La crisis política en Francia es como una DANA que ha atravesado de lleno la Unión Europea. Una tormenta intensa que ha pillado desprevenidos a los mercados, que esperan pacientes a que descargue el chaparrón y que vuelva a salir de nuevo el sol. Primero vimos fuertes caídas en la Bolsa de París, el CAC40, que llegó a perder más de un 6% en una semana, pero después, como un efecto dominó, contagió al resto de bolsas europeas, afectando también al Ibex35. Bank of América señaló que el parqué francés se había convertido en el menos atractivo de toda Europa ante el escenario de una victoria de la extrema derecha en las elecciones.
La propia Comisión Europea ha sacado los colores de una potencia económica como Francia abriéndole expediente porque no está cumpliendo con las normas fiscales establecidas para los países de la Unión. Mientras que España este año tendrá un déficit público que rondará el 3%, el de Francia supera el 5% y va a tener que afrontar ajustes importantes si quiere volver a la senda prevista después de la suspensión de las normas fiscales con la pandemia.
El partido de Le Pen apuesta por fuertes bajadas de impuestos como del IVA para la gasolina, el gas, la electricidad y los alimentos que pueden representar un gasto adicional para las arcas del estado de 24.000 millones de euros o volver a rebajar la edad de jubilación a los 60 años cuando la media en el resto de la Unión Europea ya supera con creces los 65 años.
Las aguas están tan revueltas que hay empresas que tenían previsto salir a Bolsa este mes de junio y han decidido aplazarlo para después del verano. Entre las elecciones europeas y las francesas, hay demasiada volatilidad como para afrontar un despegue en el parqué que se complique por asuntos políticos. Es el caso de la marca de zapatillas Golden Goose o Tendam, en la Bolsa de Milán y de Madrid, respectivamente, que se lo han pensado dos veces antes de cotizar en mitad de una tormenta europea y van a esperar a septiembre.
Pero ya se sabe, después de la tormenta llega la calma. Es lo que el economista Gonzalo Bernardos espera que suceda tras las elecciones francesas, que todo se coloque y regresemos a la normalidad. “Lo que ha pasado en los mercados financieros como consecuencia de las elecciones francesas es lo que denominaríamos un chaparrón de verano, una lluvia intensa durante un periodo corto de tiempo y después tranquilidad. Que sería preocupación si ganara las elecciones por una mayoría muy holgada la agrupación nacional y eso llevara a dimitir a Macron, pero no se prevé, pues ha dicho que no piensa dimitir sea cual sea el resultado electoral. En los años 90. Chirac adelantó las elecciones y lo que sucedió es que, en lugar de su partido sacar una mayoría más holgada, ganaron los socialistas. Y el primer ministro fue Lionel Jospin. No obstante, hubo una cohabitación, entre centro-derecha y centro-izquierda, entre Macron y Marine Le Pen será más difícil, pero creo que la sangre no llegará al río y que Francia habrá girado a la derecha, pero de eso a que podamos ver en la Unión Europea una gran desestabilización, hay un tramo muy largo. No lo veo. Hemos visto una toma de beneficios, no obstante, las acciones francesas se han recuperado más que las del resto. Pero tiene el mal de altura, se ha ganado mucho dinero desde octubre del año pasado y no hay nadie más miedoso que el acumula ingentes plusvalías y en Europa hay muchos”.
La multinacional estadounidense Jefferies contempla cuatro escenarios en los mercados según los resultados de las elecciones francesas.
En el primero de todos, el planteamiento se hace sobre un Gobierno en el que gane el partido de Marine Le Pen pero no con mayoría absoluta. En ese caso, los mercados reaccionarían de forma negativa en un primer momento, pero solo sería temporal. No preocuparía lo que algunos llaman ya el Frexit o ruptura del área del euro.
En el segundo escenario, Le Pen sí ganaría con mayoría absoluta y tendría mayor libertad para llevar a cabo las políticas de extrema derecha que ya ha anunciado. Aumentarían los riesgos de enfrentamientos con la UE con una Francia que ya tiene expediente abierto por parte de la Comisión Europea por su déficit excesivo.
En la tercera de las posibilidades, ganaría un gobierno de extrema izquierda. Sería, según Jefferies el peor de los escenarios para los mercados porque se agrandaría el exceso de déficit y habría mayores enfrentamientos con la UE y la caída en el mercado podría ser más duradera. En el último de los escenarios, se contempla una parálisis política donde no hay un gobierno claro y la posibilidad de repetir nuevas elecciones. Aquí los mercados serían muy imprevisibles y no estarían seguros de cómo manejar la incertidumbre. Está en manos de los votantes francesas