El modelo sanitario que ofrece Muface a los funcionarios atraviesa un momento delicado. Las cifras difundidas recientemente por la mutualidad reflejan una pérdida de casi 15.000 mutualistas en el último año, en medio de un clima de incertidumbre sobre el futuro del concierto con las aseguradoras privadas. La situación afecta de lleno a dos de las compañías más relevantes dentro del sistema: Adeslas y Asisa, que pese a ser las únicas que han optado por continuar en el modelo, han sido las más castigadas en número de afiliaciones.
Los datos de Muface ponen sobre la mesa una tendencia preocupante. Cada vez más mutualistas optan por dejar atrás la asistencia sanitaria privada que ofrecen las aseguradoras para pasarse al sistema público. Según los registros oficiales, el número de usuarios que ha elegido el sistema público ha superado por primera vez el medio millón, rompiendo una barrera simbólica y confirmando una transformación profunda en las preferencias de los funcionarios.
Adeslas y Asisa, las grandes perjudicadas
El informe presentado por Muface revela con claridad que Adeslas y Asisa han sufrido una importante fuga de mutualistas. En el caso de Adeslas, la pérdida fue de aproximadamente 4.700 personas, reduciendo su número total de adscritos hasta los 504.040. Por su parte, Asisa registró una caída mucho más pronunciada: cerca de 12.000 usuarios abandonaron la entidad, dejando su cifra total en 352.081.

Fachada de una clínica privada de Asisa en Barcelona | EFE
Estos datos llaman especialmente la atención si se tiene en cuenta que ambas aseguradoras son las únicas que han formalizado una propuesta para mantenerse en el modelo sanitario de Muface durante el periodo 2025-2027. En contraste, DKV, la aseguradora que ha decidido abandonar el sistema, logró sumar 1.700 mutualistas en ese mismo periodo. La paradoja es evidente: quienes apuestan por continuar, pierden usuarios; quien decide salir, gana afiliados.
El ascenso imparable de la sanidad pública
Otro dato clave que subraya el informe de Muface es el crecimiento constante de la sanidad pública como opción preferente entre los mutualistas. En el último año, más de 50.000 funcionarios han optado por dejar las aseguradoras privadas y encomendar su atención al sistema público. De hecho, el sistema sanitario público se ha convertido ya en el primer prestador de asistencia sanitaria dentro del modelo Muface, superando incluso a Adeslas por primera vez desde que hay registros.
Este cambio no es circunstancial. De hecho, el fenómeno responde a varios factores. Por un lado, el progresivo deterioro del equilibrio económico entre lo que reciben las aseguradoras y el coste real del servicio ha impactado en la calidad de atención. Por otro, la pandemia ha reforzado la percepción de que la sanidad pública ofrece una mayor seguridad y capacidad de respuesta ante situaciones críticas.

Imagen del logotipo de Muface sobre un fondo rosado | Kilo y Cuarto
Los datos acumulados desde 2019 reflejan con aún más claridad el desgaste del modelo privado dentro de Muface. En estos cinco años, el número de mutualistas que reciben asistencia a través de las aseguradoras privadas se ha reducido en más de 70.000. Asisa, de nuevo, ha sido la compañía más afectada, con una caída de más de 55.000 afiliaciones en ese mismo periodo.
Mientras tanto, el número total de mutualistas adscritos al sistema Muface ha aumentado en 86.000. Es decir, el modelo sigue creciendo, pero lo hace con un cambio profundo de tendencia. El peso de la sanidad pública se ha disparado un 49% desde 2019, pasando de 340.411 usuarios a más de 506.756 en 2024. El trasvase de usuarios del sector privado al público es cada vez más evidente. Y pone en cuestión la sostenibilidad de un modelo dual que, en su origen, pretendía ofrecer alternativas equilibradas a los funcionarios.
A día de hoy, los datos de Muface muestran que ese equilibrio está roto.