La presentación de los datos del desempleo y afiliación a la Seguridad Social del último mes de febrero muestra la cara y cruz del empleo femenino. En vísperas del 8-M, los secretarios de Estado de Trabajo y Seguridad Social, Joaquín Pérez Rey y Borja Suárez, respectivamente, pusieron en valor el avance de las mujeres en el mercado laboral. Aunque hay datos que invitan al optimismo, como la previsible consolidación de la cifra de los diez millones de mujeres ocupadas, la brecha de empleo sigue abierta, y las barreras pendientes son difíciles de romper.
En conjunto, en febrero, el paro bajó en casi 6.000 personas, situando el número total de desempleados en 2,593 millones, la cifra más baja de los últimos 17 años. “El mercado de trabajo sigue ofreciendo, un mes más, buenos datos y una buena resistencia”, aseguró el secretario de Trabajo, Joaquín Pérez Rey. A su vez, la creación de empleo aumentó en 58.735 personas y, así, el número de afiliados a la Seguridad Social, en términos desestacionalizados, superó los 21,45 millones de personas, un máximo histórico, según recalcó el secretario de Estado de Seguridad Social, Borja Suárez.
Esta es la cara y cruz de los cinco datos clave sobre el empleo femenino:
1) Diez millones de mujeres afiliadas
Nunca en la historia del mercado de trabajo ha habido tantas mujeres trabajando. La cifra de los diez millones de afiliadas, un umbral que el Gobierno espera consolidar, refleja el crecimiento del empleo femenino. Las mujeres son las más beneficiadas por el crecimiento del empleo: su ocupación crece un 14,2% desde el año previo a la reforma laboral, es decir, 3,2 puntos porcentuales más que la masculina.
Sin embargo, este avance no ha podido aún romper la brecha en el empleo. Las mujeres afiliadas suponen el 47,3% del total de trabajadores y es difícil aumentar este porcentaje. Desde la presentación de la reforma laboral en 2021, solo se ha avanzado 0,4 puntos porcentuales. Por territorios, hay 15 provincias donde la afiliación de mujeres está por encima del 48% del total. “Todo el norte y el noroeste peninsular son zonas donde la presencia femenina es mucho mayor”, según valoró el secretario de Estado de Seguridad Social.
2) Más autónomas, pero no llegan al 40%
En febrero, el número de trabajadores por cuenta propia aumentó en 8.196 personas respecto a enero de 2025. Así, la cifra total de trabajadores autónomos se situó en 3.377.146 personas. En el caso de las mujeres, el número de trabajadoras autónomas alcanza el máximo histórico de la serie, pero aún se situán en el 36,9% del total de autónomos.
Un dato positivo es que su afiliación a este régimen crece a un ritmo mucho mayor que el de los hombres y son ellas quienes impulsan su evolución positiva. Así, el número de afiliadas al Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) crece un 6,8%, lo que supone 5,1 puntos más que el incremento registrado entre los hombres.
3) Ellas tienen más contratos parciales
Aunque se ha reducido la temporalidad y la parcialidad en el empleo femenino, los contratos a tiempo parcial de las mujeres duplican a los de los hombres. La tasa de parcialidad de las mujeres se situó en 2024 en el 25,6%, frente al 11,8% de los hombres. Un factor a tener en cuenta es que, en su mayor parte, se trata de una parcialidad no deseada, impuesta por la dificultad de conciliación.
La tasa de temporalidad de las mujeres se situó en el 13,6%, por debajo de la media de la Unión Europea. “La contratación indefinida era alérgica a las mujeres, como lo era a la contratación de jóvenes. Normalmente, ellas han tenido que sufrir grados de precariedad mucho más importantes que los hombres, o tasas de parcialidad elevadas”, valoró Pérez Rey.
4) Las mujeres suponen el 60% de los parados
El desempleo impacta más a las mujeres: seis de cada diez personas demandantes de empleo son mujeres. Las desempleadas suman 1,562 millones, frente a 1,03 millones de hombres. También son ellas las más afectadas por el edadismo. Más de un millón de desempleados tienen más de 52 años y el 60% de estos son mujeres.
En un mes que el Gobierno calificó de positivo en términos de desempleo, al registrarse una bajada del paro de casi 6.000 personas y el mejor dato de los últimos 17 años, las mujeres no lograron sacar ventaja. El paro femenino solo disminuyó en 477 mujeres, frente a los 5.517 hombres.
5) Existe una brecha salarial del 17%, pese al SMI
La brecha salarial en España superaba el 17% al cierre de 2022, una cifra que sigue siendo “inaceptable”, según admitió el secretario de Trabajo, Joaquín Pérez Rey. En los últimos cinco años, se ha reducido en 4,6 puntos, gracias a la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI). El 65,8% de los 2,4 millones de personas que perciben el SMI son mujeres, que trabajan en el sector agrícola y servicios, principalmente.
Profesiones con bajos salarios, como las relacionadas con la sanidad, los cuidados, la educación o los servicios, siguen siendo mayoritariamente femeninas, con más de un 60% de mujeres. En el polo opuesto, poco a poco las mujeres van ganando posiciones en empleos de mayor calidad y valor añadido: las bases de cotización femeninas han crecido un 21,2% desde 2021, es decir, 3,1 puntos más que las de los hombres. Un dato esperanzador es que han logrado abrirse un hueco en profesiones tradicionalmente masculinizadas, como las áreas científico-técnicas, en las que, por primera vez, se alcanzó la paridad.
Reto
Como señalaron los secretarios de Estado: “La dinámica de mejora del empleo femenino se consolida en el tiempo y, poco a poco, nos acerca a ese objetivo de equilibrar definitivamente la presencia de mujeres y hombres en el mercado laboral”. Un reto que se habrá cumplido totalmente cuando deje de ser necesario hablar de ello.