La mamografía con rayos X es actualmente la única prueba aceptada para el cribado del cáncer de mama, pero en el futuro podría convivir con otras opciones más asequibles. El proyecto europeo MammoScreen está investigando una nueva vía con el dispositivo MammoWave. Esta nueva tecnología se basa en microondas de muy baja potencia (inferior a un teléfono móvil), frente al mamógrafo tradicional que utiliza radiación ionizante (ondas electromagnéticas). La eliminación de la radiación implica un cambio muy importante pues facilita la instalación de los equipos, mientras que un aparato convencional exige blindar todas las paredes de la habitación en la que se instala, así como la adopción de medidas de protección frente a la radiación.
Para las mujeres supone también una gran transformación en la realización de la prueba. Frente a la compresión del mamógrafo convencional para la realización de las dos radiografías de cada mama -que por lo general suelen ser bastante molestas-, la prueba en el equipo MammoWave es más confortable. Se realiza en una camilla que tiene inserta una copa en la que la mujer tumbada introduce la mama. De momento, esta alternativa está en fase de investigación, el reto es conseguir la evidencia científica que avale un nivel de precisión como el que hasta ahora ha conseguido la mamografía, según explica a Artículo14 Marina Álvarez, jefa del servicio de Radiodiagnóstico y Cáncer de Mama del Hospital Reina Sofía de Córdoba, uno de los tres que en España participa en el proyecto.
La iniciativa lleva ya camino recorrido. El dispositivo MammoWave fue diseñado por Umbria Bioengineering Technologies (UBT) en Italia, donde se realizó un primer estudio con 150 mujeres. Posteriormente, en 2022, se llevó a cabo un segundo estudio en el que participaron dos hospitales italianos (USL Umbria 2 e IRCCS Policlínico San Martino de Génova) y el Hospital Universitario de Toledo con 350 mujeres, con la doctora Cristina Romero liderando el proyecto. Entretanto, el dispositivo ha evolucionado con la incorporación de la Inteligencia Artificial (IA).
Ahora la investigación se ha escalado al proyecto europeo MammoScreen, cofinanciado por la Comisión Europea y UK Research and Innovation. En este estudio clínico participan diez hospitales (tres españoles: Toledo, Córdoba y el Hospital Universitario Morales Meseguer de Murcia) de cinco países, junto con España, Italia, Suiza, Polonia y Portugal. El objetivo es realizar pruebas a 10.000 mujeres para generar -según se espera- evidencia científica sobre su fiabilidad como técnica de cribado de cáncer de mama.
“Hasta la fecha, entre las 500 mujeres que han participado en Córdoba ha tenido muy buena acogida, no hemos detectado ningún efecto adverso y la práctica totalidad de las mujeres piensan que es una prueba confortable, que es uno de los objetivos de este equipo”, detalla Marina Álvarez. ¿Cuándo será una realidad? Todo dependerá de los resultados del estudio que se prevé concluya en 2026. Durante el 2025, se seguirá la investigación sobre las 10.000 mujeres a quienes se les realiza doble prueba, la mamografía tradicional y mediante ondas para poder comparar ambas. Los resultados conseguidos hasta la fecha son esperanzadores porque esta tecnología también está siendo óptimo en mamas densas, que son las más complicadas a través de los rayos X.
Prevención
La prevención del cáncer de mama mediante la detección precoz de la enfermedad a través del cribado es clave pues aumenta las probabilidades de curación. El objetivo de las pruebas de cribado es detectar los tumores en su fase inicial, incluso en pacientes asintomáticos, lo que facilita tratamientos menos agresivos y más conservadores. En España, según explica el Ministerio de Sanidad en su web, el cribado de cáncer de mama se dirige a mujeres de entre 50 y 69 años a quienes se les realiza una mamografía cada dos años.
El 73,8% de las mujeres de 50 a 69 años declara haberse hecho una mamografía en los dos últimos años, dato correspondiente a 2020 que supone una ruptura de la tendencia creciente en toda la serie histórica, según recoge el Informe Anual del Sistema Nacional de Salud 2023. Este documento alerta de una caída de ocho puntos porcentuales en el seguimiento, si bien hay que tener en cuenta que coincide con la pandemia, por lo que habrá que esperar al próximo dato para entender si ha sido un descenso puntual o, por el contrario, representa un cambio de tendencia. Con todo se cumple el objetivo de cribado con una participación mínima del 70%.
Según explica la doctora Álvarez, la Unión Europea dentro de su estrategia de Lucha contra el Cáncer ha actualizado las recomendaciones sobre la diana poblacional para el cribado del cáncer de mama ampliando los rangos de edad. Su guía sugiere la realización de mamografías a mujeres a partir de los 45 años y extender su seguimiento hasta los 75 años. Estas pruebas son competencia de las Comunidades Autónomas y así, cada una sigue una estrategia diferente. Más allá de los 70 años, Murcia, Andalucía (71 años) y Galicia (74 años) continúan con el cribado.
Por su parte, al menos, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana, La Rioja y Navarra realizan ya el seguimiento desde los 45 años. En el caso de Andalucía y Murcia, se trabaja para alcanzar los 47 años. "Es positivo a empezar el cribado a los 45 años, pues a medida que vamos ampliando los rangos de edad, seguro que tendremos un mayor porcentaje de cánceres de mama derivados de estos programas. Vemos que el perfil de mujeres es muy diferente, porque presentan lesiones muy pequeñas que pueden ser tratadas de forma poco agresiva con cirugías conservadoras y con un porcentaje de curación de prácticamente el cien por cien", destaca la doctora Álvarez.
La ampliación poblacional supone un reto pues implica incluir un número elevado de personas en el sistema, que obliga a reajustar las unidades de diagnostico precoz. "No se trata solo de nuevos equipos, sino de contar con los profesionales para leer las radiografías, donde la especialización es muy alta. En la provincia de Córdoba, el 50% de los cánceres vienen derivados de las pruebas de cribado", subraya. Con estos datos, lo que no pueden olvidar las mujeres es su cita con el mamógrafo.