¿Por qué las autónomas resisten mejor la caída de ingresos?

En el primer trimestre de 2025, solo un 36% de las mujeres ha visto reducidas su facturación, frente al 43% de los hombres. Sin embargo, ellas siguen enfrentando mayores dificultades de acceso a las ayudas del sector

Las mujeres autónomas tienen mejor capacidad de resistencia.

El número de mujeres autónomas sigue creciendo: ya son más de 1,2 millones las afiliadas al Régimen de Autónomos, lo que representa casi el 37% de los trabajadores por cuenta propia en España. El año no ha empezado con buen pie para una parte importante del colectivo: “Ha arrancado negativamente para tres de cada diez autónomos. Un 30% tiene un mal arranque de año”, resume Lorenzo Amor, presidente de ATA, con motivo de la presentación de los resultados del Barómetro del I Trimestre de 2025.

Por primera vez, este Barómetro de ATA incorpora un análisis con enfoque de género. Así, el dato más llamativo es que las autónomas resisten mejor que los hombres la caída de ingresos: solo el 36,1% declara haber facturado menos en los tres primeros meses, frente al 43,2% de los varones. Además, el 58,6% de las mujeres autónomas asegura que sus ingresos se han mantenido o incluso han mejorado, un dato también superior al de los hombres (53,8%).

Crecimiento contenido

La capacidad de resistencia queda reflejada en que el 37,4% de ellas ha logrado mantener sus ventas, frente al 32,3% de los hombres. A su vez, la posibilidad para aumentar el negocio es prácticamente igual (21% en ambos casos). Sin embargo, cuando esto sucede el ritmo de mejora es menor entre las mujeres: solo el 4,1% de las autónomas que han mejorado su facturación lo ha hecho por encima del 20%, frente al 12,2% en el caso masculino. “La facturación de las mujeres aguanta mejor que la de los hombres”, confirma Amor, aunque su crecimiento se mantiene más contenido.

Pese a que “prácticamente un 70% de los autónomos está igual o mejor que el año anterior”, Amor advierte de que “las perspectivas de este año son peores que las que tuvimos el pasado”. La crisis arancelaria internacional, unida a un contexto político inestable, la inflación persistente y “el exceso de regulación, con subida de cotizaciones, impuestos y cada vez más trabas”, configuran un escenario de incertidumbre que mina la confianza del colectivo.

Menor contratación

En el ámbito del empleo, el Barómetro también identifica diferencias relevantes en función del género: solo el 51,1% de las autónomas tiene personas contratadas, frente al 62,7% de los hombres. Y de cara al futuro, el 69,6% de las mujeres no tiene previsto contratar, cinco puntos por encima de los hombres (64,2%).

Sin embargo, entre quienes intentan ampliar plantilla, las autónomas encuentran menos obstáculos: un 13,7% afirma haber tenido problemas para contratar, frente al 19,6% de sus compañeros varones. “Las autónomas contratan menos y tienen menos previsión de hacerlo de cara a los próximos meses”, apunta Amor.

Morosidad: menos impagos

Tradicionalmente, uno de los grandes lastres del colectivo es la morosidad, que afecta al 43,9% de los autónomos, tanto por parte de empresas como de administraciones públicas. “Es cierto que las autónomas tienen menos morosidad”, reconoce Amor. Y así, las mujeres salen mejor paradas: solo el 34,8% de las autónomas declara sufrir impagos, frente al 47,5% de los hombres.

Donde sí se observa una desventaja clara para ellas es en el acceso a ayudas europeas. El 16,7% de las mujeres desconoce las ayudas del programa Next Generation, frente al 10,9% de los hombres. Y el Kit Digital, una de las herramientas estrella para la digitalización de pequeñas empresas, ha sido solicitado por el 30,9% de las autónomas, frente al 34,4% de los varones.

Un horizonte incierto

El informe deja claro que el sentimiento general es de inquietud: el 74,3% de los autónomos tiene una percepción negativa o muy negativa de la economía española. Y las cargas fiscales, administrativas y laborales siguen en el centro de las quejas del colectivo. “La mayoría de los autónomos se queja de las trabas, de la morosidad, del exceso de regulación… y esto nos deja una perspectiva, como digo, de incertidumbre”, concluye Amor.

Y aunque las mujeres destacan por su capacidad de resistencia, son también las que enfrentan mayores barreras que aún las frenan. Una realidad a tener en cuenta en el objetivo de que el emprendimiento femenino no solo crezca, sino que lo haga en igualdad de condiciones.