaciones económicas difíciles, la ley establece medidas de protección adicionales que pueden suspender temporalmente el proceso de desahucio hasta que se encuentre una solución habitacional alternativa.