Con Pedro Sánchez no hay cuaderno y el alcance de la crisis de Gobierno que previsiblemente provocará la salida de dos de sus ministros económicos mejor valorados por la ciudadanía (Teresa Ribera y José Luis Escrivá) es una incógnita. Pero una derivada parece clara: María Jesús Montero, vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, saldrá reforzada como el baluarte económico del Ejecutivo de Sánchez.
Será la pieza clave para aguantar los nubarrones que se esperan a partir de esta semana y tratar de contener su coste político. Empezó ya este sábado durante la la reunión de la Interparlamentaria socialista andaluza, en la que recalcó que el acuerdo alcanzado con ERC “compatibiliza que Cataluña tenga una financiación singular como pueden tener otros territorios que tengan vocación de tenerla”.
No solo a la oposición, que el 4 de septiembre le pedirá explicaciones en el Senado, Montero debe convencer a sus propias filas de que la financiación singular para Cataluña no supone un ‘concierto’ y sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para el próximo año, cuya aprobación no está garantizada.
Junto con los equilibrios del bloque catalán (ERC y Junts) tendrá que gestionar las demandas de Sumar -su socio de coalición- impulsadas por Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo de Economía Social. Díaz es la ministra mejor valorada del área económica y ha hecho de las cuestiones sociales bandera para mantener la conexión con sus votantes. En su lista de prioridades ha situado la vivienda -uno de los ejes del acuerdo de coalición- además del permiso parental retribuido de, al menos, cuatro semanas; un permiso por nacimiento de 20 semanas, o una paga universal por hijo de 200 euros y no va a cejar en el empeño de sacarlas adelante.
Montero y Díaz son las mujeres de mayor jerarquía dentro del Gobierno en su calidad de vicepresidentas primera y segunda, respectivamente. Con la nominación formal por parte de España de Teresa Ribera como futuro miembro del Colegio de Comisarios en la segunda legislatura de Ursula Von der Layen, quedará previsiblemente vacante la tercera cartera económica en rango.
Pero su salida del Gobierno es un mal menor si se tiene en cuenta que para el Ejecutivo español es mucho más interesante contar con un aliado en Bruselas, donde deben cocinarse los mimbres que permitirán avanzar en la estrategia energética diseñada a nivel nacional. Teresa Ribera ha formado parte del núcleo duro del Sánchez desde la primera legislatura en 2018, lo que le ha facilitado sentar las bases de la transición energética y ecológica de España con proyectos ambiciosos como el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030, la hoja de ruta de España en el ámbito energético y medioambiental. Pero para cumplir los hitos marcados en dicho plan, es necesario que Bruselas apueste sin ambages por la autonomía energética europea, y eso pasa por la apuesta decidida por las renovables y el hidrógeno como energías del futuro.
Perfil político o técnico
Para sustituir a Ribera, Sánchez deberá resolver si la ecuación necesita un perfil político o técnico. En el antecedente más reciente, la sustitución de Nadia Calviño, vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital en diciembre de 2023, tras ser designada como presidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI), el presidente optó por la segunda opción. Rebajó el peso político de la cartera -perdió la condición de vicepresidencia- y reorganizó sus atribuciones.
Carlos Cuerpo, ministro de Economía, Comercio y Empresa desde diciembre de 2023, pertenece a la élite del funcionariado -forma parte desde 2008 del Cuerpo Superior de Técnicos Comerciales y Economistas del Estado, conocidos como ‘tecos’-. En su perfil técnico, las cuestiones políticas quedan para Moncloa. Y aunque para la gran mayoría de la ciudadanía es aún poco conocido, es el ministro mejor valorado del Gobierno, con una nota media de 5,22.
En esta filosofía de perfil técnico, y contando con una mujer, una sucesora natural de Teresa Ribera podría ser Sara Aagesen, secretaria de Estado de Energía, nombrada en 2020 y con una trayectoria vinculada al clima y la transición energética tanto de ámbito nacional como internacional. Dentro de este Ministerio, su homólogo al frente de la secretaria de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, ha sido en el pasado un hombre del PSOE en Asturias. Si todo quedará en casa, el podría ser la opción más política.
Sustitución de Escrivá
Una disyuntiva similar representa la sustitución de Escrivá. Una vez que cerró la reforma del sistema de pensiones, que el próximo año será evaluada por la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), su probable designación como gobernador del Banco de España facilita al Gobierno tener un aliado en un organismo independiente de gran prestigio que además tiene voz y voto en el Banco Central Europeo (BCE). Así es entendido por el PP que se ha posicionado reiteradamente en contra de un nombramiento que debe despejarse antes del 11 de septiembre. Escrivá es el tercer ministro económico mejor valorado por los ciudadanos.
En los equilibrios de perfiles políticos en el área económica, en esta legislatura Pedro Sánchez sumó a un 'peso pesado' como sustituto de Raquel Sánchez, actual presidenta de Paradores y quien sustituyó previamente a José Luis Ábalos tras el 'caso Koldo'. Óscar Puente, ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, en el pasado portavoz de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE (2017 -2021) es de la absoluta confianza de Sánchez y no le tiembla del pulso a la hora de levantar las alfombras. Su Departamento acaba de publicar una auditoría que revela que Ábalos duplicó la compra de mascarillas y que ha sido solicitada por juez de la Audiencia Nacional que investiga el caso.
Aunque con otro temple, otro perfil político es Isabel Rodríguez, ministra de Vivienda y Agenda Urbana, a su vez secretaria federal de Vivienda de la Ejecutiva del PSOE. Su cartera es una de las que más tensiones genera con su socio de coalición, que le acusa de inacción y que obligó al Gobierno a retirar 'in extremis' la ley del suelo. Rodríguez no solo debe aflojar las tensiones, sino dar respuesta a uno de los problemas que más preocupan a los ciudadanos: el acceso a una vivienda es un sueño inalcanzable, especialmente para los jóvenes.
Perfil más discreto
Otros tres ministros: Elma Saiz (Inclusión, Seguridad Social y Migraciones), Luis Planas (Agricultura, Pesca y Alimentación) y Jordi Hereu (Industria y Turismo) completan el equipo económico del gabinete de Sánchez. Salvo sobresaltos, sus perfiles son más discretos: Saiz, con la reforma de las pensiones encauzada por su predecesor, está ahora en el punto de mira por la crisis migratoria; Planas tuvo al campo español en la calle a principios de año y ha logrado templar los ánimos de los agricultores y Hereu debe lidiar contra la 'turismofobia'. Todos ellos cierran filas con la vicepresidenta primera.
Esta es actualmente el ala económica de La Moncloa; lo que pueda cambiar en los próximos días queda al devenir de los acontecimientos. Lo más inmediato es el nombramiento del nuevo gobernador del Banco de España, una vez que el mandato de la actual subgobernadora -que ejerce la máxima responsabilidad al frente de la institución en funciones- vence el próximo 11 de septiembre, y Sánchez ya ha dejado claro que quiere a Escrivá en el cargo.