ELECCIONES PAÍS VASCO

Así es la brecha salarial en el País Vasco: 6.000 euros menos por ser mujer

La parcialidad, la temporalidad y la menor remuneración tienen rostro femenino

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Foto de archivo de la candidata a Lehendakari, Miren Gorrotxategi. EFE/ ADRIÁN RUIZ HIERRO

Rozando el final de la legislatura, el Parlamento Vasco conseguía sacar adelante la primera Ley de Empleo. El objetivo no solo es crear más empleo, sino hacerlo de más calidad, ordenar la actuación de todos los agentes en el ámbito, unos 300, mediante una red que los englobe y que el empleo garantice la igualdad de oportunidades.

La buena salud de la economía vasca y la fortaleza de su tejido han conseguido que, por primera vez, se haya superado la barrera del millón de afiliados a la Seguridad Social y situar la tasa de paro, al cierre del año pasado, en el 6,3% según la EPA, la más baja de España.

Miel sobre hojuelas podríamos pensar, pero el bienestar laboral del empleo en Euskadi no afecta de igual modo seas hombre o mujer. La parcialidad, la temporalidad y la menor remuneración tienen rostro femenino. ¿Quién o qué factores deciden el valor de los trabajos? Este sería, sin lugar a dudas, el punto de partida para encontrar los porqués y vislumbrar las soluciones que deben adoptarse desde la política.

Veamos algunos datos que dibujan el mapa laboral en el País Vasco:

Brecha salarial

Las cifras siguen año tras año confirmando la discriminación contra las mujeres en el ámbito del empleo. En el País Vasco hay una brecha salarial de cerca del 22%, según el sindicato mayoritario ELA. Más allá del salario, el 25,9% de los contratos parciales en esta comunidad corresponden a mujeres y sólo el 7,7% a hombres. En cuanto a los contratos eventuales, el 23,1% son de mujeres frente al 17,1% de hombres.

El último dato disponible del Gobierno Vasco, el correspondiente a 2021, sitúa la brecha salarial en el 16,7%, seis puntos por debajo de la cifra del año 2018 (22,6%).

Otro estudio, en este caso el del sindicato UGT, constata que la brecha salarial se ha reducido en Euskadi, al pasar de los 6.331 euros de diferencia en cuanto a sueldos y del 19,46% que representaba en 2021 al 17,90% de 2022. De esta forma, los hombres perciben en Euskadi 33.040,10 euros anuales, mientras que las mujeres cobran 27.125,90 euros (es decir, 5.915 euros menos). Por su parte, la media en el conjunto de España de dicha brecha salarial está por encima de la vasca y se sitúa en el 18,72%.

El mapa que nos arrojan las cifras es ligeramente distinto según a quién preguntemos, pero en cualquier caso en su conjunto se percibe el desequilibrio por sexos del mercado laboral.

Medidas

Los diferentes planes de igualdad, herramientas para la transparencia retributiva y demás medidas puestas en vigor en los últimos años, no han conseguido igualar el estatus entre ambos sexos, aunque la tendencia es claramente a la reducción de la misma.

El Departamento de Empleo cuenta con una página web para examinar y explicar la brecha salarial www.labrechaexiste.eus. Un amplísimo despliegue con multitud de datos y visión del mercado laboral vasco y su evolución, no obstante, los datos oficiales resultan un tanto obsoletos ya que observan desde 2009 a 2016.

Analizando la ganancia por hora, tal y como lo hace la Unión Europea, se observa que la brecha salarial ha descendido en 3,3 puntos, del 17,6% en 2009 al 14,3% en 2016. Esto se traduce en una mejoría del índice de igualdad, que se sitúa en un valor de 85,7. Desde el punto de vista de la ganancia por hora normal de trabajo, cuyas cifras para España se sitúan en 13,6€/hora para las mujeres y 15,94€/hora para los hombres, la situación del País Vasco es menos desfavorable, reflejándose en una brecha salarial 0,4 puntos inferior a la media española (14,7%). La brecha salarial, medida en función de la diferencia por sexo en la ganancia media anual por persona trabajadora, alcanzó el 24,4% (7.573€) en la CAE en 2016, lo que supone un aumento 2,3 puntos desde 2009. Esta evolución queda reflejada asimismo en el índice de igualdad, que alcanzó un valor de 75,6 en 2016 .

Motivos

Los principales motivos que explican la brecha salarial son los diferentes niveles y modalidades de formación, la actividad, la ocupación y el paro. La segregación sectorial, el tipo de contrato y jornada, aspectos vinculados con la conciliación y con el uso del tiempo. El tejido económico vasco se ancla en las industrias manufactureras donde las condiciones laborales son mejores (convenios, sueldos, representación sindical) y mayoritariamente copadas por los hombres. Mientras, las mujeres trabajan en sectores feminizados, principalmente el sanitario y servicios sociales, hostelería, comercio o educación mucho más precarizados.

Tampoco hay que perder foco del después de la etapa activa. A llegar a la jubilación la brecha salarial se mantiene entre los jubilados y las jubiladas precisamente por los factores previamente señalados que dan un cómputo inferior para ellas. Además, muchas mujeres mayores no han cotizado al no haber realizado un trabajo remunerado. Entre las viudas la brecha llega a alcanzar el 60% que ven compensado gracias a la existencia de la Renta de Garantía de Ingresos (RGI).

Últimos datos

La subida de un 54% del salario mínimo interprofesional, que afecta sobre todo a mujeres y jóvenes, la obligatoriedad de realizar planes de igualdad a todas las empresas de más de 50 personas trabajadoras y, la más reciente, los mecanismos de corrección de brecha introducidos en la última reforma de las pensiones son medidas encaminadas desde la política a acabar con esta discriminación.

En febrero de 2024 se han contratado en el País Vasco 19.732 hombres y 20.359 mujeres. En relación al año pasado, la contratación aumenta tanto en los hombres como en las mujeres, algo menos en el caso de los hombres; un 6% (+1.113 hombres) frente al ascenso del 7,2% en el caso de las mujeres (+1.387). En la relación mensual disminuye algo menos la contratación de los hombres; un -9% (-2.035) frente a un 9,4% en las mujeres (-2.035).

El porcentaje de indefinidos es superior entre los hombres; un 28,2% frente al 23,2% en las mujeres.

El camino cada vez se hace más corto, pero aún queda mucho trecho por recorrer. De igual modo que las mujeres han salido al ámbito público en conquista de su independencia económica y autorealización profesional en busca de la igualdad efectiva, falta que ellos entren en el ámbito privado para corresponsabilizarse del trabajo no remunerado y no cargar sobre las mujeres la doble jornada que lastra el objetivo de ser iguales.

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