A primera vista, heredar la casa de tus padres puede parecer una oportunidad irrenunciable. En un país donde el acceso a la vivienda es cada vez más complicado, muchas personas ven en la herencia el único camino realista para tener una propiedad en propiedad. Sin embargo, lo que parece un regalo puede convertirse, en la práctica, en una carga económica de grandes proporciones. El debate sobre si es realmente conveniente heredar la casa de tus padres se ha reabierto con fuerza. Y cada vez son más los expertos que recomiendan estudiar bien todas las consecuencias antes de aceptar una herencia inmobiliaria.
El principal problema está en los impuestos. En España, heredar la casa de tus padres implica, en la mayoría de los casos, tener que hacer frente al Impuesto de Sucesiones y Donaciones. Hablamos de un tributo que grava la ganancia patrimonial que supone recibir un inmueble en herencia. Este impuesto debe liquidarse en un plazo de seis meses desde el fallecimiento del causante si se quieren aprovechar las bonificaciones aplicables. Y aunque muchas comunidades autónomas aplican reducciones o exenciones, el desembolso puede seguir siendo elevado. En particular, si el valor catastral de la vivienda ha aumentado con el tiempo.
El coste oculto de heredar una vivienda
La realidad es que heredar la casa de tus padres no solo implica asumir un inmueble, sino también una serie de obligaciones fiscales y administrativas que pueden poner en aprietos a cualquier familia. En función del valor de la propiedad, del grado de parentesco y del lugar de residencia, los impuestos pueden alcanzar cifras considerables. A esto hay que sumar otros gastos asociados como la plusvalía municipal, los costes notariales, el registro de la propiedad y, en ocasiones, incluso posibles deudas asociadas al inmueble.
Por eso, muchos asesores financieros empiezan a poner sobre la mesa alternativas a la fórmula tradicional de heredar la casa de tus padres. Una de las más comentadas ha sido la propuesta lanzada por Marta, una divulgadora especializada en finanzas personales que ha viralizado en redes sociales un enfoque radicalmente distinto al habitual: evitar heredar mediante la transmisión anticipada de la vivienda.
“¿Tus padres quieren dejarte la casa? No, gracias?”. Así de contundente comienza el discurso de Marta, quien considera que heredar la casa de tus padres es una operación fiscalmente ineficiente. Su recomendación es clara. Los progenitores deben transferir la propiedad a sus hijos en vida, reservándose el usufructo de la vivienda hasta el momento del fallecimiento. De este modo, los hijos serían propietarios legales del inmueble. Sin embargo, los padres seguirían disfrutando del derecho a vivir en él hasta el final de sus días.
Según Marta, esta fórmula evita el golpe fiscal que supone heredar la casa de tus padres tras su fallecimiento. “Si llevan décadas en esa vivienda, es muy probable que su valor se haya revalorizado notablemente. Y cuando se hereda, el impuesto se calcula sobre ese valor actual, no sobre el valor original. La diferencia se traduce en una importante ganancia patrimonial que puede costarte mucho dinero”, explica la experta.
Alternativas fiscales: donación con reserva de usufructo
La estrategia que plantea Marta se conoce como donación con reserva de usufructo y es legal en España. Aunque no está libre de costes, puede ofrecer ventajas relevantes frente a heredar la casa de tus padres en el sentido tradicional. En determinadas circunstancias, si los donantes tienen más de 65 años y la vivienda donada constituye su residencia habitual, la operación podría incluso quedar exenta de tributar por IRPF.
Esto significa que, si se planifica bien, se puede evitar tanto el Impuesto de Sucesiones como parte de la carga fiscal asociada a la transmisión. Además, el hecho de anticipar la operación permite organizar con más tiempo los pagos correspondientes al Impuesto de Donaciones o a la plusvalía municipal, lo cual resulta especialmente útil para familias con menor liquidez.
No obstante, este planteamiento también tiene sus riesgos. Aunque puede ser más ventajoso que heredar la casa de tus padres por vía sucesoria, el nuevo propietario puede encontrarse con problemas inesperados. Por ejemplo, si en el futuro necesita vender el inmueble, no podrá hacerlo mientras el usufructo siga vigente, salvo que se negocie con el usufructuario. Además, esta donación podría ser cuestionada por otros herederos, especialmente si no se ha planificado correctamente en el testamento.