Los sindicatos se disponen a presionar a la patronal. Saben organizarse y van a mostrar su músculo con movilizaciones ante las sedes de la CEOE en las principales capitales de provincia el próximo jueves 26 de septiembre. Pero antes de esa fecha, van a ir calentando el ambiente, explicar a la ciudadanía por qué es el momento de reducir la jornada laboral después de 40 años estancada en las 40 horas semanales.
Yolanda Díaz se ha comprometido a rebajar esas horas de trabajo sin que afecte al salario, y lleva meses de negociaciones con los agentes sociales para llegar a un punto de encuentro. El objetivo es que se pueda realizar en dos tandas, antes de que termine el 2024, reducir la jornada hasta las 38,5 horas semanales y ya para el 2025, que se queden en las 37,5 horas semanales. Esto en la práctica supondría trabajar media hora menos al día cobrando lo mismo. El argumento del ministerio de Trabajo que comparten los sindicatos es que es el momento de avanzar en la conciliación, que la tecnología nos ahorra mucho tiempo y que la productividad no se ve afectada. Es una conjunción perfecta para modificar el Estatuto de los Trabajadores, que lleva estancado desde el último cambio el 29 de junio de 1983. Hasta esa fecha, en España se trabajaba legalmente 44 horas semanales, que a su vez se estableció en 1976. La patronal nunca ha estado conforme con las paulatinas reducciones de la jornada a lo largo de los años. Si consultamos los periódicos de la época, podemos leer casi los mismos titulares que leemos hoy, relacionados con la pérdida de competitividad si los trabajadores españoles trabajaban menos y también un aumento de los costes al tener que contratar a más personas para cubrir el mismo periodo de tiempo.
Si hoy consultamos la jornada laboral de diferentes empresas y sectores, vemos mucha heterogeneidad. Los empleados públicos, por ejemplo, ya trabajan de forma generalizada las 37,5 hora semanales. Está regulado por el Estatuto Básico del Empleado Público y puede variar ligeramente según el puesto. También hay grandes compañías que se han adelantado al Gobierno y ya han puesto en práctica jornadas más asequibles. Telefónica ha sido pionera y permitirá a toda la plantilla reducir su jornada hasta las 36 horas para 2026 pero hay más grandes empresas que en sus convenios también contemplan esta mayor conciliación con la vida personal como Iberdrola o Desigual, que ha aprobado una jornada de cuatro días a la semana con resultados positivos en términos de productividad y bienestar de los empleados.
Pero el objetivo del Gobierno es que estos beneficios alcancen a todos, independientemente de su empresa o sector y que quede registrado en el Estatuto de los Trabajadores. Y mientras en España se lucha por trabajar siete horas y media, hay otras compañías en Estados Unidos que todavía están muy lejos de alcanzar estos derechos para los empleados. JP Morgan, el banco más grande de Estados Unidos, va a reducir la jornada de los banqueros más jóvenes a las 80 horas semanales. En la actualidad, llegan a trabajar hasta 100 horas semanales, incluidos los fines de semana. En algunos casos, solo libran un fin de semana cada tres meses. Una locura que ha arrastrado a algunos jóvenes banqueros en la empresa a suicidarse ante el nivel de estrés y ansiedad al que están sometidos.
En el caso de España, el ministerio de Trabajo ha intentado aproximarse a la patronal ofreciendo un plan de acompañamiento, asesoramiento y formación para las pequeñas y medianas empresas y la posibilidad de que las empresas de menos de 10 trabajadores, puedan beneficiarse de bonificaciones en las contrataciones que realicen para cubrir los puestos que queden al descubierto como consecuencia de la reducción de la jornada. El Gobierno entiende que las grandes compañías no tienen problema para adecuarse a la reducción pero que las empresas más pequeñas sí necesitan apoyo. A la CEOE no le ha gustado esta última propuesta porque pretende convertir al Servicio Público de Empleo Estatal el SEPE, en un asesor de las pymes para la reducción de la jornada “cuando no es capaz de reinsertar siquiera al 3% de los desempleados del país en el mercado laboral, como si no hubiera ya despachos, consultoras y empresas cualificadas para ello”. El jueves que viene habrá movilizaciones y se retomarán las reuniones tripartitas. Pero no parece que pueda cerrarse un acuerdo entre todas las partes.