Bajo el liderazgo de la danesa Margrethe Vestager, la Unión Europea ha logrado una victoria clave en su batalla legal contra Apple. De esta manera, el Ejecutivo consolida su lucha contra las estrategias fiscales agresivas de las multinacionales –y se establece como autoridad legal en el continente-.
El Tribunal de Justicia de la Unión Europea ha avalado la orden de la Comisión Europea de 2016, que obligaba a Apple a pagar 13.000 millones de euros en impuestos atrasados a Irlanda, argumentando que los acuerdos fiscales entre la empresa y el país eran ilegales. Esta resolución ha sido el punto culminante de los esfuerzos de Vestager por corregir lo que considera una “manipulación fiscal” que beneficia a grandes empresas a expensas del contribuyente europeo.
El caso, en detalle
El caso comenzó cuando la Comisión Europea acusó a Apple de haber recibido ayudas estatales ilegales a través de dos acuerdos fiscales con Irlanda, que le permitieron reducir su carga tributaria significativamente. Según la Comisión, el tipo impositivo efectivo de Apple sobre los beneficios europeos cayó del 1 % en 2003 al 0,005 % en 2014. Vestager, que se ha destacado siempre por su firmeza frente a las grandes multinacionales tecnológicas, presentó este caso como un ejemplo de necesidad de justicia fiscal dentro del bloque europeo.
La batalla legal dio un giro en 2020 cuando el Tribunal General de la UE revocó la decisión de la Comisión, afirmando que esta no había demostrado de manera concluyente que Apple recibió una ventaja sustancial, es decir, un beneficio fiscal que no se concedió a otras empresas. La sentencia fue un revés muy fuerte para la campaña de Vestager contra la evasión fiscal de las multinacionales, pero la comisaria continuó defendiendo su causa ante los tribunales.
La sentencia a favor de Vestager
Por eso, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, máxima instancia judicial del bloque, revisó el caso y, en su sentencia del 10 de septiembre de 2024, decidió anular el fallo del Tribunal General. Según el tribunal, Apple había disfrutado de un trato fiscal favorable en comparación con otras empresas residentes en Irlanda, lo que constituía una forma de subsidio ilegal. La sentencia es definitiva y obliga a Irlanda a recuperar los 13.000 millones de euros de impuestos no pagados, más los intereses acumulados.
La resolución es, desde luego, una victoria para la Comisión Europea, pero también empodera la posición de Vestager como defensora de la justicia fiscal en la UE. Durante la rueda de prensa posterior al fallo, Vestager afirmó que “es muy importante mostrar a los contribuyentes europeos que, de vez en cuando, se puede hacer justicia fiscal”. La comisaria también señaló que este caso demuestra que Apple ha contribuido muy poco en términos de impuestos en las jurisdicciones donde genera sus beneficios, criticando la estrategia fiscal de la compañía.
Apple, por su parte, se ha mantenido firme en su defensa, argumentando que siempre ha pagado todos los impuestos que debe en cada país en el que opera. Julien Trosdorf, portavoz de la empresa, declaró que el caso nunca se trató de la cantidad de impuestos a pagar, sino de qué gobierno tenía derecho a recibirlos. Apple también acusó a la Comisión Europea de intentar cambiar retroactivamente las normas fiscales y de ignorar que, conforme al derecho fiscal internacional, los ingresos de la empresa ya estaban sujetos a impuestos en Estados Unidos.
El gobierno irlandés, por otro lado, también se ha mostrado descontento con la decisión: argumenta que no ofrece tratamientos fiscales preferenciales a ninguna empresa, y califica el caso de relevancia histórica, ya que los acuerdos fiscales en cuestión ya no están en vigor. No obstante, tras la sentencia, el Ministerio de Finanzas irlandés ha anunciado que comenzará a transferir los 13.800 millones de euros que han estado en un fondo en custodia a la tesorería del Estado.
El fallo es un hito en la campaña de la Comisión Europea para combatir los acuerdos fiscales favorables que algunos países han ofrecido a las multinacionales. No se trata solo de Apple, sino que involucra también a otras grandes empresas como Starbucks, Fiat Chrysler y Amazon.
Un precedente para todas las empresas
Frente a este marco, Vestager ha querido dejar claro que la Comisión seguirá vigilando de cerca las prácticas fiscales de este tipo de empresas, y que la decisión del Tribunal de Justicia podría sentar un precedente para futuros casos similares. Según la comisaria, la sentencia demuestra que los Estados miembros tienen la libertad de establecer sus propios sistemas fiscales, pero deben cumplir con las normas y evitar otorgar ventajas fiscales injustas.
El impacto de esta sentencia podría extenderse más allá del caso de Apple. En el Parlamento Europeo, el presidente del Comité de Fiscalidad, Pasquale Tridico, ha calificado el fallo de “histórico” y ha instado a la futura Comisión Europea a proponer legislación que prohíba todas las formas de evasión fiscal y ventajas competitivas para las grandes corporaciones dentro de la UE.