Llegó el día. La histórica firma de cosmética Puig es ya una empresa cotizada. “Hemos alcanzado metas que ni nosotros mismos nos podíamos llegar a imaginar”, dijo su presidente, Marc Puig, durante la ceremonia de salida a Bolsa celebrada hoy en Barcelona. Probablemente el debut en el parqué era una de ellas. Para el estreno de este nuevo capítulo como firma cotizada Puig ha renovado su imagen corporativa con un nuevo logotipo que -según explica la empresa- rinde homenaje tanto a su legado como a futuro. Se ha incluido un nuevo símbolo inspirado en una pintura de Miró.
La compañía, que partía con un precio de 24,5 euros por acción -la más alta de la horquilla fijada en el folleto- y una capitalización bursátil de 13.920 millones de euros, debutó con un alza del 8,2%, situándose en los 26,5 euros, aunque instantes después situaba su precio en torno a los 25 euros por acción. Posteriormente ha ido estabilizándose hasta cerrar en plano en su primer día al situarse en los 24,5 euros, el precio de salida a Bolsa. Al acto del tradicional toque de campana también han asistido el consejero delegado de BME, Javier Hernani, el presidente ejecutivo del parqué barcelonés, Eduardo Ansaldo, y la directora de mercados de la BME, Beatriz Alonso-Majagranzas.
“Hemos gestionado todos estos años esta empresa privada como si fuese una cotizada, y a partir de ahora gestionaremos una compañía cotizada como si fuese privada”, afirmó Marc Puig, al tiempo que reconoció que son conscientes de su responsabilidad hacia los accionistas. La compañía mantendrá su “forma de hacer” que, a su juicio, les ha caracterizado durante sus 110 años de historia y a la que ha atribuido su trayectoria, y ha augurado un futuro prometedor. Su voluntad, como el mismo definió- es gestionar la compañía “con las luces largas”.
El presidente ejecutivo de la compañía agradeció la “respuesta multitudinaria y sin reservas” que han recibido por parte de los inversores, en un contexto del que ha destacado las reticencias del mundo inversor y las incertidumbres geopolíticas. Subrayó el componente familiar de la empresa y recordó a las generaciones que han precedido a los actuales accionistas, empezando por su bisabuelo: “Si hemos volado más alto, más lejos, es porque nos hemos apoyado sobre los hombros de unos gigantes”.
Puig, que recordó las “curvas y altibajos” por los que ha pasado la empresa, expresó su satisfacción por el punto que ha alcanzado la compañía. Y en ese sentido agradeció a los colabores en su salida a bolsa, entre los que ha enumerado a bancos, la CNMV, los inversores y los miembros de Exea y de Puig S.L., además de a los miembros de la familia. Valoró las “grandes dotes de generosidad” que ve en los Puig, quienes se han apoyado cuando ha hecho falta, y ha considerado que sus antecesores estarían orgullosos de su gestión.
El consejero delegado de BME, Javier Hernani, destacó que “la compañía, además de salir a cotizar, realiza una ampliación de capital” con su llegada al parqué, y que con ello expresa su voluntad de invertir en el futuro. “Es lo que más nos gusta en el mercado”, aseguró, al tiempo que defendió el rol de la bolsa como fuente de financiación a las compañías para que crezcan. “Siempre hemos tenido a Puig cerca, como compañía cuyos productos hemos tenido cerca siempre”, concluyó.
Nueva imagen
“En este momento de transformación para Puig, queríamos reforzar quiénes somos, qué hacemos y qué representamos: un Hogar de Creatividad. Conectamos nuestra larga historia con nuestro compromiso con la innovación y nuestra discreción con nuestra sensibilidad como un lugar donde las marcas pueden brillar, las personas pueden crecer y las ideas atrevidas son celebradas”, explicó su presidente en relación a la nueva imagen estrenada hoy.
Según detalla la empresa de cosmética, el nuevo logotipo de la compañía rinde homenaje tanto al legado de Puig como a su brillante futuro, dando protagonismo a la creatividad a la vez
que refleja la cultura y valores propios de Puig. Creado en colaboración con la agencia francesa de arte y diseño M/M (París), la evolución se basa en el trabajo original del diseñador suizo Yves Zimmerman para la compañía.
De esta forma, incluye una tipografía original, Paralelo, que reinterpreta el espíritu de Méridien, una tipografía de 1955 de Adrian Frutiger que Zimmerman estableció para Puig hace más de 50 años. Además, incluye un nuevo símbolo que evoca una línea infinita de creatividad inspirada en una pintura de Miró, al tiempo que evoca el logotipo de Puig de los años 70 ideado por Zimmerman.