Dos trabajadoras bancarias. Susana Pérez, del BBVA, y Paula Joli, del Banco Sabadell. Ambas tienen un denominador común: la incertidumbre ante la posible fusión de las dos entidades y el miedo al despido. Opinan sobre la OPA hostil y cómo les puede afectar a sus vidas.
¿Cuál es tu puesto en el banco y cuánto tiempo llevas trabajando allí?
Paula Marcos: soy directora de Consumo en el Departamento online de Banco Sabadell. Llevo trabajando 23 años.
Susana Pérez: gestora comercial y delegada sindical de UGT. Entré en BBVA en el año 2001 y dedicada a la función sindical desde 2015.
¿Cómo has recibido la noticia de la OPA hostil?
P: La OPA hostil no ha dejado a nadie indiferente. Como empleada de la antigua CAM me tomo la información con cautela y serenidad dada mi experiencia en situaciones extremas. Soy consciente que tenemos que conservar serenidad y procurar tranquilidad a nuestros compañeros y compañeras. Estar atentas para que no se pueda dar ninguna discriminación.
S: Estas noticias siempre producen inquietud entre la plantilla porque estas operaciones siempre traen medidas de reestructuración. En este caso con los beneficios obtenidos no tendría sentido ninguna medida forzosa
La brecha salarial en la banca es grande. Las mujeres suelen cobrar menos que los hombres y ocupan también menos puestos directivos. ¿En qué posición ves a la mujer trabajadora en tu banco?
P: La brecha salarial y los techos de cristal son luchas que llevamos arrastrando las mujeres desde nuestro acceso al mercado laboral. Cada día más son más las compañeras que están en puestos de relevancia, aunque queda mucho por lograr.
S: En este aspecto hemos firmado en BBVA un plan de igualdad con el objetivo de eliminar el techo de cristal que supone la presencia de la mujer en puestos directivos de primer nivel.
¿Habría un problema de concentración bancaria con cierre de sucursales que pueda perjudicar a los clientes?
P: Independientemente de esta OPA hostil, debería existir el compromiso para asegurar que cualquier persona tenga derecho al asesoramiento financiero en cualquier lugar de este país. Que nadie se sienta discriminado o discriminada por razón de procedencia, formación, edad o sexo.
Creo que todos compartimos esa idea. La concentración bancaria no ayudaría a mantener este derecho.
S: Esta operación tiene que contemplar el compromiso de no abandono de núcleos rurales para que no se produzca la exclusión financiera, sobre todo de nuestros mayores
¿El Gobierno debería paralizar la operación?
P: La ley cuenta con las herramientas necesarias para declinar el proceso si no es conveniente para toda la ciudadanía. Para nosotras como empleadas y yo, como Delegada de UGT, lo deseable sería acudir a esta cita, si llega a término con un Convenio Colectivo de la Banca firmado. Un Convenio que garantice nuestras condiciones laborales y que nuestro poder adquisitivo se ajuste con la inflación.
S: Lo que yo entiendo es que las autoridades velen porque la operación cumpla toda la regulación existente. Considero que ya existen mecanismos suficientes para velar por los intereses de todas las partes. Me preocupa más la falta de un convenio que nos ampare a todos los trabajadores del sector.
En las negociaciones vemos solo a hombres, ¿crees que faltan mujeres en este tipo de toma de decisiones?
P: Las mujeres aportamos una visión única de las situaciones, una perspectiva que suele favorecer la conciliación y el consenso. Sería algo que debería explorarse más. Cambiaremos el mundo.
S: Es necesario un plan de igualdad firmado en BBVA para romper ese techo de cristal.
¿Qué mensaje le mandarías a otra compañera del otro banco?
P: Le diría que seguro que podemos trabajar bien juntas, si se da el caso, y que va a encontrar por mi parte todas las facilidades, si eso sucede. Que si la OPA nos une, tiene una compañera en este lado.
S: Seguro que compartiríamos los problemas que tenemos en el sector, que son comunes a todas las entidades, como es la excesiva presión comercial en la red de oficinas.