El coche se ha considerado históricamente cosa de hombres. Pero la mujer no solo ha conquistado su espacio al volante, sino que ha contribuido al desarrollo del sector del automóvil de forma silenciosa, hasta tal punto que pocos saben que hay grandes inventos que tienen nombre femenino. Uno de ellos es Mary Anderson, una promotora inmobiliaria procedente de Alabama, Estados Unidos. Tenía 36 años cuando, en un viaje a Nueva York, se percató que todos los coches se veían obligados a parar cada poco tiempo para salir y limpiar la luna frontal. Entonces tuvo una idea e inventó un dispositivo manual, el inicio del parabrisas, que se podía activar cuando la lluvia no dejara ver la carretera. Obtuvo la patente durante diecisiete años y en todo ese tiempo nadie se lo quiso comprar. ¿Tendría algo que ver que fuera mujer? Pues en 1922, cuando ya no tenía los derechos sobre su invención, Cadillac se convirtió en el primer fabricante en colocar el parabrisas de forma estándar en todos sus coches.
Mary Anderson no es un caso aislado. Hay otra mujer, en este caso ingeniera, que inventó un sistema de calefacción para los coches a finales del siglo XIX. Se trataba de un radiador de vapor con el que calentaba el coche a través de varios tubos. Se llamaba Margaret Wilcox y era ingeniera mecánica en 1938, en Chicago. Ideó un mecanismo de calefacción que resultaba peligroso porque podía alcanzar temperaturas demasiado altas. ¿Fue un fracaso? No, porque sentó las bases del calentador moderno que llevan los coches en la actualidad.
Y de Estados Unidos a Canadá. De allí era la actriz Florence Lawrence, a la que no solo le gustaba actuar, también le apasionaban los coches. Fue ella la que diseñó unos sencillos indicadores en forma de palo para avisar a los conductores de la dirección que iba a tomar su coche cuando se disponía a girar. Nunca patentó el invento, pero fueron los orígenes de los intermitentes. Lo que hizo fue inventar un dispositivo conectado al guardabarros trasero. También desarrollo una señal de STOP que se desplegaba cuando el conductor pisaba el pedal del freno. Fue una adelantada de su época. Murió en 1938 con solo 55 años, pero aprovechó su tiempo al máximo y dejó varios artilugios para la posteridad.
Dorothy Levitt era británica y conquistó el récord femenino de velocidad en 1906, con su coche alcanzó los 146,25 kilómetros por hora. Escribió además un libro titulado “La mujer y el automóvil: un manual amigable para todas las mujeres que compiten en automovilismo o desean hacerlo” en el que recomendaba llevar siempre un espejo de mano para ver el tráfico detrás del vehículo. De esta manera se convirtió en la precursora del espejo retrovisor.
En esa época, los conductores no podían ver la carretera por detrás si no giraban la cabeza y esto era peligroso. A raíz de los consejos de Levitt, hubo otro piloto de carreras, Ray Rannoun que ya colocó el espejo fijo cuando participó en las 500 millas de Indianápolis.
Pero las mujeres no solo han contribuido a mejorar los coches por dentro sino también a mejorar la conducción en las carreteras. Fue el caso de June McCarrol (1867-1954) que conducía su propio Ford T por el condado de Lewis, en Nueva York. Esta médico y enfermera viajaba en coche para visitar a sus pacientes y se dio cuenta de que una línea divisoria en la carretera ayudaría a mantenerse en el carril y evitar accidentes como ella misma sufrió. Era una persona decidida y llevó su proyecto antes las autoridades de California para que se llevara a cabo su idea, pero nadie le hizo caso. Fue entonces cuando ella misma tomó las riendas del asunto y pintó una línea en mitad de la carretera que solía conducir. Contactó con varias asociaciones de mujeres para recibir su apoyo y consiguió finalmente que en 1924 se aprobara una ley para pintar líneas divisorias en 5.600 kilómetros de carreteras en Estados Unidos.
Pero si hay en la historia de la invención una mujer polifacética con una vida excepcional, ella fue la actriz de Hollywood Hedy Lamarr. Su rostro era tan espectacular como su mente. Y desarrolló durante la Segunda Guerra Mundial un sistema de detección de torpedos teledirigidos que sirvió de inicio para el GPS y el WIFI. Mujeres con legados fascinantes pero poco reconocidas. Así que cada vez que miren por el retrovisor, recuerden, existe porque lo ideó una mujer.