Los expertos cuestionan la ‘justicia fiscal’ de Yolanda Díaz de bajar el IVA a los pañales

Las reducciones de IVA son ineficientes en su objetivo final porque también benefician a las rentas altas. La Airef, Fedea y CGE abogan por la progresiva regresión de los de tipos reducidos

Yolanda Díaz con el resto de los ministros de Sumar en el Gobierno.
Foto de familia de Sumar en la presentación de sus propuestas para los PGE´25 Sumar.

Dentro de las propuestas de Sumar para los Presupuestos Generales del Estado (PGE) 2025 y en “aras a la justicia fiscal”, Yolanda Díaz ha vuelto poner sobre la mesa la reducción del IVA en determinados bienes y servicios, como los pañales o las peluquerías; también los centros veterinarios -“somos un país con nueve millones de mascotas, aseguró”- o a los productos sin gluten.

Aunque la aprobación de los presupuestos del próximo año se vislumbra cada día más lejana, ante lo popular de este tipo de medidas conviene no perder de vista una opinión en la que coinciden los expertos en la materia -AIReF, Fedea y el Colegio General de Economistas (CGE)-:  la reducción del IVA es una forma ineficiente de ayudar a quien más lo necesita porque beneficia tanto a las personas en situación de vulnerabilidad como a quienes más tienen.

Hay además otras razones de raciocinio fiscal como la conveniencia de contar con el menor rango de excepciones o el fin de la situación de crisis tras la pandemia que justificó determinadas ayudas; además de, como también apuntan desde el sindicato de técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha), el hecho de que España se sitúe el límite del cumplimiento en el tipo medio ponderado efectivo al tipo mínimo del 15% al que obliga la Unión Europea.

En detalle

En un evento organizado por Fedea y el CGE, la presidenta de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), Cristina Herrero, aseguró “que el IVA no discrimina, afecta a todos los consumidores y, si bien es verdad que la propensión de las rentas bajas al consumo de determinados productos es más alta, a fin de cuentas los que más consumen son quienes más renta tienen“.

Si bien admitió que puede ser eficaz en acceso de las bajas a determinados productos, no es una medida eficiente. En este sentido, recordó que, como se señalaba en las conclusiones del informe ‘Spending Review’ -donde se analizaron los beneficios fiscales de la pandemia para evaluar la eficacia de una determinada política pública-, si se quiere ayudar o favorecer a determinados tramos de renta -o determinadas actividades- es mejor “explorar otras vías que no vayan por la reducción de ingresos sino por la vía del gasto”.

Ángel de la Fuente, director ejecutivo de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), se mostró partidario de converger en un IVA de tipo de único para todo, “salvo alguna excepción que se pueda justificar. En general, cuanto más anchas sean las bases tributarias más bajos pueden ser los tipos y menos distorsiona el impuesto en la economía”, explicó. En su opinión, en estos últimos años la política fiscal ha seguido la dirección contraria, con muchas excepciones, con la excusa de que es socialmente bueno y apoya a las clases vulnerables cuando es una forma “muy ineficiente” de hacerlo.

“Si uno reduce el IVA en los pañales es verdad que ayuda a la gente de renta baja, pero también a las rentas altas. No es la mejor forma de vehicular ayudas, sería mejor mandarles un cheque o reducirles los tramos bajos del IRPF“, afirmó. Para de la Fuente, “el IVA es un instrumento de ayuda social extremadamente ineficiente. No habría que intentar empeñarse en usarlo con ese fin; sino usarlo como lo que es, un impuesto que queremos que recaude mucho y distorsione poco”.

Por su parte, el presidente del Consejo General de Economistas de España, Valentín Pich, admitió que desde un punto de vista técnico la filosofía del impuesto es tender a tipos únicos -aunque en la Unión Europea, los países ha tendido a crear tipos especiales- y que habrá que evaluar cuándo es el momento de progresivamente ir recuperando esos tipos generales.

Al límite del 15%

José María Mollinedo, secretario general de Gestha, advirtió de que el tipo medio en efectivo de IVA en España se acerca al límite mínimo del 15% establecido por la Unión Europea. Según sus cálculos, en 2022, último dato disponible fue del 15,25%, con una recaudación efectiva de 86.753 millones de euros, frente a unos ingresos teóricos de 569.000 millones de euros.

Bajo su punto de vista, lo que hay que valorar es el impacto real de estas medidas en el bolsillo de las personas. En este sentido, recordó que la bajada que entró en vigor el 1 de enero de 2023 para los productos de higiene femenina del 10% al 4% supuso un ahorro de 3,24 euros al año considerando un gasto de 60 euros al año. "Usar tipos reducidos con criterios generales es complejo. Por ejemplo si pensamos en un tipo reducido para el pescado implica que le afecta a la sardina pero también al percebe", señaló.

Un análisis de Funcas que analiza el impacto de la inflación sobre la recaudación del IVA señala que el período 2019-2022 se ha caracterizado por un aumento de las bases gravadas a tipo superreducido (6,51 %) y reducido (0,55 %) compensado con una caída del 2,00 % en las bases gravadas a tipo normal. La consecuencia de estos cambios ha sido una reducción en el tipo medio de IVA desde el 15,04 % de 2019 al 14,87 % de 2022.

En 2023, según datos de la Agencia Tributaria, la recaudación por el IVA creció un 1,6%, ya que el impuesto estuvo "afectado de forma significativa por las rebajas de tipos, el cambio en la normativa de aplazamientos y las incidencias en la gestión. Si se añaden los ingresos perdidos por estos motivos, el crecimiento asciende al 5,3%". En este sentido, explica que la diferencia entre el aumento del gasto y de los ingresos responde principalmente al impacto negativo de las rebajas de tipos (que supusieron una pérdida de 2.452 millones), además de la nueva regulación de los aplazamientos (que significó un diferimiento de ingresos de 285 millones) y otras incidencias recaudatorias (que restaron otros 360 millones). En el caso de la bajada de tipos (electricidad y gas, alimentación básica y productos de higiene femenina), se estima que, en conjunto, redujeron el tipo medio efectivo del impuesto en un 4,4%.

En su propuesta fiscal de "reequilibrio del IVA" para 2025, Sumar propone también el tipo reducido para los consumos vitales en el IVA de la electricidad y el Impuesto Especial sobre la Electricidad; además de la exención del IVA de las educación privada conlleva una menor recaudación tributaria, de la que se benefician mayoritariamente las rentas altas. "Con el objetivo de mejorar la distribución de la renta y aumentar los ingresos públicos se propone eliminar las exenciones del IVA en la enseñanza privada y del Impuesto a las primas de seguro de los seguros sanitarios privados", recoge su propuesta.

María Jesús Montero, vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, ya tiene de primera mano las propuestas  a los Presupuestos de Sumar tras la primera toma de contacto con el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, con la que el socio de coalición da por iniciada la negociación. Y en el tira y afloja de que ya ha comenzado seguro que el IVA de los pañales estará sobre la mesa.

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