Un total de 83.589 personas en España están dadas de alta en el convenio especial de cuidadores no profesionales de personas en situación de dependencia y, de ellas, el 87,9% (casi 9 de cada 10) son mujeres, según los últimos datos del IMSERSO sobre cuidadores no profesionales.
Según esta estadística, consultada por Europa Press, a 31 de julio de 2024 había 83.589 cuidadores no profesionales dados de alta, de los cuales 10.116 eran hombres (el 12,1%) y 73.473, mujeres (el 87,9%).
Por edad, la mayoría de estos cuidadores de personas en situación de dependencia eran menores de 50 años (el 38,2%). Les siguen las personas entre 56 y 60 años (el 21,7%); las de 51 a 55 (18,9%); las de 61 a 65 (16,6%) y las mayores de 65 años (4,5%).
Además, de los datos se desprende que las comunidades autónomas con mayor número de cuidadores no profesionales son: la Comunidad Valenciana, con 16.202, seguida por Andalucía (12.573), Cataluña (8.368) y la Comunidad de Madrid (7.656). En el otro extremo se encuentran las ciudades autónomas de Ceuta (166) y Melilla (263), La Rioja (269) y Extremadura (1.011).
Desde el 1 de abril de 2019, los cuidadores no profesionales de beneficiarios de la ley de dependencia pueden suscribir un convenio especial con la Seguridad Social sin tener que pagar ellos las cotizaciones, como venía ocurriendo desde 2013.
A partir de ese momento, las cotizaciones sociales de estos convenios, también de los que ya estaban en vigor, corren a cargo de la Administración General del Estado y no generan coste alguno al cuidador no profesional.
De esta forma los años dedicados al cuidado de la persona dependiente se integran en su vida laboral y contribuyen a generar derecho a prestaciones como la de jubilación o la de incapacidad permanente.
Según el estudio ‘La perspectiva de las personas cuidadoras desde un análisis de género’ publicado en 2023 por la Revista de Salud Pública, las mujeres cuidadoras soportan “una mayor carga” relacionada con los cuidados.
Un rol de género impuesto por la sociedad
“El rol de cuidadora es impuesto a partir de una socialización que marca desigualdades, tanto en las atribuciones que hace la familia como en la autopercepción y expectativas sobre los comportamientos sociales para ambos géneros”, señalan los autores del documento.
El estudio revela que el 90% de las cuidadoras lo hacían por obligación moral, compasión, reciprocidad y amor; mientras que un 80% de los hombres cuidadores decían hacerlo por responsabilidad y reciprocidad, obteniendo un logro y un aprendizaje satisfactorio.
Los hallazgos del estudio muestran que ambos desarrollaron habilidades de resiliencia, alcanzando mayores niveles de adaptación, pero mientras ellos utilizaron más mecanismos protectores de afrontamiento, un 50% de las cuidadoras obtuvieron en la religión el apoyo que más les reconfortaba.
Además, el análisis hace hincapié en los altos niveles de sobrecarga a los que se enfrentan las personas cuidadoras y revela que las personas mayores, cuando cuidan, son las que tienen una más “alta dedicación horaria (más de veinte horas por semana)”.
“Los motivos que sustentan el cuidado vienen determinados por la dedicación en largos periodos de tiempo a personas con altos niveles de dependencia e importantes déficits cognitivos. Todo ello justificaría la elevada carga objetiva y subjetiva observada en las mujeres respecto a los hombres, resultados que coinciden con estudios donde las horas de cuidado, la salud de la cuidadora y el grado de parentesco inciden en el nivel de sobrecarga”, subraya.
Según datos del XXIV Dictamen del Observatorio Estatal de la Dependencia, elaborado por la Asociación de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales, a finales de 2023 había en España 1.567.107 personas con derecho a prestación por dependencia. Si bien, había 296.431 personas en la lista de espera de la dependencia (179.244 en espera de recibir la prestación o servicio y 117.181 esperando a ser valoradas).
En cuanto a la prestación por cuidado en el entorno familiar, según la asociación, quienes cuidan a un familiar en situación de dependencia en su propio domicilio reciben 240,17 euros de media, una cuantía que asciende a 369,6 euros en el caso de los dependientes de Grado III.