Se ha vuelto una señal de identidad de Donald Trump. Cada lunes, el presidente de los Estados Unidos sorprende al mundo con una nueva medida arancelaria. En esta ocasión, ha decidido gravar las importaciones de acero y aluminio con un 25%. Da igual de donde proceda -Asia, Europa o América- Trump quiere castigar a todas las empresas que introduzcan estas dos materias primas en su país.
Pero hay un estado especialmente perjudicado por este nuevo anuncio. Canadá, que exporta el 60% del acero que consume Estados Unidos. También Brasil, México o los Emiratos Árabes, exportadores de acero y aluminio, fundamentales para tres sectores clave en el país norteamericano como son el automovilístico, el naval y defensa.
Las empresas españolas también se van a ver perjudicadas. España es el décimo exportador de acero a Estados Unidos con 250.000 toneladas de exportaciones por un valor de 263 millones de dólares. También vendemos aluminio a los estadounidenses, en el puesto vigésimo octavo del mundo, pero en menor medida con 19.664 toneladas en 2024 equivalentes a 132 millones de dólares.
La patronal siderúrgica Unesid, que se ha reunido de urgencia con el ministro de economía Carlos Cuerpo, ha publicado un comunicado en el que muestra su preocupación por el incremento de aranceles y pide una negociación inmediata entre la Unión Europea y Estados Unidos. “Para mantener las condiciones actuales y alcanzar acuerdos de largo plazo que garanticen estabilidad y previsibilidad en las relaciones comerciales. Instamos a la Unión Europea a implementar medidas estratégicas para alcanzar acuerdos globales con los principales actores mundiales y abordar el problema estructural de la sobrecapacidad siderúrgica. Desde Unesid, subrayamos la importancia de una Europa fuerte y unida, capaz de afrontar negociaciones complejas, defender sus intereses comerciales y económicos, y mantener un diálogo constructivo. Al mismo tiempo, instamos a estar preparados para adoptar medidas firmes si la situación lo requiere”.
Revés en el Ibex
En la Bolsa española, dos empresas acereras han estado en el centro de todos los inversores. Una se ha visto perjudicada y la otra beneficiada como dos caras de la misma moneda. Son las compañías Acelormittal y Acerinox, una se ha teñido de rojo, con fuertes caídas, y la otra de verde. Reacción de los inversores que se justifica si nos fijamos dónde fabrican cada una de ellas. En el caso de Acerlomittal, exporta acero a Estados Unidos y para abaratar costes fabrica en Canadá y México. Eso significa que tendrá que sufrir los aranceles anunciados por Trump y los inversores la han penalizado con caídas del 2%. En el lado opuesto, Acerinox, que llegó a subir por encima del 4% en el parqué este lunes gracias a que posee seis fábricas dentro de Estados Unidos y por lo tanto, no le afectarán los aranceles como a su competidora.
En el caso de la multinacional gallega del aluminio Cortizo, afronta con “preocupación” y “expectante” el anuncio del presidente de Estados Unidos, en un momento de expansión de la compañía en el país, al que exporta productos por valor de 28 millones de dólares. El director general de la división de Arquitectura de Cortizo, Daniel Lainz, ha explicado que todavía “no conocemos su alcance. En todo caso, no es algo positivo porque no deja de ser una restricción, una limitación al consumo y a la exportación de aluminio al mercado estadounidense. Es un mercado que estamos doblando cada año en los tres años escasos que llevamos allí por lo que puede sufrir una cierta ralentización por estos aranceles. Si es que realmente afectan a nuestros productos, que son perfiles extruidos de aluminio para la arquitectura y la industria”.
La Comisión Europea, también ha reaccionado ante este órdago del presidente Trump. Asegura que no hay justificación para la imposición de estos aranceles y que responderá ante cualquier medida que pueda suponer un riesgo para los intereses europeos. Aunque Bruselas todavía no ha recibido una notificación oficial. “No responderemos a anuncios generales sin detalles ni aclaraciones escritas. La Unión Europea no ve justificación para la imposición de tarifas sobre sus exportaciones. Responderemos para proteger los intereses de los negocios, trabajadores y consumidores europeos de cualquier medida injustificada. Sería ilegal y económicamente contraproducente, especialmente dadas las cadenas de producción profundamente integradas que la UE y Estados Unidos establecieron a través del comercio y la inversión transatlánticos”.
Otro capítulo más que deja sin aliento a medio mundo, que no sabe cómo reaccionar ante las intenciones del mandatario: si se trata de un órdago que quiere ejecutar de forma inmediata o más bien es una fórmula para sentarse a negociar mejores condiciones para Estados Unidos.