Paso a paso, María Jesús Montero (Sevilla, 1966) ha ido ganando peso en el Gobierno desde su primera mudanza a Madrid como ministra de Hacienda en 2018. Es la mujer que ha logrado el mayor poder político en España como vicepresidenta primera del Ejecutivo y vicesecretaria general del PSOE. Y también el mayor poder económico, en calidad de ministra de Hacienda. Número dos en el Gobierno y en el partido, mano derecha del presidente Pedro Sánchez en La Moncloa y en Ferraz.
Desde diciembre de 2023, Montero es vicepresidenta primera del Ejecutivo, cargo que asumió tras la salida de Nadia Calviño al Banco Europeo de Inversiones. En el Gobierno es donde Montero tiene mayor capacidad de liderazgo, donde ejerce el peso que le corresponde, ya que toda la supervisión del área económica recae sobre sus hombros. A su favor, una pieza más, atesorar también la responsabilidad sobre el diseño de los Presupuestos Generales del Estado, piedra angular sobre la que se apoya el proyecto político y económico de un gobierno.
Esta designación fue el refrendo de la confianza incondicional que Sánchez tiene en ella. Lo demostró cuando la propuso como vicesecretaria general del PSOE en julio de 2022. Sin embargo, en Ferraz su poder está más diluido y es Santos Cerdán, como secretario de organización del partido, quien lleva el día a día. Fue él quien protagonizó las negociaciones en la sombra para el acuerdo de investidura y la ley de amnistía, eso sí, con el apoyo expreso de Montero.
Reconocimiento
El ascenso de Montero dentro del partido fue una muestra de reconocimiento a quien lidió con la portavocía del Gobierno entre enero de 2020 y julio de 2021 coincidiendo con su momento más difícil, la gestión de la pandemia de la Covid-19. Ella demostró entonces su capacidad de trabajo, su competencia y su cintura ante las preguntas más difíciles. Y lo hizo con su estilo personal, con su acento andaluz, su prolongado discurso didáctico que, unido a su sonrisa, refuerza su capacidad de eludir lo que no interesa.
No es tarea fácil, es una habilidad de los políticos forjados en muchas y muy diversas batallas. Y Montero ya lo era entonces tras dos décadas con diferentes responsabilidades en la Junta de Andalucía. Entre 2002 y 2015, estuvo al frente de la consejería de Sanidad con los gobiernos de Manuel Chaves, José Antonio Griñán y Susana Díaz. Con ella, en su última etapa, fue consejera de Hacienda y Administración Pública, un aprendizaje que ha podido poner en práctica en Madrid. Donde se ha dedicado por completo a su trabajo, ya que sus dos hijas han seguido estudiando en Sevilla, de donde es originaria.
Médico de profesión, aunque nunca ha ejercido (es licenciada en Medicina y Cirugía por la Universidad de Sevilla), siempre se ha orientado a la gestión. Su diligencia, la confianza mutua que ella y Sánchez han fraguado en estos años -quedó patente en la comparecencia del secretario general del partido en Ferraz tras las elecciones de julio de 2023- la sitúan ahora como la mujer mejor posicionada en el supuesto de que el presidente decida dar un paso atrás. Montero permaneció ayer en silencio en X, donde otros miembros del Gobierno sí lanzaron mensajes de apoyo al presidente.
Teresa Ribera, vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, acaba de ser designada cabeza de lista del PSOE en los próximos comicios europeos. Si lo que estamos viviendo hoy hubiera ocurrido una semana antes, el referente del Ejecutivo de Sánchez en materia medioambiental y económica, también un perfil de máxima confianza del presidente, podría ser una posible sucesora. Hoy, confirmada oficialmente como candidata, está posibilidad queda descartada.
No todo vale en política.
Tenemos un presidente de primera. Ni él ni su familia merecen esto.
Pero España tampoco.
Un abrazo enorme, presidente. https://t.co/gCJQvf5HRY— Teresa Ribera 🌹 (@Teresaribera) April 24, 2024
Entre el talento femenino socialista del actual Ejecutivo se podría barajar también a la actual portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, ministra de Educación, Formación Profesional y Deportes. Ayer manifestó en X su apoyo a Sánchez, “No es Pedro Sánchez ni su destrucción política y personal o la de su familia. O no sólo es eso. Es sobre todo el empeño de la derecha en invalidar un gobierno progresista legítimo porque entienden que el poder les pertenece”. Sin embargo, el de Alegría es un perfil con menos experiencia en Madrid, donde llegó hace apenas dos años y medio como ministra de Educación en la anterior legislatura, tras desarrollar su carrera política en Aragón. Aunque algunos la identifican como la `tapada´ de Sánchez para sucederle en el poder.
Con todo por su posición en el Gobierno y en el PSOE, Montero se perfila como posible sucesora de Pedro Sánchez. Eso sí, de una manera que probablemente nunca imaginó, y siempre y cuando los grupos que apoyan al Ejecutivo también estén de acuerdo.