La experta

Por qué tanta prisa en cambiar al presidente de Telefónica

Analizamos las claves del cambio en la presidencia de Telefónica con Laura Blanco, directora de contenidos de Capital Radio, experta en información económica y mercados financieros

El relevo en la presidencia de Telefónica sorprendió a algunos miembros de su consejo de administración. Ha sido un “fin de semana caliente en Telefónica” -en palabras de Laura Blanco-, la principal operadora de telecomunicaciones española. La compañía se despidió el viernes 17 de enero del mercado con un presidente (José María Alvárez-Pallete) y amaneció el lunes 20 con Marc Murtra, hasta entonces presidente de Indra, como máximo directivo.

– ¿Qué lectura puede hacerse de un relevo así en la presidencia de Telefónica?

La principal duda es si se nos escapa algo para que el Gobierno haya buscado aliados con el objetivo de destituir a Álvarez-Pallete como máximo directivo de la operadora. Cuando hace meses la operadora Saudí Telecom Company (STC) anunció su presencia en el capital de telefónica, no nos extrañó, e incluso algunos aplaudimos, que la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) tomase una participación para contrarrestar el capital de los árabes en la operadora.

Una de las grandes incógnitas ahora es qué ha ocurrido para el Ejecutivo haya buscado socios en el capital de Telefónica con el fin de sustituir a Álvarez-Pallete por un hombre de su confianza, como Marc Murtra, quien, no olvidemos, estaba al frente de Indra, otra compañía participada mayoritariamente por la SEPI.

– ¿Qué supone el nombramiento de Marc Murtra?

Sin duda, Murtra es un hombre de confianza del Ejecutivo. El efecto inmediato es que Telefónica, una empresa que era completamente privada hace unos meses, pasa a convertirse en una compañía pseudo pública, lo cual implica algunos riesgos. Este movimiento envía al mercado y al inversor extranjero señales preocupantes sobre el poder que tiene el Gobierno en las principales empresas del país. Existe el riesgo de pérdida de credibilidad y de que pueda ‘llegarse a espantar’ al capital extranjero en empresas nacionales, por lo que pueda representar tener al Ejecutivo en el capital de estas empresas.

– ¿Por qué tan rápido y en fin de semana?

El planteamiento o la duda de por qué tantas prisas en realizar este movimiento en pleno fin de semana, con todo el mundo mirando a Estados Unidos y a la toma de posesión de Trump, nos lleva a pensar que hay algo más tras este relevo en la presidencia de Telefónica.

– Además, el coste de la indemnización a Álvarez-Pallete puede plantear interrogantes, ¿es razonable?

Álvarez-Pallete se marcha de Telefónica con una ‘cantidad suculenta’ en concepto de indemnización. Sin embargo, esto forma parte de las condiciones propias de su contrato en una empresa privada. No debería generar mayor controversia: fue cesado y la compensación está pactada.

– ¿Ha sido Álvarez-Pallete un buen presidente para Telefónica?

Álvarez-Pallete no lo ha tenido fácil durante su gestión. Tomó las riendas de una compañía que fuertemente endeudada y logró reducir significativamente esa deuda. El mercado en el que opera Telefónica es muy competitivo y resulta complicado generar un beneficio bruto operativo positivo. En comparación con el mercado de telecomunicaciones americano, donde hay muchas menos empresas, el sector europeo está fragmentado entre muchos operadores, lo que dificulta la competencia.

No debemos olvidar que los grandes vencedores del mercado tecnológico son las redes sociales, los generadores de contenido y las empresas que aprovechan la infraestructura de telecomunicaciones para facturar miles de millones. Ejemplo de ello son Amazon, Microsoft, Apple, Netflix,… todas ellas empresas que no podrían sobrevivir si no hubiera unas buenas conexiones a internet.

En conclusión, el expresidente deja la compañía en una mejor situación en cuanto a su deuda y en liquidez. Telefónica tiene cubiertos los vencimientos de deuda de los próximos tres años, pero con ‘muy mal sabor de boca’ para los accionistas. Hace muchos años que Telefónica dejó de ser, en bolsa, la gran deseada. Un aspecto destacable ha sido la elegancia de Álvarez-Pallete en su despedida. En redes sociales, como LinkedIn, agradeció a todos los trabajadores la labor realizada en los años en los que él ha estado al frente de la operadora y deseó éxito a su sucesor.

– Una última clave en este baile de fichas.

Como hemos señalado, la gran incógnita son las prisas del Gobierno para colocar a un hombre de su confianza al frente de la operadora. Lo cual nos hace pensar que movimiento trasciende lo empresarial y podría tener derivadas políticas y estratégicas en los próximos meses. Telefónica, convertida en una empresa pseudo pública, requerirá una estrecha vigilancia.

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