¿Qué es la recesión económica y qué tiene que ver con la caída de las Bolsas?

La recesión económica no es solo un concepto técnico, sino una realidad con efectos concretos sobre la vida de millones de personas

Una persona habla por teléfono frente a los paneles indicadores en la Bolsa de Valores de Australia
EFE/ Bianca De Marchi AUSTRALIA AND NEW ZEALAND OUT

La recesión económica es uno de los términos más temidos por los analistas financieros, los gobiernos y, por supuesto, los ciudadanos. Se trata de un periodo en el que la actividad económica de un país o región se contrae de forma sostenida durante al menos dos trimestres consecutivos. En otras palabras, hay menos producción, menos consumo, menos inversión y, generalmente, más desempleo.

La recesión económica puede producirse por múltiples causas: una crisis financiera, un colapso del sistema bancario, un conflicto internacional o una pandemia global, como ocurrió en 2020. Sin embargo, también puede estar motivada por decisiones políticas o errores en la gestión económica de un país. Desde luego, el caso de los aranceles de Trump está sirviendo de ejemplo. Incluso para mercados tan (presuntamente) distintos como el mercado de las criptomonedas.

¿Cómo se detecta una recesión económica?

Detectar una recesión económica no siempre es sencillo. Los organismos oficiales, como los bancos centrales o los institutos estadísticos, se basan en indicadores clave como:

  • El Producto Interior Bruto (PIB)
  • La tasa de desempleo
  • La inversión empresarial
  • El consumo privado
  • La producción industrial

Si todos o varios de estos datos muestran caídas consecutivas durante seis meses, se puede confirmar que hay una recesión económica en marcha.

La recesión económica también suele venir acompañada de una pérdida de confianza generalizada. Las familias gastan menos, las empresas frenan sus planes de expansión y los mercados financieros responden con fuertes correcciones a la baja.

¿Por qué afecta a las Bolsas?

¿Qué es la recesión económica y qué tiene que ver con la caída de las Bolsas?
Una de las imágenes más emblemáticas de Wall Street, en Nueva York
Shutterstock

La relación entre recesión económica y caída de las Bolsas es directa. Las empresas cotizadas en los mercados dependen de la buena salud económica para crecer, obtener beneficios y repartir dividendos. Si se anticipa una recesión económica, los inversores temen una reducción de los ingresos de las compañías. Eso hace que vendan sus acciones y huyan hacia activos más seguros.

Esta espiral provoca caídas generalizadas en los índices bursátiles. En momentos de recesión económica o incertidumbre, los mercados pueden perder en pocos días lo que habían ganado en meses. Y lo más importante: el miedo a la recesión económica no solo afecta al presente, sino que condiciona las decisiones futuras de los inversores.

¿Qué señales alertan de una recesión?

Existen varias señales que pueden anticipar la llegada de una recesión económica. Una de las más utilizadas por los analistas es la inversión de la curva de tipos de interés, que se produce cuando los intereses a corto plazo superan a los de largo plazo. Esto indica que los inversores no confían en el futuro inmediato de la economía.

Otra señal de recesión es el aumento del desempleo. Cuando las empresas empiezan a despedir trabajadores, significa que prevén una caída de la demanda. También lo es la bajada en la confianza del consumidor, el descenso en la compraventa de viviendas o la contracción del crédito bancario.

¿Cuál es el papel de los bancos centrales?

¿Qué es la recesión económica y qué tiene que ver con la caída de las Bolsas?
Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo en rueda de prensa
Artículo 14

Durante una recesión económica, los bancos centrales suelen actuar con rapidez para tratar de revertir la situación. Una de sus herramientas principales es la bajada de los tipos de interés, con el objetivo de abaratar el crédito y estimular el consumo y la inversión.

En algunos casos, también aplican políticas de estímulo monetario, como la compra masiva de activos financieros, para inyectar liquidez en los mercados. Estas medidas, sin embargo, no siempre logran evitar una recesión económica si el daño ya está hecho o si las causas tienen un origen estructural más profundo.

¿Qué consecuencias tiene una recesión económica para la población?

Las consecuencias de una recesión económica se sienten directamente en el día a día de los ciudadanos. El aumento del paro es una de las más evidentes, pero también pueden producirse recortes en servicios públicos, congelaciones salariales o subidas de impuestos para compensar la caída de los ingresos del Estado.

Además, en un contexto de recesión económica, muchas personas ven reducida su capacidad de ahorro. Y se vuelven más cautas a la hora de consumir. Este comportamiento puede agravar aún más la recesión económica, al contraerse la demanda interna.

¿Puede evitarse una recesión?

Bolsa de Nueva York
Fotografía de archivo de paneles que muestran el desarrollo del mercado en la Bolsa de Nueva York, Estados Unidos
EFE/ Justin Lane

En algunos casos, sí. Si los gobiernos y los bancos centrales reaccionan a tiempo, aplicando políticas fiscales y monetarias adecuadas, se puede frenar o incluso evitar una recesión económica. Medidas como los planes de estímulo, la inversión pública o los rescates financieros pueden suavizar el golpe.

Sin embargo, cuando la recesión económica es global o está provocada por factores externos incontrolables, como una guerra o una pandemia, las herramientas convencionales pierden eficacia. En esos casos, solo queda minimizar los daños y preparar el terreno para la recuperación.

¿Cuánto suele durar una recesión económica?

No hay una respuesta única. La duración de una recesión económica depende de muchos factores:

  • Origen
  • Capacidad de respuesta institucional
  • Estructura de los países afectados
  • Condiciones externas

Algunas recesiones duran solo unos meses, mientras que otras pueden extenderse durante años, como ocurrió en la crisis de 2008.

Lo importante es que, una vez superada, la economía pueda volver a crecer de forma sostenible. La clave está en que la recuperación no se base en burbujas especulativas, sino en cambios estructurales que refuercen el sistema económico.

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