Mercedes-Benz

Mercedes-Benz, la marca de coches con nombre de mujer, en crisis

Los fabricantes alemanes de vehículos de lujo atraviesan un momento complicado: la marca anuncia una reducción del 10% de su producción hasta 2027 para mantener su competitividad

Los protagonistas Gottlieb Daimler y Carl Benz construyeron en paralelo los primeros coches motorizados del mundo.
En la imagen, los protagonistas Gottlieb Daimler y Carl Benz, quienes construyeron los primeros coches motorizados del mundo Mercedes

Mercedes-Benz es el espejo en el que se mira Alemania. La marca automovilística, símbolo de un estatus de lujo y calidad, está viviendo la misma decadencia que el país germano. La empresa ha tenido que reconocer que este 2025 sus ganancias van a caer significativamente y que tendrá que afrontar recortes en la producción de un 10% hasta 2027 para tratar de mantener su competitividad. Ya en 2024 dio la voz de alarma tras anunciar que ganó un 28% menos que en el anterior ejercicio hasta los 10.409 millones de euros. Igual que Alemania, en recesión durante dos años consecutivos, es la sombra del esplendor del pasado.

“Mercedes-Benz ha obtenido sólidos resultados en un entorno muy complicado gracias a una gama de productos excepcionales y a una estricta disciplina de costes. Para garantizar la competitividad futura de la empresa en un mundo cada vez más incierto, estamos tomando medidas para que la empresa sea más eficiente, más rápida y más fuerte, al tiempo que preparamos una intensa campaña de lanzamiento de productos para varios vehículos nuevos”, ha afirmado Ola Kaellenius, director ejecutivo de Mercedes-Benz.

Caída del lujo

Son varios los motivos que están provocando una caída de beneficios. Por un lado, la fuerte competencia de China, con precios más económicos y una conversión al coche eléctrico más rápida gracias en parte, al apoyo financiero del Gobierno chino. También ha caído la demanda de coches de lujo dentro de Europa lo que está lastrando a la marca además de una nueva amenaza procedente de Estados Unidos y que todavía no se ha materializado: los aranceles de Trump. Si el presidente cumple con lo anunciado, para el mes de mayo Mercedes-Benz tendrá que asumir unos aranceles del 25% para sus exportaciones a Estados Unidos y su consecuente aumento de costes y de precios para el consumidor final.

La compañía, que cotiza en la Bolsa de Frankfurt, en el DAX alemán, lleva toda la semana registrando fuertes caídas igual que todo el sector de la automoción en Alemania, como BMW y Volkswagen. No son buenos tiempos para los coches alemanes. Tampoco para el resto de marcas europeas que están registrando descensos considerables de ventas, como la francesa Renault, que ha disminuido sus ganancias en 2024 más de un 60% por el deterioro de su participación en Nissan.

Mercedes, nombre de mujer

Quién le iba a decir a Mercedes, el coche aspiracional por excelencia, el que todo europeo de clase media intenta comprar en algún momento de su vida, que pasaría por un momento tan difícil. Sus raíces se remontan al nacimiento del automóvil, a finales del siglo XIX, con los inventores Karl Benz y Gottlieb Daimler. Benz desarrolló el primer coche de gasolina en 1886 y Daimler, de forma simultánea, un vehículo motorizado.

Pero el nombre de Mercedes no surgió hasta 1900, cuando un empresario millonario le pidió a Daimler un coche con el nombre de su hija. Dicho y hecho. En 1902, ese nombre de mujer, Mercedes, se convirtió en una marca registrada para la compañía DMG de Daimler. Las vidas de los dos inventores transcurrieron en paralelo hasta que las dificultades económicas derivadas de la Primera Guerra Mundial les unió. Fusionaron las empresas y adoptaron el nuevo nombre comercial de Mercedes-Benz.

Y como no hay una gran marca sin su correspondiente logo, definieron una estrella de tres puntas como símbolo de Mercedes, un dibujo que realizó el propio Daimler en una postal que le envió a su esposa con un comentario de lo más profético: “algún día esta estrella brillará en mi obra”. Y así fue.

España

En España, la marca se consolidaría tras la Guerra Civil, en los años 50, cuando Mercedes estableció su primera planta de ensamblaje en Barcelona. En los 70 ya era una marca que se identificaba con calidad, lujo y diseño en todo el país. Y sigue siendo una empresa de gran reconocimiento internacional aunque con fuertes dificultades en sus cuentas. En su futuro más inmediato, tendrá que amoldarse a los nuevos tiempos, con el coche eléctrico en el horizonte, y un mercado en constante transformación. Donde la industria alemana ya no es tan fuerte como era, con un encarecimiento de la energía en el país que la debilita y que no encaja con su reputación. Alemania y Mercedes, país y compañía emblema, tendrán que hacer un gran esfuerzo para recuperar su posición como locomotoras de la Unión Europea.

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